Bolsa, mercados y cotizaciones

La agresividad de la Fed presiona al BCE para que acelere el paso con una 'cascada' de recortes de tipos en Europa

  • Mário Centeno apuesta por acelerar las bajadas de tipos en la eurozona
  • El euro se ha apreciado con intensidad frente al dólar en los dos últimos meses
  • La zona euro se enfrenta a una economía que pierde impulso con rapidez

La Reserva Federal de EEUU sorprendió parcialmente a los mercados este miércoles conun recorte de 50 puntos básicos (el equivalente a dos recortes 'naturales' de 25pb). Este movimiento ha generado un pequeño seísmo en el mercado de divisas: desde que el mercado comenzó a dar opciones a este recorte, el euro se ha apreciado con fuerza frente al dólar. En los dos últimos meses, la divisa europea se ha revalorizado alrededor de un 3% frente al dólar, contando las subidas de ayer y la que está protagonizando hoy. La Fed ha hecho en una reunión lo que al Banco Central Europeo (BCE) le ha llevado varias. Ahora, la pelota vuelve a estar en el tejado del banco central de 'casi todos' los europeos y las prisas empiezan a llegar. En un entorno de debilidad del comercio internacional y de desaceleración económica, un euro fuerte y un crecimiento del crédito débil pueden ser 'letales' para la economía y el mercado laboral. El movimiento de la Fed podría empujar al BCE por la cascada de bajadas de tipos.

La bajada de tipos de la Fed ha llevado a la tasa de referencia de los tipos en EEUU al rango del 4,75% al 5%. Sin embargo, en las previsiones económicas publicadas también este miércoles, la Fed sugiere que los tipos se situarán en 2024 en el 4,4%, (el equivalente a un rango del 4,25% al 4,5%), para llegar al 3,4% en 2025 y al 2,9% en 2026. La Fed se ha movido muy rápido ahora para, quizá, moverse después más despacio. Aun así, en la zona euro ya han comenzado a aparecer algunas voces que piden adelantar la 'cascada' de bajadas de tipos que se esperaba para 2025 a las próximas reuniones o al menos parte de ella.

"Aunque el BCE tome decisiones independientemente de la Fed, los diferenciales de tipos de interés con respecto a ésta pueden tener efectos económicos reales en la zona euro y, por tanto, deben tenerse en cuenta", apunta Marcello Estevao, economista jefe del IIF. De lo contrario, se arriesgarían a una apreciación del euro, un descenso de las exportaciones, una economía más débil y un choque desinflacionista".

En la misma línea lanzaba una seria advertencia días atrás Robin Brooks, director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF): "El euro ha subido frente al dólar en el último año. Esto se debe enteramente a que el BCE ha estado enviando señales más agresivas sobre la inflación que la Reserva Federal. El diferencial de tipos a dos años se ha movido a favor del euro, impulsando el euro/dólar al alza". "El BCE está cometiendo un error", sentenciaba.

Este jueves, el euro batía al dólar llegando a subir un 0,5% en el cruce hasta los 1,1174 'billetes verdes' por unidad europea, subida que después se ha moderado. En un primer momento, la divisa europea bajó ayer por la noche tras la reunión de la Reserva Federal de EEUU. Aunque la Fed optó por el recorte 'jumbo', lo que debería haber llevado a la baja al dólar y al alza a sus pares, los operadores se quedaron con el mensaje emitido en el diagrama de puntos (dot plot) de los funcionarios de que, más allá de esta primera gran bajada, la senda de recortes no será tan generosa como se venía descontando. Esto llevó al alza en las horas siguientes a los rendimientos de los bonos del Tesoro a dos años, los más ligados a la trayectoria inmediata de los tipos de interés oficiales, reflejándose el movimiento en las divisas. La situación ha cambiado por completo esta mañana, imponiéndose la idea de que la Fed ha mostrado una mayor determinación con los recortes que un BCE obcecado en descartar una nueva bajada en octubre, instando a todos a esperar a diciembre.

