Juan velarde fuentes
18/12/2018, 23:34
Tue, 18 Dec 2018 23:34:54 +0100
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En estos momentos, con motivo del cuarenta aniversario de la Constitución española, se ha celebrado el triunfo de una Transición, la española, o sea, el paso de un régimen político basado en un partido político único y todo un conjunto de planteamientos autoritarios. Dentro de él se había avanzado en la política económica española, aceptando como base de ésta un incremento del papel de la economía libre de mercado y, simultáneamente, una apertura notable al exterior, entendido esto además como fundamento esencial para el progreso material. Se rompió así, a partir de 1957, todo el habitual planteamiento de la vida productora española, creada desde el inicio del llamado modelo castizo, puesto en marcha por Cánovas del Castillo a partir de 1874, y consolidado por los políticos dirigidos sucesivamente por Dato, Maura, Cambó, Calvo Sotelo, Chapapietra, Suanzes y Gual Villalbí. El cese de éste como ministro en 1959 y el papel creciente de Ullastres marcaron el cambio de rumbo que, como es bien sabido, se consolidó a partir de 1976, tras la muerte de Franco, en el proceso de la Transición y que llega hasta ahora mismo. Todo ello presidido por dos realidades notables: un proceso democrático occidental típico y una economía comunitaria, cuya raíz última se encuentra en los mensajes de la Escuela de Friburgo, defendida por Eucken a la cabeza, de la economía libre de mercado. El cambio de 1957-1959 se consolidó así, definitivamente, en 1985, con el ingreso de España en el conjunto de la Unión Europea -hasta ahora, un mercado gigantesco con 28 miembros y enlaces fuertes con varios más- y formando parte de la llamada Zona del Euro, con todas sus empresas.