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Deutsche Bank saca los colores a Japón: compara al yen con el peso de Argentina y la lira de Turquía
La economía de Japón suele destacar por su extremada singularidad. Entre otros aspectos, Japón es el país más envejecido del mundo, tiene una deuda pública sin parangón entre las economías avanzadas, un tejido productivo muy intensivo en tecnología y una política monetaria que se ha quedado sola en el mundo de los tipos de interés negativos. Es precisamente esto último lo que está empezando a ser una amenaza para la economía nipona. El Banco de Japón se encuentra inmerso en una política de gestos en la que aparenta que va a hacer más de lo que realmente hace para contener. El BoJ quiere soplar y sorber al mismo tiempo y esto no siempre sale bien: por un lado, busca detener la caída del yen (lo que está presionando al alza la inflación), pero por otro busca cumplir con un objetivo velado que resulta cada vez más evidente: sostener una deuda pública de más del 250% del PIB.