Celsa cierra sus primeras cuentas sin la familia Rubiralta en el accionariado con un beneficio de 459 millones de euros. Las ganancias se deben eso sí a la quita de 1.418 millones de deuda con la que los fondos se hicieron con el 100% del capital. Sin la reestructuración, se hubiera cerrado el ejercicio con unas pérdidas de 918 millones; tanto por el efecto de las cantidades adeudadas como por el descenso de la actividad ordinaria.