Periodista y escritor. Entre apocalípticos e integrados, lo mío es abordar el presente y el futuro del empleo con acento crítico y sin 'hype'.

Un año y medio después de la entrada en vigor de la reforma laboral, el verano ha mostrado sus cartas para los fijos discontinuos, que ven cómo la estacionalidad afecta a sus empleos con cifras que empiezan a rivalizar con las de los trabajadores temporales. Con la diferencia de que ellos no ven finalizado su contrato, sino que pasan a la 'inactividad'. El pasado junio, la Seguridad Social registró un récord de 614.576 bajas por este motivo, es decir, una media de 27.935 por cada día laborable.

El plan de Elon Musk para convertir a X, la red anteriormente conocida como Twitter, en una plataforma de búsqueda de empleo capaz de competir y, eventualmente, superar a LinkedIn tiene un gran problema: sigue una estrategia desfasada y que se verá penalizada por la 'huella digital' de los propios usuarios. Es más: el modelo de contenidos e interacciones que muchos de ellos presentan en la red social (muchas veces estimuladas por el propio Musk) hará que la mayoría de ellos se vean descartados inmediatamente en un proceso de selección.

La actividad de las empresas españolas ha comenzado a moderarse en el ecuador de 2023, al menos si nos fijamos en las ventas, que se incrementaron un solo 1,4% en el segundo trimestre, 2,7 puntos porcentuales menos que en el primero. Y esto tuvo un efecto claro en el empleo, cuyo crecimiento se desaceleró en un punto, hasta el 3,3% interanual. Aunque los salarios no se dieron por aludidos y crecieron a un ritmo del 5,7% interanual, apenas una décima menos que hace tres meses. La Agencia Tributaria apunta a que los sueldos mantendrán el mismo ritmo de crecimiento en lo que resta de año, mientras aparecen nubarrones para lo que queda de año.

La evolución del mercado laboral tras la pandemia ha llevado a una paradoja difícil de entender en un país con una tasa de paro como la española: las empresas no encuentran trabajadores para las ofertas que publican. Un fenómeno para el que se han ofrecido todo tipo de explicaciones, desde la demografía a los sueldos ofertados, pasando, como no, por una 'Gran Renuncia'. Pero un estudio de LinkedIn parece haber dado con la respuesta: la 'titulitis'. Según las estimaciones de la plataforma, si los reclutadores pusieran en foco en las habilidades más que en los títulos, los candidatos "elegibles" se multiplicarían por 11.

La evolución de las horas trabajadas en España han sido la fuente de alguno de los debates más intenso en relación con el mercado laboral en los últimos meses. La razón es que, aunque España ya superó a finales de 2021 la cifra de ocupados previa a la pandemia, la recuperación de las horas ha sido mucho más lenta. Si lo estimamos en términos EPA, se logró superar las marcas prepandemia en el primer trimestre del año; en términos de PIB no ha conseguido hasta el siguiente trimestre. Pero esta recuperación dista de ser completa: nueve ramas de actividad, que generan el 41% de la ocupación, siguen por debajo de los niveles de 2019. Entre ellas, comercio e industria manufacturera, las dos que más empleo concentran.

En un momento en el que la cuestión del tiempo de trabajo se ha situado en el centro del debate laboral en nuestro país, los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre revelan que 1,31 millones de trabajadores españoles, un 5,4% del total, están dispuestos a trabajar menos horas reduciéndose proporcionalmente el sueldo. Es la cifra más alta desde el segundo trimestre de 2008, y coincide con un retroceso de los ocupados que quieren trabajar más horas, aunque siguen siendo más de 2,2 millones de trabajadores, el 9,6% de los ocupados.

El pasado julio el Régimen General de la Seguridad Social, que engloba a la práctica totalidad de los trabajadores por cuenta ajena, sumó 68.712 afiliados. Una cifra que supone un 6,72% menos que los 73.669 asalariados que sumó en el mismo mes de 2019, último periodo comparable antes de la pandemia. Este análisis permite contrastar el impacto de la reforma laboral que entró en vigor en 2022. Y lo que los datos muestran es que, aunque la estacionalidad del empleo se ha reducido en casi todos los sectores, lo ha hecho muy por debajo de lo que asegura el Gobierno.

El mes de julio se saldó con 671.487 demandantes de empleo con relación laboral inscritos en los servicios públicos de empleo, 91.645 más que en junio, lo que supone un incremento del 16%. Es la cifra más alta desde la entrada en vigor de la reforma laboral. Ello en un mes en el que el paro registrado se redujo un 0,4%, en 10.968 personas: una brecha que reactiva las sospechas sobre el supuesto 'maquillaje' en las cifras de desempleo a través de los fijos discontinuos inactivos que el Gobierno daba ya por amortizada.

La promesa de que la reforma laboral erradicaría los peores abusos de la temporalidad no parece haberse cumplido en el sector de la educación. Al menos si analizamos lo ocurrido en los meses de junio y julio, que demuestran que la práctica de mandar a los profesores a unas 'vacaciones' no remuneradas sin empleo ni sueldo desde julio a septiembre sigue vigente. La diferencia es que ahora no se trata de trabajadores con contratos temporales, sino de indefinidos fijos discontinuos que pasan a la inactividad con la única opción de cobrar la prestación de paro. Ello a pesar de que jueces, el Gobierno, sindicatos, patronales y el Gobierno insisten en que esto no se puede hacer.

El mes de julio cumplió el guion y se saldó con el menor número de parados en 15 años, 2,67 millones, y un nuevo récord histórico de afiliación media con 20,89 trabajadores, aunque la evolución mensual quedó lejos de las expectativas de un mayor dinamismo del mercado laboral, alentadas por los datos de la EPA y el buen comportamiento del sector turístico. De hecho, el paro bajó solo en 10.968 personas y la ocupación creció en 21.945 afiliados medios, ambos por debajo de lo habitual en los años precedentes.