El mercado laboral español tiene un problema casi tan preocupante como su tasa de desempleo y que guarda mucha relación con esta: la enorme tasa de rotación de los puestos de trabajo. Un total de 1,3 millones de ocupados se incorporaron a su actual empleo en los últimos tres meses, mientras que otros 1,1 millones abandonaron el suyo en el mismo plazo. Y aunque el saldo salga, en teoría, positivo para la creación de empleo, estos 2,4 millones de personas componen el rostro de una volatilidad que sigue arrastrando al 10,8% de los empleos en España, el mayor porcentaje de la Unión Europa y el único que supera el doble dígito.