La purga que se temen en la Administración catalana

La primera semana de septiembre el presidente de la Generalitat Quim Torra llevó a cabo una purga en el Govern. Así, Miquel Buch, Àngels Chacón y Mariàngela Vilallonga se enteraron por la prensa de que dejaban de ser consejeros de Interior, Empresa y Cultura. Puestos que ya han sido ocupados por Ramon Tremosa, Miquel Samper y Àngels Ponsa, respectivamente. Es ya vox pópuli que la causa de las destituciones están en la alienación de los exconsejeros con el independentismo moderado, que aún defiende el PDeCAT, una ideología que no casa con el conocido como "sector belga", liderado por Carles Puigdemont y Torra y ganador de la guerra por el control de Junts per Catalunya. Pues bien, se comenta que los que ahora temen que ocurre otra purga son los funcionarios de las tres consejerías en las que se han dado los cambios. Así lo afirman al menos los propios protagonistas en diversos grupos de mensajería que comparten. En las conversaciones se llega a decir que "los altos cargos tendrán que jurar confianza al sector belga si no quieren que les manden a casa". Además, los empleados públicos también utilizan ese canal para intercambiar críticas. Por ejemplo, muchos comentan "que el control del dinero de las subvenciones, y no la mejora de la vida de los catalanes, es lo que ha provocado la guerra".

Pablo Iglesias ‘margina’ los servicios sociales

El cargo actual de Pablo Iglesias en el Ejecutivo es el de vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. Pero todo apunta a que su interés se centra exclusivamente en la Vicepresidencia. Así lo demuestra la marginación y abandono al que tiene sometidos a los consejeros de Servicios Sociales de las comunidades autónomas. Es más, la última reunión que Iglesias celebró con el Consejo Territorial de esta materia data del 18 de junio. Desde entonces, y a pesar de la situación de emergencia que hay en todas las autonomías por la pandemia, nada de nada. Como era previsible este clamoroso olvido de una de las responsabilidades del líder de Podemos, genera un importante malestar en los consejeros autonómicos del ramo, que no han dudado en hacer llegar a Moncloa su situación. “Es intolerable que se inhiba de sus obligaciones cuando los rebrotes convierten en crítica la situación, por ejemplo, en las residencias”, dicen desde una consejería regional, donde ponen a Salvador Illa como el ejemplo que Iglesias debería imitar. “El ministro de Sanidad se ha reunido con el Consejo Territorial de su ramo 14 veces desde el fin del estado de alarma frente a una del supuesto responsable de Derechos Sociales”, añaden.

La Prensa, descontenta con el trato de Delgado

El lunes la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, dio a conocer en rueda de prensa la Memoria correspondiente a la actividad del Ministerio Fiscal del pasado ejercicio. Era la primera vez que protagonizaba este encuentro con los medios y se dice que el estreno de Delgado con los periodistas distó de ser óptimo. No por el acto en sí mismo, que transcurrió dentro de la normalidad, sino porque se retrasó la entrega de la Memoria a los medios hasta el mismo momento en el que Delgado comenzó a hablar. Es norma no escrita que el Ministerio Fiscal adelante el documento en los días previos a la rueda de prensa del Fiscal, con la condición de no publicar nada hasta después de la presentación. Pero este año no ha sido así, lo que ha generado un importante malestar en la profesión. “La Memoria tiene casi 2.000 páginas y es importante tenerla antes para preparar preguntar de cara a la rueda de prensa”, explica un periodista especializado. “Parece como si Delgado quisiera esconder algo”, añade. Una opinión que, se comenta, comparten muchos compañeros. Máxime tras recibir evasivas del Ministerio cuando se le preguntaba por qué no mandaban la Memoria. “Nos decían que era por el Covid. Pero justo durante el discurso se colgó en la web del Ministerio. Está claro que se podría haber hecho antes y no se ha querido”, se queja un redactor.

