ANÁLISIS
Como no podía ser de otra manera, el mercado mira con lupa la exuberante liquidez en manos del private equity, con 5.000 millones de euros disponibles este año para nuevas inversiones contabilizando sólo el capital de las gestoras privadas españolas (dry powder, en la jerga). Los datos reflejan que los inversores o limited partners (LPs, por sus siglas en inglés) continúan viendo al capital privado como un refugio en medio de la tormenta, lo que debería facilitar que los fondos puedan desinvertir con buenos retornos. Pese a las dudas iniciales, 2021 ha culminado con un volumen invertido de 7.494 millones de euros por parte del capital privado en España. Según datos de ASCRI, se trata del segundo mejor registro del sector en toda su historia.