En la recta final del año, la recuperación económica de Estados Unidos continúa tomando impulso. Tras el traspiés sufrido en el tercer trimestre, cuando al PIB se desaceleró hasta crecer a un ritmo del 2,3% (anualizado), el indicador GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta contempla un crecimiento del 7,6% entre los meses de octubre y diciembre.

La recaudación de las salidas a bolsa en Estados Unidos, bien en su formato tradicional u otras fórmulas potenciadas por las conocidas como sociedades de adquisición con fines especiales (SPAC), cierra un año histórico.

Economía

El Servicio Secreto de los Estados Unidos reveló esta semana una información alarmante. El robo de fondos de los programas de ayuda contra la pandemia para empresas y desempleados asciende, como mínimo a los 100.000 millones de dólares.

Cuello de botella de la economía

En la última semana, la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han revelado estrategias divergentes pero con un nexo común: la creciente inflación. Una presión que ha llevado a Andrew Bailey a convertirse en el primer capitán de un banco central del G7 en implementar una primera subida de tasas desde el azote de la pandemia. No muy de lejos le sigue Jerome Powell, quien avalado por los altos funcionarios del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) aceleró la retirada de los estímulos y adelantó al mercado que la institución podría elevar el precio del dinero hasta en tres ocasiones en 2022.

La última reunión de política monetaria del año de la Reserva Federal puso de manifiesto que su presidente, Jerome Powell, y el resto de altos funcionarios del banco central estadounidense están dispuestos a atajar las crecientes presiones inflacionarias. Telegrafiando tres subidas de tasas el próximo año al mercado, los inversores no reaccionaron de mala gana a la aceleración del tapering y las proyecciones publicadas por el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés).

La última reunión de 2021 del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) no dejó indiferente a nadie. El órgano encargado de dictar la política monetaria en Estados Unidos anunció este miércoles su intención de acelerar la retirada de sus estímulos ante el continuo acecho de la inflación. De esta forma, el banco central duplicará el ritmo en el recorte de sus compras de activos, un proceso, comúnmente conocido como tapering, en un esfuerzo por ganar margen de maniobra suficiente para implementar su primera subida de tipos de interés en la primera mitad del año que viene.

Economía

Las relaciones entre Washington y Pekín continúan enfriándose. La Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto incluir este jueves una nueva remesa de compañías chinas, entre ellas al mayor fabricante de drones comerciales, DJI Technology, en una lista negra, que limita la inversión y exportación con estas empresas.

La decisión de la Reserva Federal de acelerar el ritmo en la retirada de los estímulos dada a conocer este miércoles puede tener implicaciones para determinar cuándo llegará la próxima recesión a Estados Unidos. Según indica Jim Reid, estratega de Deutsche Bank, duplicar el tapering abre el camino para que la primera subida de tasas del próximo ciclo monetario a este lado del Atlántico se produzca en el primer trimestre.

Economía

Una vez más, los demócratas en el Capitolio lograron evitar un potencial impago sobre las responsabilidades financieras de Estados Unidos. Así, el Senado votó este martes a favor de elevar el límite de la deuda del gobierno federal, de 28,9 billones de dólares, remitiendo la medida a la Cámara de Representantes para su aprobación final.

Economía Internacional

Con las elecciones legislativas de noviembre de 2022 en mente y una inflación no vista en casi cuatro décadas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, busca acelerar la aprobación de su ambicioso proyecto Build Back Better (Reconstruir Mejor). El conjunto de propuestas de gasto social y medioambiental por un valor aproximado de 1,85 billones de dólares (si incluimos la partida migratoria) depende ahora de la aprobación de los senadores demócratas.