Con la excepción de algunas microciudades como Singapur o Gibraltar y pequeñas petro-naciones del golfo Pérsico como Qatar, Tailandia es el país con menos paro del mundo. Con un 1,07% de desempleo en el país, todos sus ciudadanos están involucrados en la economía de una forma productiva, mientras aspiran a convertirse en la fábrica de Asia y un sector turístico parece brillar con fuerza, convirtiéndose en uno de los destinos más atractivos de todo el mundo. Sin embargo, todo este potencial que confluye en el país del sudeste asiático no solo no explota en un gran crecimiento económico, sino que el país habla abiertamente de que está en una 'crisis', decepcionando con su PIB y viendo como todos sus vecinos la están superando.
Este mismo mes de septiembre, Pichai Chunhavajira ministro de finanzas de Tailandia, hablaba abiertamente de que el país "está al borde de una crisis económica". El alto cargo afirmaba esto después de anunciar de que el PIB del país crecerá en 2024 un 2,7%, mejor que el 1,6% de 2023, pero quedándose muy atrás frente a sus rivales en la región. Un ejemplo claro es Vietnam, pues el Banco Mundial espera un crecimiento del 6,1% para este año, mientras que Filipinas espera crecer un 6% e Indonesia un 5,5% (también Mongolia crecerá más de un 6%). Chunhavajira era contundente al respecto del porqué detrás de esta diferencia: "No podemos competir, no podemos adaptarnos a tiempo".
El país estaba totalmente ilusionado con un despertar de las exportaciones a medida que se convertiría en la 'Detroit' de Asia, atrayendo las principales fábricas del mundo. Sin embargo, esto ha quedado lejos de suceder y sus principales fortalezas flaquean al tiempo que sus vecinos brillan. Ante esta realidad, el país está asumiendo que necesita tomar medidas y, aunque ya estaba programada antes de llegar a las puertas de la 'crisis' creen que el consumo interno podría ayudar a su rezagada economía gracias a una inyección de liquidez de 300 dólares a sus ciudadanos. Pero, ¿por qué se está gripando el que parecía que iba a ser el gran motor del sudeste Asiáticocon una de las divisas más estables?
¿Por qué no vibra una economía sin desempleo?
Una economía en desarrollo, con un 1% de paro y un sector del turismo al alza debería presentar unos crecimientos del PIB deslumbrantes impulsados por un consumo interno creciente, sin embargo, algo está fallando en Tailandia. ¿Qué pasa en el mercado laboral tailandés?
El Banco Internacional de Pagos (BiS por sus siglas en inglés) respondía a esta pregunta en un informe reciente que analizaba el mercado laboral de Tailandia. Este mercado tiene un funcionamiento un tanto laboral, pese a que el desempleo es muy bajo, los sueldos crecen muy despacio, lastrados por una baja productividad, la ausencia de negociaciones series, la baja cualificación de los trabajadores y el elevado peso de los autónomos y la agricultura.
"El mercado laboral tailandés suele tener una tasa de desempleo baja y estable, junto con un crecimiento salarial lento. Esto se atribuye a cuatro características clave: 1 alta demanda de trabajadores poco cualificados; 2 flexibilidad de la oferta laboral; 3 una pequeña proporción de asalariados; y 4 al bajo poder de negociación de los trabajadores", señala el informe del BiS.
Con todo, aunque la tasa de paro es del 1%, "la probabilidad de que se produzca una espiral de precios y salarios en Tailandia es pequeña debido a la reducida proporción de asalariados y al bajísimo poder de negociación… los costes laborales en el coste total de la producción son bajos, mientras que las empresas se enfrentan a fuerte limitaciones en su capacidad para aumentar los precios", señalan desde el BiS.
El informe del BiS destacaba estas particularidades que hacen del mercado laboral tailandés una especie casi única. En primer lugar, una gran proporción de trabajadores se concentra en ocupaciones que no requieren cualificado. Alrededor de tres cuartas partes de los empleados trabajan en ocupaciones como la construcción, servicios de bajo valor añadido, conductores, conserjes… "Dado que estas ocupaciones no requieren un alto nivel de educación, los trabajadores pueden cambiar de trabajo fácilmente, lo que genera un grado de flexibilidad en el mercado laboral importante".
Esto también permite que la fuerza laboral se mueva de unos sectores a otros con gran facilidad y rapidez, lo que otorga una flexibilidad importante para los empresarios y las compañías según la temporada del año o el momento de la campaña: "El mercado laboral tailandés ha sabido absorber los impactos económicos adversos a través del sector informal, en particular en la agricultura. Por ejemplo, mientras que el empleo formal disminuyó drásticamente durante la pandemia, el número de trabajadores agrícolas y no agrícolas en el sector informal aumentó de igual forma". La flexibilidad para acoger a trabajadores extranjeros también facilita estos cambios. Cuando se necesita mano de obra, las empresas de Tailandia recurren a los trabajadores de los países vecinos. De modo que aunque la tasa de paro real es del 1%, las empresas saben que rápidamente pueden encontrar trabajadores cuando los necesitas.
