
Tras días de máxima expectación este jueves se ha producido un giro histórico en la deuda. Por primera vez en 16 años el mercado exige más rentabilidad a la deuda francesa que a la española. Concretamente los bonos galos a 10 años cotizan con una rentabilidad de 2,965% frente al 2,938% de los españoles. Este giro histórico provoca que la prima de riesgo (diferencia con el bund alemán) al norte de los Pirineos sea de 80 puntos frente a los 78,1 puntos al sur de los mismos.
Este giro viene fotografiándose desde hace días. Tras el conato de crisis de deuda en Francia con la convocatoria de elecciones legislativas al conocerse el resultado de las europeas y el potencial ascenso de Merine Le Pen y Jean-Luc Melenchon, parecía llegar un periodo de calma. Sin embargo, la tendencia fue hacia este sorpasso con un mayor déficit esperado en los campos Elíseos y unas perspectivas económicas cada vez más débiles, tal y como se vio en los últimos PMI.
Este camino se ha acelerado esta semana con la formación, este sábado, del nuevo gobierno, que ha vuelto a mostrar al mercado el riesgo de la política en el contexto actual. El primer ministro, Michel Barnier, habló de que evitaría una gran subida de impuestos para bajar el déficit y que lo centraría todo en unos mayores gravámenes a las rentas más altas del país. Estas declaraciones pusieron de manifiesto los problemas de un gobierno en minoría para afrontar los altos déficits con recortes de gasto o subidas de impuestos impopulares.
Déficit y una economía en retroceso
François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management explicaba que la tendencia seguirá en los próximos meses, por lo que veremos el histórico sorpasso acentuarse. "Es una situación normal y probablemente la tendencia se extenderá". El experto dice que parece entender esta situación hay que irse a 2020 desde entonces mientras Francia aplicaba una política de gran apoyo fiscal "el crecimiento de España ha sido más fuerte que el de Francia todos los años desde 2014". Además, las previsiones para 2024, 2025 y 2026 muestran mejores expectativas para España, en línea con los últimos años.
Esto ha llevado a que si bien España siempre se había caracterizado por tener un potente déficit frente al cauto enfoque franco-alemán la tendencia se ha invertido desde la pandemia. El país ibérico solo tuvo uno en 2023 del 3,6% frente al de 5,5% del galo. Además Rimeu cree que el último se revisará al alza.
Esta situación genera un clima de endeudamiento peor para Francia que para España, lo que ha revertido en una peor nota. Desde Credit Mututel ven una potencial vuelta a un ratio PIB/Deuda por debajo del 100% para España en 2027 (está en el 107%), mientras que Francia tiene un camino por el desierto. Actualmente Francia con el 110% de deuda sobre el PIB y un déficit estructural mayor se encuentra con que la propia UE estima que subirá al 112% este 2024 y al 114%. Para España el camino es totalmente opuesto desde la Comisión Europea se habla de una "disminución gradual en 2025 hasta el 104,8%" tras esperan una reducción similar en 2024 del 107% al 105,5%.
Todo esto con una economía muy debilitada. A pesar de que los Juegos Olímpicos llevaron en agosto al país europeo a lograr un PMI compuesto de 53,1 puntos, la fiesta ya ha acabado y la realidad ha golpeado con dureza. Este indicador cayó hasta los 47,4 puntos volviendo a marcar territorio de contracción (50 puntos es el punto de expansión). Al margen del sector servicios, que ya se esperaba que cayese, le siguió el sector industrial, que se está viendo muy golpeado ante un entorno de altos tipos de interés, una menor demanda de EEUU y China y unos mayores costes.
La política añade grandes dudas
Si bien los problemas de Francia ya estaban en el horizonte, hasta las elecciones europeas existía cierta confianza en que Francia, en caso de necesitarlo, podría apretarse el cinturón. Sin embargo, la política ha hecho su aparición y el contexto actual dificulta este cambio. Un gobierno en minoría es clave para el margen de acción que puede tener París. "Prevemos que el gobierno tendrá dificultades para aprobar un presupuesto que reduzca sustancialmente el déficit el año próximo y, como resultado, creemos que es probable que el diferencial entre los bonos gubernamentales franceses y alemanes siga aumentando en las próximas semanas y meses", comentan los expertos de Capital Economics.
El nuevo gobierno insinuó el jueves que esperan que el déficit pueda superar el 6% este año en lugar del 5,6% que estimaba el anterior Ejecutivo. "El nuevo gobierno cuenta con el respaldo de una minoría de la Asamblea Nacional y dependerá del apoyo tácito del partido de extrema derecha Rassemblement National (RN) para conseguir la aprobación del presupuesto en el Parlamento. El RN defendió una plataforma de recortes de impuestos y dijo que votaría en contra de cualquier propuesta de aumento de impuestos".
Esta idea de un gobierno que no tome medidas impopulares para frenar los problemas presupuestarias quedó claro hace dos días en la entrevista de Barnier ante France 2. A pesar de que este reconoció que hace falta "un esfuerzo nacional para remediar la situación", fue claro que "no voy a aumentar más la presión fiscal para todos los franceses". Eso sí, el alto cargo sugirió que sí incrementaría los gravámenes para que "los más ricos contribuyan a este esfuerzo nacional". Francia ya tiene una recomendación de la Comisión Europea para abrir un procedimiento de déficit excesivo.