El afán de Irene Montero por hablar con Ana Botín

El acto que la pasada semana se celebró en la Casa América protagonizado por Pedro Sánchez sigue dando mucho que hablar. A él asistió buena parte del Ejecutivo y los empresarios más importantes del Ibex 35. Como es habitual en este tipo de eventos, los corrillos que se crearon antes y después de la intervención del presidente fueron vigilados con lupa. Una de las conversaciones que no pasó desapercibida fue la que protagonizaron la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la presidenta del Santander Ana Botín. Según cuentan los testigos, la charla entre ambas fue muy animada. Pero lo que más llamó la atención fue el interés de Montero por alargar su encuentro con Botín. De hecho, dicen que despachó a varios periodistas allí presentes que la interpelaron con la excusa de que “no tenía tiempo” para ellos. Por desgracia para los intereses de la titular de Igualdad, el encuentro terminó en cuanto apareció en escena Yolanda Díaz. Parece que ese momento fue el que aprovechó Botín para excusarse con Montero e iniciar otro corrillo con la ministra de Trabajo. Algunos de los allí presentes comentaron que este fin de la charla no satisfizo a Montero que parecía tener aún mucho que decir a la presidenta del Santander.

El total silencio ante el ‘caso Facturas’ del PSOE

El pasado martes ingresó en prisión el exvicepresidente de la Diputación Provincial de Almería, Luis Pérez Montoya, para cumplir la pena de 7 años y 10 meses a la que fue condenado por el caso Facturas, otro de los escándalos de corrupción que afectan al PSOE andaluz. Durante el proceso se demostró que Pérez Montoya y la exsecretaria del Patronato Provincial de Turismo, María Teresa González (en prisión desde junio), acordaron un plan para destinar los fondos públicos del patronato “a fines ajenos de los que le eran propios”, y acordaron con empresarios la elaboración de facturas “fraudulentas”. En círculos políticos y periodísticos ha sorprendido la escasa cobertura mediática dada al ingreso en la cárcel de Pérez Montoya. Tal silencio llama especialmente la atención considerando la gravedad de los delitos juzgados. De hecho quedó demostrado que el plan de Pérez Montoya y González sirvió para malversar más de 700.000 euros de dinero público entre 2009 y 2011. Ante la magnitud de los hechos, resulta especialmente clamoroso el silencio que han mostrado al respecto del caso Facturas, tanto la presidenta del PSOE en Andalucía, Susana Díaz, como el resto de altos cargos socialistas en la automomía.

Colau premia a las firmas afines con subvenciones

La política de contrataciones del Ayuntamiento de Barcelona ha sido criticada en más de una ocasión, tanto por la oposición como por los ciudadanos. Pero todos los comentarios negativos vertidos al respecto de las subvenciones del Consistorio no tienen efecto en la alcaldesa Ada Colau. Así lo demuestra el próximo reparto de dinero público a entidades afines a Barcelona en Comú, la formación de Colau. De momento se desconocen las cantidades, pero sí que se ha desvelado el nombre de algunas de las organizaciones beneficiadas. Una de ellas será Observatori Desc, que recibirá dos ayudas, una entidad donde trabajó la propia Colau antes de convertirse en alcaldesa de Barcelona, y a la que se conoce como la cantera de BComú. Lo mismo ocurre con Enginyers sense Fronteres (que recibirá cuatro subvenciones), otra de las canteras del partido, que en el pasado fue donde trabajó el concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática Eloi Badiaí. Novact, Fundación Proa (Open Arms), Opcions y Alba Sud son otros de los organismos agraciados con las contrataciones de Colau, ya que también son afines a Barcelona en Comú. Como era previsible, ya empiezan a aparecer las primeras muestra de crítica ante este nuevo reparto. Pero pocos creen que esta vez vayan a provocar cambios en Colau.   

Imposible comunicación con el Sepe

El colapso que sufre el Sepe no solo afecta a los trabajadores que aún no han cobrado la prestación por Ertes, a pesar de haberla solicitado en mazo. Desde los sindicatos se comenta que también está generando importantes contratiempos a un buen número de cotizantes que siguen recibiendo la retribución temporal a pesar de haberse reincoporado ya a su puesto laboral desde hace meses. “Mantener la prestación cuando ya se trabaja supone un cobro indebido del subsidio, lo que podría acarrear sanción”, aseguran desde un sindicato. Para evitar este tipo de contratiempos, muchos trabajadores que están en esta situación irregular están tratando de comunicarse con el Sepe. Pero, según comentan los agentes sociales, les está resultado imposible pasar más allá del contestador automático. Desde el entorno del secretario de Estado Joaquín Pérez Rey, se asegura que el Ministerio de Trabajo es plenamente consciente de todos estos inconvenientes. Pero, aseguran, que es imposible hacer más con los recursos que se tiene. Dicen además que se tendrán en cuenta estos problemas a la hora de imponer sanciones. Unas explicaciones que no convencen en los sindicatos, en donde ya consideran intolerable el largo colapso que sufre el Sepe y otros organismos públicos como la Seguridad Social. 

