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La tormenta perfecta que está disparando un 178% a Siemens Energy: el plan con Gamesa y la 'resurrección' del gas

  • Los problemas en la eólica española amainan aunque siguen las pérdidas...
  • ... mientras el negocio gasista logra crecer y apunta a una rentabilidad histórica
Logo Siemens Energy (Bloomberg)

Una empresa que se encontraba ante una crisis totalmente histórica, con un desgarro total en sus cuentas y pidiendo un rescate por parte de Alemania, está ahora reinando con total supremacía en las bolsas del continente. Siemens Energy está sorprendiendo a todos. Hace un año, un enorme agujero en su negocio eólico, Siemens Gamesa, con unas enormes pérdidas, desató una verdadera sangría bursátil con descenso que llegó al 70% en sus mínimos de 2023. Aunque aún sigue lastrándole con pérdidas que se mantendrán hasta, según la firma, 2026, la firma ha atravesado un punto de no retorno. No es solo que se haya repuesto totalmente, sino que la empresa se dispara ya este 2024 cerca de un 178%, hasta los 32,65 euros la acción y los 23.630 millones euros de capitalización. Solo este mes ya se revaloriza un 26%.

La realidad es que la empresa no es solo que ya se haya repuesto con claridad de su gran crisis en 2023 con el sector eólico, sino que ya amenaza sus máximos históricos de 2021 quedando a un escaso 2,5% de lograrlo. Este giro totalmente drástico de los acontecimientos viene después de mucho sufrimiento y, para lograrlo, ha sido necesario que una auténtica tormenta perfecta en sus principales negocios (y por distintos motivos) conspire para beneficiar a la empresa. Ya no es solo que haya luz al final del camino, sino que la firma ha entrado en una fase de elevado potencial tan rápido que muchos analistas van subiendo su calificación a marchas forzadas para poder seguir el ritmo de su rendimiento en el parqué.

El 'agujero eólico' en España parece encauzado

En primer lugar, un factor que ha sido decisivo es que la crisis eólica en sus cuentas está amainando. Este fue su gran lastre y lo que pasó fue, precisamente, una combinación de golpes que convirtieron su sector de la noche a la mañana en una pesadilla. Para entender esta crisis hay que entender el funcionamiento de la industria eólica. Estas firmas aceptan contratos para desarrollar grandes parques eólicos. Para afrontar estos proyectos las empresas se lanzan a una potente inversión a cambio de una rentabilidad que llega a través de los contratos de compraventa de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés).

El problema es que esa rentabilidad ya viene fijada, pero las empresas del sector se encontraron con una crisis de suministros, mayores costes tanto en salarios como en materiales y, para rematar la faena, unos mayores costes en su deuda, derivados de una potente subida de los tipos de interés por parte del BCE. Debido a la propia naturaleza de los proyectos, con grandes inversiones iniciales que prometen rentabilidad a futuro, la deuda juega un papel esencial que hace incluso más lesivo el movimiento de los bancos centrales sobre estas empresas. Por su parte, muchas de estas empresas ni siquiera tenían en sus contratos alguna clase de protección frente a la inflación.

Esto, además, tenía gran impacto en los proyectos que eran la gran apuesta del sector, la eólica marina. Estos planes son generalmente más complejos y con unos tiempos más largos, quedándote totalmente expuesta a pasar de ser proyectos rentables a un agujero de pérdidas para la compañía. Sin embargo, las empresas del sector se habían lanzado con todo a la eólica marina, pues es una las grandes apuestas de los países para aumentar su capacidad renovable.

Esto tuvo un impacto realmente claro para Siemens Energy, en particular para Gamesa. En este caso también se mezcló con diversos fallos en las turbinas de los aerogeneradores que terminaron de sazonar la crisis, convirtiendo un negocio ahogado por las dificultades en un reguero de pérdidas. Al conocerse el impacto de miles de millones de euros, la empresa se desmoronó un 30% en bolsa en un solo día, el mayor retroceso de toda su historia. Esto desembocó en que Alemania tuviera que rescatar a la firma con 7.500 millones de euros en garantías para la banca. Todo esto para salvar unas pérdidas en Gamesa que dispararon los números rojos en Siemens Energy (su matriz) hasta los 4.500 millones de dólares, es decir, 10 veces más de un año para otro.

Sin embargo, aunque sigue siendo una situación cargada de peligros, la realidad es que este frente, que fue el origen del caos bursátil, parece estabilizarse. La estabilización de los precios parece haberse producido con el IPC europeo ya calmado y, en el caso del alemán, en el 1,6%. Por su parte el BCE ya ha comenzado a recortar tipos de interés lo que ayuda a paliar los problemas que traía el sector eólico en general.

En el caso de Siemens Energy los analistas de Bloomberg Intelligence explican que "las hipótesis de una recuperación financiera de Gamesa, con una previsión de equilibrio para 2026 ofrecen cierta claridad". En cualquier caso, reconocen que siguen viendo "incertidumbre" en la unidad eólica de la firma. Eso sí, ya está muy lejos de la auténtica crisis que se vivió hace ya un año.

Consejero delegado de Siemens Energy, Christian Bruch (Bloomberg)

La empresa pudo ver como el segmento eólico han visto caer los pedidos en una proceso de ir renunciado a cuota de mercado para acceder a una mayor rentabilidad e ir limando las pérdidas. Concretamente la propia compañía anunció en sus cifras de agosto que ha logrado reducir ya a 1.262 millones el agujero, es decir, un 66,5% menos. A nivel trimestral los números rojos ya era de 450 millones, un 82,5% menos. Algo que ha aliviado los temores de mercado al indicar que ya va en dirección correcta.

