
La evolución de las horas trabajadas en España han sido la fuente de alguno de los debates más intenso en relación con el mercado laboral en los últimos meses. La razón es que, aunque España ya superó a finales de 2021 la cifra de ocupados previa a la pandemia, la recuperación de las horas ha sido mucho más lenta. Si lo estimamos en términos EPA, se logró superar las marcas prepandemia en el primer trimestre del año; en términos de PIB no ha conseguido hasta el siguiente trimestre. Pero esta recuperación dista de ser completa: nueve ramas de actividad, que generan el 41% de la ocupación, siguen por debajo de los niveles de 2019. Entre ellas, comercio e industria manufacturera, las dos que más empleo concentran.
El hecho es que, de todas las variables macroeconómicas que se utilizan para analizar la fortaleza del empleo, las horas han sido las que han ofrecido peores resultados. Así, a pesar de que el número de ocupados registra máximos históricos, las horas siguen por debajo de los niveles de 2008. Pero las interpretaciones son variadas: una de las más socorridas es el mayor número de trabajadores a tiempo parcial, aunque su peso en el total del empleo, del 13,5% en el segundo trimestre está por debajo del 14,9% en el mismo periodo de 2019.
También se habla del aumento de los fijos discontinuos tras la reforma laboral, aunque este impacto es difícil de estimar con los datos de la EPA: según sus últimos registros solo suponen el 3,89% de los asalariados, frente al 2,43% del segundo trimestre de 2019. En este sentido, conviene recordar que cuando estos trabajadores pasan a la inactividad, la EPA no los cuenta como ocupados. Por ello mismo su situación no es, a efecto del cálculo de horas, diferente a la que en 2019 provocaban los temporales, que antes de la reforma eran muchos más.
Uno de los argumentos que más consenso suscita entre los analistas es el peso creciente de actividades en las que las jornadas son más cortas, como es el caso del sector público. Aunque lo que salta a la vista al analizar los datos es que las actividades que más empleos (y horas de trabajo) generan, siguen por debajo de las cotas previas a la pandemia.
Brecha entre horas y empleos
Es el caso del comercio y la inustria, que con 3,1 y 2,5 millones de ocupados son las ramas de actividad que más ocupados aportan al mercado laboral en España, un 26,4% del total. Le siguen otros sietes sectores; actividades administrativas y servicios auxiliares, agrario, hogares, otros servicios, suministro de agua y gestión de residuos, energía, e industrias extractivas que suman un total de 8,7 millones de empleos, un 41,3% del total. Todos ellos siguen por debajo de los niveles previos a la pandemia (segundo trimestre de 2019) en horas trabajadas. Y seis de ellos, también en ocupados.
Esto último es un matiz muy a tener en cuenta, ya que parece poner en cuestión que las menores horas se deban exclusivamente a una recuperación incompleta del empleo. Aunque en este caso hay que tener en cuenta el 'efecto composición'.
Lo que dice la es que EPA, las horas efectivas semanales trabajadas por todos los ocupados en el segundo trimestre suman 670,77 millones, un 3,8% más que en el mismo periodo de 2019, mientras la ocupación se ha incrementado un 6,2%. Es decir, el empleo ha crecido a un ritmo que duplica el de las horas.
Pero en la industria, el empleo sigue un 0,4% por debajo del mismo periodo de hace cuatro años, mientras las horas trabajadas siguen un 4,5% por debajo. Es decir, 10 veces más. Aunque en este caso, la debilidad del empleo se puede explicar si profundizamos en esta rama de actividad. Así, el buen comportamiento de la industria farmacéutica (que ha aumentado un 33,9% sus empleos) o la de la alimentación no ha compensado la caída en otras como la de confección de prendas de vestir (que tiene un 34% de ocupados menos que en 2019).
Por el contrario, el comercio ha generado un 0,7% más de ocupados que hace cuatro años, pero las horas están un 1,7% por debajo, aunque en este caso hay que señalar que el repunte en este sector comercio minorista, el que más empleos aporta al grupo, ha retrocedido un 2% en ocupación respecto al último periodo comparables previo a la pandemia.
Sin embargo, este diagnóstico ha de ser limitado, ya que la la EPA no desglosa las horas por ramas de actividad con la profundidad con que lo hace para la ocupación, con lo cual no es posible analizar hasta qué punto este comportamiento de los empleos se ha trasladado a las horas.
Empleos más productivos y menos
Lo que sí que dejan claro los datos es que, aunque haya actividades que registran menos horas con más ocupados, lo contrario no sucede. Eso sí, aunque el comportamiento es también muy dispar en este grupo solo hubo un caso en el que el crecimiento del empleo quedó por detrás del de las horas, Fueron las actividades inmobiliarias: la ocupación supera en un 18,6% las de 2019 y las horas en un 23,6%.
Aunque sí se ha producido un incremento importante del empleo y las horas en actividades más ligadas con la tecnología y la 'economía del conocimiento', no está tan claro que la brecha entre ambos indicadores se deba a ellas. También ha ocurrido en otras consideradas de 'baja productividad', como el sector público, la hostelería o la logística.
Las administraciones públicas han incrementado un 8,4% los ocupados, pero solo un 3,3% las horas. Las otras actividades más vinculadas al sector público Educación y Sanidad también han aumentado más el empleo que las horas. Aunque la palma se la llevan los funcionarios de los organismos extraterritoriales como el FMI, o la ONU. Su empleo crece un 24% y las horas un 6,5%.
Por su parte, informática y comunicaciones, la segunda actividad que más empelo ha creado respecto a 2019, un 23,5%, ha incrementado un 20,8% las horas, mientras tanto, la hostelería ha elevado un 4,1% las horas y un 4,9% los empleos. La logística, que vivió su particular 'boom' en estos años ha sumado un 13,6% de empleo y un 13,4% de horas.
Esto muestra que en los sectores que exigen mayor presencialidad la relación entre empleo y horas trabajadas es más directa, mientras que en aquellos con mayor uso de tecnologías y de 'valor añadido' se produce una mayor separación entre ocupación y horas trabajadas.
Pero mientras sectores clave como la industria o el comercio minorista sigan por debajo de las cotas de 2019 sigue siendo prematuro afirmar que lo que está ocurriendo se deba a un cambio del modelo productivo y no a una recuperación incompleta del empleo.