Periodista económico

Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Presumía la vicepresidenta segunda en funciones, Nadia Calviño, de que la economía española "está demostrando más que nunca su fortaleza", con un producto interior bruto (PIB) que superó el nivel previo a la pandemia en solo dos años, en el verano de 2022, y ya se sitúa un 2 % por encima. Para añadir que España es "la gran economía de la Unión Europea que más crece y con la inflación más baja" debido a cuatro factores: "El rápido despliegue del plan de recuperación, el dinamismo del mercado laboral, la evolución positiva del sector exterior y la solvencia de las empresas y las familias españolas".

"Soy un presidente de fiar". Probablemente esta fue la frase más repetida por Alberto Núñez Feijóo durante el discurso de su fallida investidura. Un presidente de fiar al que avala su trayectoria al frente de la Xunta de Galicia, y antes en Correos y el Insalud, y que confirmó durante el debate en el Congreso que, aun siendo la crónica de un fracaso anunciado, el supo reconducir hasta convertirlo en un triunfo personal y político. El triunfo de la dignidad al consolidarse como líder indiscutible del centro-derecha y el que necesita España.

Comentaba hace unos días en estas mismas páginas que, a la vista de lo que dicen los indicadores, en España estamos ante eso que los economistas americanos han dado en llamar la recesión silenciosa, es decir que la economía está mal, pero todavía no nos damos cuenta. Una situación de espejismo económico que, si este fuera un país normal, con un gobierno normal que se ocupara de servir a los españoles y no a servirse y aprovecharse de ellos, debería ser el eje central de los debates y, sobre todo, de las negociaciones para la investidura, con objeto de enderezar la nave de un país que hace aguas por casi todos sus costados.

Podría definirse como la crónica de un fracaso anunciado. Salvo sorpresa imprevisible Alberto Núñez Feijóo no logrará la investidura del Congreso y, por primera vez en la historia de la democracia desde la Transición, el vencedor de las últimas elecciones no podrá formar gobierno, abocando a España a una alianza de perdedores con la reedición del gobierno Frankenstein o, en el mejor de los casos, a una repetición electoral después de las Navidades.

El Congreso se divierte y no nos referimos a la película de Erik Charell de principios de los años 30 del pasado siglo, sino al Congreso de los Diputados en España que, por obra y gracia del sometimiento de Pedro Sánchez a los caprichos de los independentistas catalanes y los filoterroristas de EH Bildu, empieza a ser conocido en círculos parlamentarios como "el circo de los pinganillos". Un capricho que ya fue rechazado en el Congreso en junio de 2022 con los votos en contra de la inmensa mayoría de los diputados, grupo socialista incluido, pero que ahora se materializa por la ambición de un presidente en funciones al que no le importa vender España y destruir los cien años de historia de un PSOE para mantenerse en La Moncloa.

Sostenella y no enmendalla. Valga esta expresión del Siglo de Oro, popular entre los hidalgos, para definir el empecinamiento del BCE en su política de subidas de tipos de interés que, a la vista de los resultados, obligaría a completar la citada frase para concluir en sostenella y no enmendalla hasta matalla.

No seré yo quien ponga en tela de juicio las predicciones de la Comisión Europea, ni quien dude de que la revisión al alza en tres décimas del crecimiento de la economía española durante este año, hasta el 2,2%, es una buena noticia. Que lo es. Pero sin ánimo de parecer pesimista o aguafiestas, el análisis de la letra pequeña de estas previsiones y el contexto en el que nos movemos parece indicar que nos encontramos ante eso que algunos economistas, especialmente norteamericanos, empiezan a llamar la "recesión silenciosa", es decir que la economía está mal pero no lo notamos todavía.

Decepcionó la apertura del año judicial. Decepcionó el presidente interino del Tribunal Supremo, Francisco Marín, y decepcionó el poder judicial en su conjunto. Ni una sola mención a la amnistía para los golpistas catalanes que negocian Sánchez y el gobierno, y ni una sola crítica a un proyecto de exculpación que convierte a los delincuentes en víctimas, a los jueces en represores y que traiciona la democracia, el estado de derecho y el imperio de la ley.

Las expectativas de inflación a tres años en la Unión Europea han subido en julio por primera vez desde el mes de marzo, al tiempo que el informe Nomura anuncia nuevas subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE UU (FED) para combatir una inflación que siguen sin doblegar. Subidas que, por tanto, anticipan también una decisión similar en la Unión Europea.

Mientras Pedro Sánchez se obstinaba en el absurdo irresponsable de su "no es no", a un acuerdo de legislatura con seis grandes pactos de Estado ofertado por Núñez Feijóo entre los que destaca un gran acuerdo para el saneamiento de la economía que garantice la solvencia de los colectivos más vulnerables y de la clase media, el Club de Exportadores e Inversores Españoles confirmaba en su último informe que las exportaciones españolas están perdiendo dinamismo durante 2023 y aunque el déficit comercial sigue reduciéndose desde enero, lo hace a un ritmo inferior al registrado en el primer cuatrimestre de este año. Hasta mayo se redujo un 48,6%, hasta 14.065,2 millones de euros, en comparación con los 26.569,7 millones de euros, pero sólo un mes antes este descenso de nuestro desequilibrio comercial era del 50%, siendo destacable también que esta reducción se debe fundamentalmente al desplome del 35%, hasta 9.000 millones, del déficit energético. Y ello se acompaña, además, de un descenso continuado en las importaciones.