
Los mercados financieros han descontado infinidad de veces este año las subidas de tipos del banco central más poderoso del mundo, la Reserva Federal. Ahora, también lo hacen en una semana clave, donde su homólogo europeo, el BCE, anunciará lo propio para el verano.
Esto no es suficiente para convencer a los grandes gestores encuestados mensualmente por Bank of America. Su última lectura es muy negativa: unos "bancos centrales restrictivos" suben como la espuma entre las preocupaciones de los gestores y son de hecho su mayor temor por la capacidad para desestabilizar los mercados financieros. La "recesión global" y la inflación completan el podio de riesgos según el parecer de los expertos de inversiones.
Dicho de otra forma, el cóctel de la estanflación: una mezcla de crecimiento económico bajo y elevada inflación, cuya máxima expresión ocurrió en la década de los 70, durante la crisis del petróleo. El 77% de los gestores de carteras ven probable que este escenario negativo sea una realidad próximamente.
A estos inconvenientes se suman los estrechos márgenes de rentabilidad de las compañías, achicados por la elevada inflación. De hecho, se trata de un escenario cada vez más frecuente en gran parte de los sectores económicos. Hace pocos días, Target y Walmart, dos de las grandes empresas del sector de la gran distribución, lanzaron un aviso en este sentido, incapaces de trasladar la subida de costes a los consumidores finales.
Los gestores de carteras esperan que esta sea la dinámica durante los próximos meses. Así, empeoran su estimación sobre la tendencia en el crecimiento de los beneficios empresariales, que se ha desplomado hasta niveles no vistos desde el estallido de la crisis de las hipotecas subprime, pistoletazo de salida de la Gran Recesión.
Sesgo defensivo de los gestores
Más de un 15% de los gestores esperan al menos 10 subidas de tipos durante este ciclo. De esta forma, los activos financieros para los que se muestran más optimistas son el efectivo o los fondos de inversión similares a la liquidez. A continuación, las materias primas, la energía y la salud son los favoritos de los expertos en esta coyuntura de los mercados.
Tanto han elevado el sesgo defensivo los encuestados que las carteras no mostraban un nivel de liquidez tan alto -6,1%- desde el atentado de las Torres Gemelas, en septiembre de 2001.
La mitad de los gestores afirma que tiene en cartera menos riesgo que en niveles normales. Las acciones y los bonos son, al mismo tiempo, motivo de preocupación y por ello los han infraponderado. Dentro de la renta variable, son especialmente pesimistas con la tecnología, líder en las Bolsas hasta hace no tantos meses.
La geopolítica, más leña al fuego del pesimismo
La invasión rusa de Ucrania ha acelerado el proceso de reducción de riesgo en la cartera de muchas firmas de inversión. Una de ellas, Newton Investment Management (marca de BNY Mellon IM), ha retomado una posición en oro y ha ampliado su posicionamiento en deuda pública de mercados desarrollados.
Con todo, la lectura de las gestoras de la deuda pública se centra en el corto plazo, como indicaron recientemente responsables de Ibercaja Gestión y BBVA Asset Management, invitados a un consultorio de Finect. "Es difícil entender que un activo considerado refugio tenga estas caídas. Aunque momentáneamente se vean caídas relevantes, es importante reconocer que está surgiendo una oportunidad interesante para inversores de perfil conservador. A día de hoy, sin excesivo riesgo y con duraciones relativamente reducidas podemos obtener rentabilidades atractivas tanto en deuda pública como en crédito corporativo", afirma Cristina Gavín, responsable de renta fija de Ibercaja Gestión.
"Venimos haciendo una gestión con duraciones cortas en nuestros porfolios", comenta Paulino Pomar, gestor de renta fija de BBVA AM. "Seguimos con una incertidumbre alta en cuanto a cómo puede influir el riesgo geopolítico en la inflación en todo el mundo y cómo los bancos centrales son capaces de controlar la inflación sin dañar el crecimiento de las economías", advierte Pomar.
Eduardo Ripollés, director de negocio institucional de Mapfre AM, destaca las oportunidades que se esconden bajo un contexto tan pesimista: "En un escenario como el actual, nos encontramos con un entorno complejo, tanto para la renta variable, donde vemos una rotación de activos a valores más defensivos y un menor sesgo de crecimiento, como para el lado de la renta fija. La subida de tipos a ambos lados del Atlántico está produciendo cambios significativos en cuanto a las carteras y las duraciones".