Aunque entre la burbuja tecnológica de principios de siglo y el 'rally' protagonizado por las compañías tecnológicas en la última década hay claras diferencias por fundamentales, al calor de esta subida ha ido entrando dinero de muchos inversores que no querían perderse este extraordinario rendimiento. Ya no eran los tiempos de valoraciones de empresas de miles de millones de dólares por poco más que un dominio en internet. Ahora, como está poniendo de manifiesto la pandemia del coronavirus, se trata de compañías que viven de la revolución digital y sus múltiples aplicaciones. Pero los máximos que había ido conquistando contínuamente el índice tecnológico por excelencia, el Nasdaq, pueden tener los días contados si esta burbuja finalmente se desinfla.