Por otro lado, los trabajadores por cuenta ajena sólo representan el 44% del empleo total, lo que es relativamente bajo en comparación con otros países. El empleo tailandés se compone principalmente de tres grupos: trabajadores por cuenta ajena o asalariados, trabajadores agrícolas (que representan el 31% y dependen de los ingresos de sus cosechas o ganado) y trabajadores autónomos no agrícolas (cuyos salarios dependen de sus ingresos). Dentro de estos grupos, solo los trabajadores por cuenta ajena son empleados que ganan salarios diarios o mensuales que se podrían ver afectados por las dinámicas del mercado laboral.
"Por último, los trabajadores tailandeses tienen un bajo poder de negociación en relación con muchos países, como lo refleja la baja tasa de cobertura de la negociación colectiva y la tasa de densidad sindical. Además, los contratos de trabajo rara vez incluyen una indexación salarial explícita. El poder de negociación de los trabajadores y la indexación salarial explícita han sido factores importantes que han impulsado el crecimiento salarial en otros países. La ausencia de estas características puede explicar en parte el hecho de que el crecimiento salarial acumulado (durante el período 2000-21) en Tailandia ha sido menor que el crecimiento acumulado de la productividad", aseguran el informe del BiS.
Los dos pilares se tambalean
Las exportaciones suponen un 70% de la economía de Tailandia. Se trata del pilar clave que sostiene todo su crecimiento y la verdad es que ahora está fallando, poniendo al país ante la realidad de que tiene un problema estructural. Según los datos del ministerio de Comercio del país asiático, los primeros 8 meses del año el crecimiento en las exportaciones ha caído hasta el 7% interanual, una buena cifra comparada con el último año y medio, pero muy por debajo de sus aspiraciones para convertirse en la fábrica del mundo. Esto contrasta con su gran rival, Vietnam que ha visto crecer en el mismo periodo sus exportaciones un 15%.
La idea de Tailandia era utilizar este periodo de crisis de China para atraer a empresas extranjeras para que colocasen sus fábricas a lo largo del país. Una tendencia que parecía que podría cuajar, en particular con las fábricas de coches eléctricos. El problema es que sus vecinos se han llevado el gato al agua y, sumado a esta competencia, los principales clientes de Bangkok han sufrido problemas. En definitiva, el exterior como gran salvador de su economía no ha tenido el impacto esperado.
El bath se aprecia frente al dólar
Los altos tipos de interés y problemas en sus principales mercados están provocando problemas. En EEUU, los tipos están afectando a los pedidos, mientras que en China los problemas de su sector industrial y construcción, mezclados con una economía menos potente de lo esperado, están siendo fundamentales. Por otra parte, su moneda en Bath, ha sufrido una potente y crítica revalorización, subiendo un 10% frente al dólar en 2024, algo que ha afectado muy negativamente a sus exportaciones. "El fortalecimiento del baht está afectando la liquidez y las ganancias, especialmente en el caso de los productos agrícolas", dijo Chaichan Chareonsuk, presidente del Consejo Nacional de Transportistas Tailandeses.
Desde BNP Paribás hablan en su último informe de que por un lado "las exportaciones de bienes se vieron afectadas como resultado de la desaceleración de la economía mundial". Esto se ha mezclado con "una falta de competitividad del sector exportador" por múltiples factores, en los que pesan los problemas de infraestructura del país y problemas para las empresas locales. Ya sea por la inestabilidad política, problemas climáticos o la "escasa inversión" que es capaz de atraer Tailandia. Desde East Asia Forum también advertían en su último informe que el gran problema por la que no pueden expandir sus ventas viene de una "una baja productividad de los trabajadores". Peter War, profesor de la Universidad de Minnesota y catedrático de Comercio Internacional sentenciaba que "la causa principal ha sido la baja tasa de inversión privada y formas inadecuadas de inversión pública".
Todos estos factores han provocado algo reseñable, que en una época en la que su industria debería estar en crecimiento sostenido por la llegada de fábricas y nuevos pedidos al exterior, está pasando todo lo contrario. El PMI manufacturero ha caída al 50,4%, aún en expansión pero rozando el territorio de contracción (los 50 puntos).
