El oro es el activo refugio por excelencia, es por ello que cada vez que suena la alarma de una guerra o comienza la escalada hacia un conflicto, el dinero suele fluir a marchas forzadas hacia el metal amarillo. Sin embargo, algo extraño ha sucedido esta vez. La semana pasada fue una de las más caóticas a nivel geopolítico en tiempo, con la invasión de Israel al sur del Líbano y la escalada Israel-Irán con un ataque del país de los Ayatolás y, posteriormente, con el mismo Joe Biden reconociendo la posibilidad de una 'venganza' israelí atacando a la infraestructura petrolera persa. Para culminar y con la tensión en todo lo alto, la nueva semana arranca con más ataques de Ucrania sobre plantas petroleras rusas.