Economía

Cuatro de cada diez jóvenes españoles no trabajan de lo que estudiaron

  • Eurostat advierte del coste tanto para trabajadores como para empresas
  • España se comporta mejor que la UE salvo en el sector sanitario
  • La reducción del abandono escolar mejora los datos de España

El 25% de los trabajadores españoles menores de 35 años no está desarrollando su carrera profesional en el mismo ámbito al que dedicaron sus estudios, según un informe de Eurostat, que revela que esta tasa es dos puntos más alta en el caso de las personas con titulación universitaria.

La estadística elaborada por la Oficina de Estadísticas Europea plantea un análisis de todos los países de la Unión Europea que integra tanto a titulados universitarios como de bachillerato o formación profesional.

Así, distingue dos grupos de edad: uno entre 15 y 34 años que incluye a todos los han finalizado sus estudios con un título, al menos, de secundaria; y otro entre 25 y los 34 años, con formación superior.

En este sentido, puede resultar llamativo que España, el país con la tasa de paro juvenil más alta de la UE, quede, sin embargo, por debajo de la media europea en el desajuste entre estudios y empleo. Algo que se produce tanto entre el grupo general como entre el de los mayores de 25 con educación superior.

De hecho, España es el segundo país, después de República Checa, en el que más se redujo la discrepancia para los titulados universitarios entre 2014 y 2020, periodo que estudia Eurostat. Ello pese a que en este último año la tasa de paro de las personas con este nivel educativo se situaba en 9,6%, la más alta de la Unión Europea después de Grecia.

Sin embargo, hay que recalcar que, a diferencia de otras estadísticas, como la de Inserción laboral de los Titulados Universitarios que elabora el INE, este dato no analiza las condiciones laborales de los titulados, sino la adecuación de las competencias adquiridas durante su formación con la actividad económica en el que ejerce su carrera profesional.

El desajuste de habilidades entre la educación y el empleo provoca dos efectos graves, según explica Eurostat. Por un lado, en el propio trabajador, que puede "sufrir una enorme frustración al ver que no hay un retorno directo del esfuerzo dedicado a sus estudios."

Pero también advierte de que el 'intrusismo' que propicia este desajuste "puede generar pérdidas económicas para las empresas" como resultado de una "menor eficiencia" del empleado o el sobrecoste que conlleva adquirir habilidades específicas para el trabajo.

El mayor desajuste, en el sector agrario

Para hacer su análisis, Eurostat clasifica lo sectores de actividad según los "campos de educación" asociados a las competencias que exigen.    

En el caso de España, los campos en los que existe mayor discrepancia entre empleo y formación son los relacionados con actividades agrarias y veterinaria, donde los trabajadores que no se dedican a los que estudiaron superan el 53% para los universitarios y el 63% para el total.

Le siguen las humanidades, aunque en este caso se da la circunstancia de que los universitarios tienen menor 'desencaje profesional' que los titulados en secundaria.

El ámbito en el que se produce un menor desajuste es el de las actividades relacionados con la sanidad y el bienestar, seguido de 'ciencias sociales', una categoría que incluye profesionales como los abogados o los periodistas.

En ambos casos, sin embargo, sí supera a la media europea, especialmente en el caso de los profesionales sanitarios, donde el diferencial con la UE alcanzó los tres puntos en 2020, un año marcado por la pandemia

¿Se nota el impacto de la FP dual?

El diferencial entre los jóvenes españoles con una titulación superior y el total, que incluye bachillerato y formación profesional es de 2,1 puntos, pero solo supone una tercera parte de la que se registra en Alemania (6,9%).

En este punto, la pregunta que cabe hacerse es si esta diferencia se debe a la manera en la que el sistema educativo se integra en el mercado laboral, especialmente en lo que se refiere a la formación profesional dual alemana, un modelo que España lleva trabajando para implantar desde 2014.

Si analizamos la evolución a lo largo del tiempo, se aprecia que en España el porcentaje de menores de 35 años que no trabaja de lo que estudió se ha reducido de manera general, aunque con mayor intensidad entre los universitarios, con lo que la brecha se acorta. Pero en Alemania ha ocurrido exactamente a la inversa.

Sin embargo, el impacto de la recuperación de la crisis financiera en el empleo y, sobre todo, un descenso del abandono educativo en España tras el pinchazo de la 'burbuja inmobiliaria' influyen en estos datos.

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