Para hacerlo se ha encomendado a su consejero delegado, Christian Bruch, al que la semana pasada renovaron hasta el año 2030. "Christian Bruch ha liderado a Siemens Energy en tiempos turbulentos", defendió Joe Kaeser, presidente del consejo de administración. "Los desafíos alcanzaron su punto álgido con la adquisición total del negocio eólico". Ahora la empresa cree que puede resolver la crisis con una reestructuración total del negocio en 2026… Pero mientras esto ocurre, para alivio de los inversores, hay otro frente que los ha llenado de optimismo.

"Revive" el negocio del gas

Mientras el negocio del viento cada vez da menos temor, las turbinas de gas han llenado de euforia a la compañía. Con el auge de los centros de datos y la rápida electrificación de numerosas empresas en Alemania y en el mundo, una enorme demanda está explotando tanto las turbinas de gas como su tecnología de redes eléctricas. Dos factores que están impulsando sus cuentas hacia los beneficios.

El fabricante alemán está viendo un aumento en las ofertas de grandes operadores que están considerando la posibilidad de construir sus propias plantas ante este potencial consumo frenético de energía , explicaba Christian Bruch en la presentación de los resultados. Según sus estimaciones, los centros de datos pueden consumir hasta 1 gigavatio de electricidad al año. Eso es el equivalente a abastecer a 750.000 hogares. Un nuevo 'boom' de demanda de gas que está empujando los beneficios de las compañías.

"Algunos piden fuentes de energía renovables, pero muchos están interesados en nuestras turbinas de gas por razones de velocidad de desarrollo", dijo Bruch en la conferencia telefónica con periodistas. La demanda de los proveedores es más fuerte en Estados Unidos y Oriente Medio.

Turbina de gas de Siemens Energy (Bloomberg)
Turbina de gas de Siemens Energy (Bloomberg)

En cualquier caso, no se trata solo de centros de datos, sino de una gran variedad de nuevas fuentes de demanda de la mano de la electrificación. "Hay un fuerte crecimiento en la electrificación y un buen impulso en todos y cada uno de los negocios", dijo Bruch en una entrevista con Bloomberg. "A medida que aumenta la demanda de electricidad, vemos que surgen nuevos mercados, como los centros de datos".

Un ejemplo de esto es lo que la propia empresa anunció en mayo. En aquel entonces elevó previsiones debido a que los gobiernos están renovando sus infraestructuras antiguas y mejorando sus conexiones de red para los proyectos de energía renovable. Un segmento en el que la empresa está creciendo con contundencia y, según Financial Times, espera invertir 1.200 millones de euros.

Las mejoras tanto en su negocio de gas como de redes permitió que las ventas aumentaran un 19% hasta los 8.800 millones de euros, superando la previsión media de 8.630 millones de euros. Pero no es solo que estos negocios traigan un nuevo volumen de negocio importante, sino que mejoran de forma crítica la rentabilidad. Desde Bloomberg Intelligence señalaban que esperan que "Los márgenes del segmento siguen mostrando una tendencia por encima de las estimaciones, mientras que la demanda de volumen y los precios apuntalan las ganancias de los ingresos hasta 2026, que superan a las del sector".

"La rentabilidad líder y el papel del gas en la descarbonización respaldan nuestra tesis de que unos márgenes a medio plazo del 10%-12% está a al alcance de la mano".

En ese sentido señalan que el negocio del gas "ha revivido con un potencial de un 12% en sus márgenes". Para entender lo importante de esta resurrección del negocio gasista de Siemens Energy, no tenían un margen superior al 10% desde 2017. "La rentabilidad líder en pares y el papel del gas en la descarbonización respaldan nuestra tesis de que el extremo superior del objetivo de margen a medio plazo del 10%-12% está a al alcance de la mano".

Este auge inesperado para muchos ha permitido que la empresa ya prepare la vuelta a los beneficios. La empresa logró un beneficio provisional de 108 millones de euros el primer trimestre del año para volver a tener pérdidas de 102 millones el segundo. Sin embargo, la imagen es de una empresa que ya comienza a recomponerse. De hecho, la firma ya ha anunciado que esperan lograr volver a los beneficios en este mismo año fiscal con 1.000 millones de euros en números negros. El consenso de analistas de Bloomberg esperan que arroje beneficios tanto en 2024 como en 2025, aunque no tanto como anunció la empresa, esperan que se quede con beneficio ajustado neto de 1.160 millones este año, para retroceder en 2025 hasta los 560 millones y, finalmente, volver a los 1.300 millones en 2026 ya reestructurado. De lograrlo este mismo año estaríamos ante el primer año de ganancias de 2019, cuando apenas logró 282 millones de euros.

Estas perspectivas de crecimiento sumadas a una crisis que parece remitir con fuerza han llevado a Deutsche Bank a subir su precio objetivo a los 31 euros. Según la propia empresa "todo sugiere que las divisiones de Gas y Grid tienen signos positivos tanto en volumen como en precio". Por su parte los expertos señalaban que "la industria se encuentra en las primeras etapas de una ciclo de inversión acelerado" tanto para la transición energética como para los siemens de datos. Un cambio de paradigma para que Siemens Energy se encuentre "bien posicionado para beneficiarse". En cualquier caso se ha mostrado cauto recordando que la recuperación se extenderá durante los próximos años. Sin embargo, espera que la empresa avance hacia un margen de ebitda del 10% en la segunda mitad de la década, generando un "sólido desempeño financiero".

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