Los centros salud mandan un SOS a Illa

Los centros de salud llevan tiempo advirtiendo que están al límite y que no pueden asumir la mayor carga de trabajo producida por la pandemia. Según cuentan, el problema está en la escasez de médicos de familia y enfermeros, lo que genera que los facultativos hayan triplicado el número de pacientes a los que atienden. “El problema es grave, ya que las bolsas de trabajo de esta especialidad están vacías. Desde hace años se ha primado la especialización, lo que ha reducido el atractivo de la medicina familiar”, dicen desde un centro de salud. Las mismas fuentes comentan que las comunidades autónomas son conscientes de esta crítica situación. Pero aseguran que ningún Gobierno regional ha hecho nada por solucionar el déficit de la atención primaria. De ahí que ahora opten por lanzar una llamada de auxilio al ministro Salvador Illa. “El Ministerio de Sanidad debe hacer un esfuerzo por llegar a un acuerdo con las CCAA y tratar de paliar la situación. Lo contrario sería nefasto ante la segunda oleada del coronavirus”, avisan los facultativos.     

Yolanda Díaz, ¿aliada de Sánchez contra Iglesias?

Aunque el lunes el presidente Pedro Sánchez garantizó la estabilidad del Gobierno en los 40 meses que quedan de legislatura, la realidad es que en Moncloa están preocupados por las causas judiciales abiertas contra Unidas Podemos, su socio de Gobierno. Tanto es así que, según cuentan, el presidente ha pedido a su jefe de Gabinete, Iván Redondo, que estudie candidatos en el seno de Podemos que puedan plantar cara al liderazgo de Pablo Iglesias. “Sánchez está harto de tener que parar los pies a Iglesias y cree que la debacle electoral de Podemos y las investigaciones judiciales abren una ventana de oportunidad para reducir su poder”, dicen desde Moncloa. Las mismas fuentes cuentan que para lograr ese objetivo, el presidente y sus asesores están tanteando a Yolanda Díaz. Es sabido que la titular de Trabajo “va por libre” y no sigue los dictados que llegan desde la Ejecutiva de Podemos y tampoco de la de IU. Además, se dice que el hecho de que Podemos quisiera convertirla en cabeza de turco del mal resultado de la formación en las regionales gallegas ha sido la gota que ha colmado el vaso. De ahí que algunos dentro de Podemos no descarten que Díaz se pueda convertir en esa aliada que Sánchez necesita para convertirse en un referente capaz de competir con el liderazgo de Iglesias.

El examen que temen los ministros de Podemos

La pandemia del coronavirus ha aplazado el examen anual de Seguridad Nacional, que estaba previsto para el pasado mes de abril. El objetivo de esta prueba es evaluar la capacidad de respuesta de todos los Ministerios del Ejecutivo ante grandes amenazas para el país, como ciberataques, atentados, uso de armas de destrucción masiva, etc. El Departamento de Seguridad Nacional es el encargado de llevar a cabo el examen. Pero dicha sección dependa del Gabinete de Presidencia convierte a Iván Redondo en el gran responsable de una prueba que, según dicen, tendrá lugar cuando finalice la pandemia del Covid. Pues bien, cuentan que algunos ministros ya temen suspender este examen. En concreto, los de Podemos (Yolanda Díaz, Irene Montero, Pablo Iglesias, Alberto Garzón y Manuel Castells), que consideran que el hecho de que sus negociados sean de reciente creación los coloca en mal lugar frente a otros departamentos más veteranos. A pesar de sus quejas, fuentes próximas al Ejecutivo comentan que Redondo no hará excepciones y utilizará la misma vara de medir para todos los ministerios. “Con el retraso tendrán tiempo de sobra para prepararse”, comentan desde el entorno del director del Gabinete de Pedro Sánchez.