Los mercados financieros han descontado infinidad de veces este año las subidas de tipos del banco central más poderoso del mundo, la Reserva Federal. Ahora, también lo hacen en una semana clave, donde su homólogo europeo, el BCE, anunciará lo propio para el verano.

Los bancos esprintan desde hace unas semanas para ofrecer nuevas condiciones hipotecarias a sus clientes. El euríbor registra desde esta primavera leves subidas que no se veían desde hace años, instalado en los tipos negativos. El índice de referencia de las hipotecas marca una media mensual del 0,282% en mayo, frente al 0,013% de abril, según el dato provisional conocido esta semana.

El himno de la Liga de Campeones (la Champions League) sonará fuerte este sábado en las radios, televisores y móviles de todos los aficionados al fútbol, que no se perderán la final entre el Real Madrid y el Liverpool. Un himno que combina expresiones en los tres idiomas oficiales de la UEFA: francés, alemán e inglés. Equivale al número de perfiles de riesgo entre los inversores, y también al de perfiles de una alineación de fútbol: defensa, mediocentro y delantero; dicho de otra forma, defensivo, moderado y agresivo. A ello se suma el portero, guardián de la red, que en la alineación de 11 productos financieros hemos identificado con un depósito.

El ahorrador conservador no podrá cubrir todo el golpe de la inflación con los depósitos. Sin embargo, este popular producto financiero entre los españoles vuelve a estar en el radar de los ahorradores. Los mercados son un río revuelto últimamente: la renta variable supone ahora mismo asumir altas dosis de volatilidad; la renta fija también ha sufrido grandes correcciones, y solo los bonos de muy corto plazo pueden quedarse al margen de las caídas, según advierten los expertos.

Bolsa

Los dividendos son uno de los recursos favoritos de los inversores en momentos de volatilidad de los mercados. El pago de dividendos es la forma más habitual para repartir beneficios entre los accionistas de una empresa cotizada.

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Las finanzas no son una ecuación que tenga un resultado exacto, matemático e inamovible. Es por ello que su correcta gestión permite tener mejores resultados, pero no asegura siempre el éxito.

Los más avezados en el mundo financiero dan por hecho que la jerga es accesible al común de los mortales. Hablar de benchmark en vez de índice de referencia responde a la misma realidad, aunque a veces no sea tan evidente. Hay dos términos que el mundo anglosajón adoptó del griego y forman parte de las fichas de los productos financieros. Son el alfa y la beta en la inversión.

Los ahorradores saben que no todo es rentabilidad en las inversiones. Algo que desconocen o en lo que no reparan es que una parte de la inversión se va no solo en comisiones o gastos corrientes, sino también en tributación. La campaña de la declaración de la Renta es el momento de rendir cuentas con Hacienda por el dinero que hemos ganado en el año anterior. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas se convierte en una puerta abierta por la que se marcha parte de ese beneficio. Al menos potencialmente.

La renta variable lleva un año renqueante y con continuos sobresaltos. La inflación persistente y los riesgos geopolíticos agravados por la invasión de Ucrania han dado al traste con las expectativas de los inversores en el que durante los últimos años ha sido el activo financiero predilecto para rascar rentabilidades.

La economía de mercado transita por momentos de bonanza y de crisis. Ambos se alternan y crean una curva que fluctúa. Durante los 150 últimos años se contabilizan 14 recesiones mundiales. La más reciente aún la vemos por el espejo retrovisor: el fuerte parón económico provocado por la pandemia mundial del Covid-19.