Por otro lado, el turismo, el gran pilar del país, pues representa el 11,5% de su PIB esta desempeñándose mucho peor de lo esperado. "Los ingresos por turismo siguieron creciendo, aunque a un ritmo mucho más lento de lo previsto", comentaban desde BNP ."En 2023, Tailandia recibió a poco más de 28 millones de turistas, lo que supone un aumento de más del 150% respecto a 2022, pero un descenso del 30% respecto a 2019". A estas alturas se esperaba que el país asiático estuviera ya volando por encima de sus niveles prepandémicos.
Desde Capital Economics comentaban tras el incremento del PIB del 2,3% en el segundo trimestre que "vemos una clara desaceleración y esperamos que se incremente a medida que se desvanece el impulso del turismo". En ese sentido "los riesgos, ya por sí solos, dejan una perspectiva pesimista y sesgada a la baja".
Una sociedad hiperendeuda
Al mismo tiempo, el consumo está teniendo un gran lastre que está ralentizando todo: unas familias cargadas hasta arriba de deudas que limitan su gasto y el buen desempeño de la economía. Según las cifras del banco de Tailandia, las deudas de los hogares alcanzaron el 87% del PIB del país. Se trata de la sexta economía más endeudada del mundo con este ratio, solo por detrás de Suiza, Australia, Canadá, Países Bajos y Corea del Sur.
Según la última encuesta de la Cámara de Comercio estamos hablando de una deuda de 606.370 baths por habitante, la cifra más alta desde 2009. De la deuda promedio, el 30% eran préstamos ilegales, frente a aproximadamente el 20% en 2023, debido a que los bancos han restringido el crédito, dijo Thanavath. El ministro de Finanzas ha declarado que existe una necesidad urgente de solucionar los problemas de deuda. Ha dicho que el banco central debería ayudar a los prestatarios minoristas y que hablará con los bancos sobre la posibilidad de proporcionar más asistencia a los deudores.
Es por ello que cree han celebrado un ambicioso proyecto por el que, inyectando dinero en las carteras digitales de sus ciudadanos, podría liberar la economía dando a los ciudadanos más capacidad para pagar su deuda y consumir con una fuerza mucho mayor, permitiendo que su economía interna pueda compensar los problemas de una sector exterior perdiendo la batalla contra sus vecinos. Sin embargo, el polémico no recoge un consenso total por parte de los expertos.
¿Regalar dinero a sus ciudadanos puede salvarles?
El Gobierno de Tailandia aprobó en septiembre una medida que busca estimular la economía mediante el reparto de 145.600 millones de bat (4.400 millones de dólares o casi 4.000 millones de euros) entre 14,5 millones de habitantes considerados vulnerables. Se trata de una de las promesas del nuevo Gobierno tailandés, aprobada a principios de mes para impulsar la economía del país, con un crecimiento previsto del 2,6% para este año, según el Banco Central de Tailandia, la segunda economía del Sudeste Asiático, cuyo PIB crece a menor ritmo que el de países de la zona.
Se espera que esta política impulse el PIB tailandés en 0,35 puntos porcentuales. El reparto comenzará el miércoles de la semana que viene y beneficiará a unos 12,4 millones de habitantes que ya reciben asistencia social estatal y a 2,1 millones de personas con discapacidades (del total de casi 72 millones de habitantes), indicó hoy en una rueda de prensa la primera ministra, Paethongtarn Shinawatra. Cada uno de los beneficiados recibirá unos 10.000 bat (300 dólares o 270 euros).
El plan inicial del Ejecutivo anterior era entregar 10.000 bat a 50 millones de habitantes mediante una billetera electrónica, que desató un amplio debate sobre su impacto en las cuentas del país y que el actual Gobierno ha optado por reducir e ingresar el dinero directamente en las cuentas bancarias. No obstante, el Ejecutivo estudia la posibilidad de ampliar el programa en 2025.
La medida ha sido catalogada de populista por sus opositores durante los comicios y criticada por antiguos gobernadores del Banco Central de Tailandia y economistas. Desde el gobierno alegan que "realmente beneficiará a la gente, ayudará a distribuir oportunidades económicas entre la gente". En ese sentido, el nuevo primer ministro, Paetongtarn Shinawatra, ha comentado que "habrá muchas más políticas de estímulo después de esta. El gobierno continuará y avanzará con el proyecto de billetera digital".
En declaraciones a FT Luca Castoldi, gerente de Reyl Intesa Sanpaolo comentaba que "el sistema de billetera digital beneficia indudablemente el consumo a corto plazo... la preocupación sigue siendo que sin reformas estructurales que lo acompañen, esto podría ser simplemente un impulso temporal, en lugar de una solución a largo plazo para los problemas económicos más profundos del país".