Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Las aerolíneas vivieron un mercado cargado de turbulencias. Las altas expectativas tras una potente recuperación poscovid, en la que los usuarios estaban dispuestos a gastar lo que hiciera falta tras el ahorro generado por la pandemia (el conocido turismo de venganza), chocaron con una nueva realidad. Ahora las empresas no tenían esa demanda prácticamente incondicional y el poder de fijación de precios que les había concedido. En consecuencia, las firmas vivieron unos meses estivales complicados a medida que iban asumiendo que entraban en una nueva etapa con peores márgenes. Sin embargo, un salvador inesperado ha aparecido y no solo ha aliviado la tendencia, sino que ha logrado que el sector viva una sucesión de subidas frenéticas: el petróleo.

Tras días de máxima expectación este jueves se ha producido un giro histórico en la deuda. Por primera vez en 16 años el mercado exige más rentabilidad a la deuda francesa que a la española. Concretamente los bonos galos a 10 años cotizan con una rentabilidad de 2,965% frente al 2,938% de los españoles. Este giro histórico provoca que la prima de riesgo (diferencia con el bund alemán) al norte de los Pirineos sea de 80 puntos frente a los 78,1 puntos al sur de los mismos.

La cúspide de Wall Street está plagada de tecnológicas y, recientemente, de empresas relacionadas con la energía nuclear. Sin embargo, recientemente, un invitado inesperado se ha colado en el olimpo del S&P 500. Un proveedor clave de Boeing al que, en plena crisis de la firma aeronáutica, está viendo como los pedidos de su principal cliente caen con contundencia. Sin embargo, mientras este problema parecía poner en entredicho su actividad, la empresa es la quinta mejor compañía de todo Wall Street, con subidas del 85% en lo que llevamos de año.

Aparente felicidad en Wall Street. Tras el primer recorte de los tipos de interés en Estados Unidos y unos resultados convincentes en sus empresas, los principales índices no han encontrado obstáculos hasta máximos históricos. Ahora empiezan a emerger las voces que hablan de la posibilidad de que el S&P 500 conquiste los 6.000 puntos animado por esta tendencia. Sin embargo, la senda hacia este objetivo histórico no será nada fácil de alcanzar y supondrá un tortuoso camino plagado de desafíos, a pesar de que este objetivo ya está a un 4,7% y se acerque el cuarto trimestre, un periodo históricamente alcista en la renta variable.

Una amenaza se cierne sobre EEUU. Con una deuda creciente y cada vez siendo una carga más pesada en sus presupuestos, las diferentes agencias de rating están advirtiendo de un gran peligro para su economía y sus bonos. En ese sentido, Fitch ya redujo el año pasado su 'rating' ante la idea de un pasivo nacional creciente y descontrolado, una medida que tiene un impacto directo sobre la misma economía de EEUU, pues afecta a la facilidad y calidad del crédito sobre la nación y sus empresas. Este martes, Moody's, que había optado por una rebaja de perspectiva y no de nota, manteniendo su calificación en AAA, ha lanzado una seria advertencia a la Casa Blanca.

La Reserva Federal ha comenzado de forma vigorosa un nuevo ciclo. Tras su movimiento la semana pasada, al decidir realizar un recorte jumbo de 50 puntos básicos, han corrido ríos de tinta sobre cuál es ahora la hoja de ruta a partir de ahora. La necesidad de anticiparse a un mercado laboral que se debilita, fortalecer la economía del país u otros factores similares han sido las estrellas del dante, pero hay un problema que permanece soterrado y que necesita de una Fed agresiva: el sistema bancario del país está ante una situación de estrés histórica por el alto precio del dinero.

El sector del lujo vive momentos realmente difíciles. Estas empresas, que vivieron un potente auge poscovid y se convirtieron en algunas de las grandes estrellas de un mercado pesimista sobre la economía en 2022 y parte de 2023, están atravesando una gran crisis. Los principales valores europeos del lujo están asumiendo cada vez con mayor desasosiego, que su realidad ha cambiado por completo. Si bien tras sus resultados todos asumieron que la crisis había confiado, hasta este martes, las caídas no han parado de sucederse ante los últimos informes de los en el que los analistas van claudicando ante un problema más profundo: el golpe será más largo, devastador y cruel de lo que se había pensando en un principio. Unos descensos que han virado momentáneamente ante el histórico plan de China con nuevos estímulos para reflotar su economía, a lo que han respondido con euforia. Sin embargo, los problemas siguen instalados y queda pro ver si el plan de Pekín puede darle la vuelta a la tortilla.

Alemania está en un periodo realmente extraño y complicado, que puede resultar clave para el devenir de toda Europa. El sector industrial del país lleva mes tras mes alertando de una recesión cada vez más contundente. Los últimos PMI, conocidos este lunes, han dado buena cuenta de la complicada situación, con la producción industrial cayendo a 40,5 puntos en mínimos de 12 meses y arrastrando a toda la economía a una situación de contracción (50 puntos marca el umbral de crecimiento), con una caída de más de un punto por sorpresa hasta los 47,2.

Uno de los productos clave de Rusia, que estuvo en el foco de las sanciones, es el níquel. Este metal que se usa en su mayoría para la fabricación de acero inoxidable, es clave en otros frentes como en todo tipo de procesos de función pero su rol estaba adquiriendo especial importancia por su uso de cara a las baterías y, por tanto, para un sector que se perfila como clave para Occidente y el mundo como es de los coches eléctricos. El propio Elon Musk habló abiertamente de este tema, "a todas las empresas mineras, por favor, que extraigan más níquel", pidió el empresario. "Tesla les dará un contrato gigante por un largo período de tiempo si extraen níquel de manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Espero que este mensaje llegue a todas las empresas mineras: por favor, consigan níquel".

Nike busca un salvador para salir de su crisis. El sector del retail y del consumo en EEUU atraviesa momentos complicados algo que ha generado una necesidad de buscar nuevos líderes que traigan nuevas estrategias. En ese sentido, múltiples empresas se han encomendado a 'salvadores', grandes fichajes en su cúpula que han sido celebrados en Wall Street con euforia o caos. Esto ocurrió con la incorporación del CEO de Chipotle, Brian Niccol a Starbucks, que precedió a un alza en bolsa del 20% en un solo día para el gigante de las cafeterías. También ocurrió en Victoria's Secret, que se disparó un 15% tras la incorporación de Hillary Super, que dirigió la marca de lencería de Rihanna.