Decíamos ayer que el veredicto, el de las urnas del 23-J abre un período de inestabilidad e incertidumbre en el que se normaliza que el gobierno de España puede estar en manos de quienes quieren destruirla y cuando lo que más necesita este país es estabilidad y un gobierno sólido y sin fisuras para restablecer la convivencia social ante el frentismo, regenerar las instituciones democráticas y cuando Bruselas ya ha avisado de que se acabó la fiesta de déficit y deuda y exige cumplir con las reglas fiscales y los compromisos para seguir recibiendo los fondos que nos faltan.