"Seguimos confiando en nuestro pronóstico a corto plazo de 1,12 para el EUR/USD. Una vez que se asiente la volatilidad posterior al FOMC, el panorama de tipos a corto plazo sigue abogando por una consolidación del par por encima de 1,11, con cierto potencial alcista. Esto no sólo se ha visto reforzado por el recorte de la Fed, mayor de lo esperado, sino también por un frente cada vez más duro del BCE, que impide a los mercados valorar otro recorte en la zona euro en octubre", analiza Francesco Pesole, estratega de divisas de ING. "Si no fuera por el débil panorama de crecimiento de la zona euro, probablemente estaríamos cotizando más cerca de 1,13 ahora, basándonos puramente en los diferenciales de tipos", añade el experto.

Debate en el seno del BCE

Contando ya con una bajada de tipos 'jumbo' de la Fed, este miércoles (con una entrevista publicada este jueves), salía a la palestra el gobernador del banco central portugués, Mário Centeno, para insinuar que quizá el Banco Central Europeo podría verse obligado a acelerar el ritmo de los recortes de los tipos de interés: "Dada la posición en la que nos encontramos hoy, en el ciclo de política monetaria, realmente tenemos que minimizar el riesgo de no alcanzar los objetivos previstos, porque ese es el riesgo principal", asegura el también miembro del Consejo de Gobierno del BCE en las declaraciones hechas a los periodistas de la revista Politico.

Las declaraciones de Centeno son la señal más clara hasta ahora de que un recorte de los tipos de interés en octubre sigue siendo una posibilidad real, mientras el BCE sigue lidiando con el problema de cuán rápido flexibilizar la política en una economía que lucha por ganar impulso, pero también lucha por derrotar de manera concluyente a la inflación.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, insinuó la semana pasada que no habría más medidas hasta diciembre. Otras voces del Consejo de Gobierno se han pronunciado en el mismo sentido. El eslovaco Peter Kazimir dijo el lunes que "es casi seguro que tendremos que esperar hasta diciembre para tener un panorama más claro antes de hacer nuestro próximo movimiento". A lo que añadió que "se necesitaría un cambio significativo, una señal potente, en relación con las perspectivas para considerar la posibilidad de respaldar otro recorte en octubre". Poco después, el lituano Gediminas Simkus reconocía que es "difícil" que haya un nuevo recorte en octubre con tan poco tiempo transcurrido desde la de septiembre y argumentando que la economía de la eurozona se está desenvolviendo según las previsiones de los funcionarios.

Algunas voces han sido más cautas, como la del economista jefe del BCE, Philip Lane, quien afirmó el lunes que los responsables políticos "deberían mantener la opcionalidad" sobre un recorte en octubre. Como viene siendo habitual en las últimas reuniones, el BCE vuelve a hacer uso de la retórica para dejar todas las puertas abiertas e ir modificando sus decisiones a medida que obtienen más datos, no solo de la economía, sino también del resto de bancos centrales.

La caída del petróleo ya acercaba un nuevo recorte de tipos en octubre, ahora el movimiento de la Fed pone unos cuantos gramos más en la balanza del recorte, que parece estar tomando la delantera. Este miércoles, los apuestas de mercado daban un 25% de opciones a ese recorte del BCE en octubre, pasando las probabilidades al 30% después de que la Fed decidiera ayer 'tirar la casa por la ventana'.

Centeno ha cuestionado rápidamente el mensaje de Lagarde en la reunión de la semana pasada argumentando que la Reserva Federal de Estados Unidos no ha necesitado un gran cambio en los datos económicos para modificar su tono, optando finalmente por un fuerte recorte de 50 puntos básicos. El ritmo de creación de empleo se ha desacelerado en la primera potencia mundial y ciertos sectores de la economía se han debilitado, pero el producto interno bruto todavía está creciendo a un ritmo saludable todavía. En la zona euro también se está debilitando el empleo y encima la economía no termina de arrancar: si la Fed recorta los tipos en 50 puntos básicos, el BCE debe hacer incluso más para mantener engrasada la cadena del crecimiento del Viejo Continente.

"Los datos más recientes para Estados Unidos fueron peores que las cifras esperadas para el mercado laboral, pero tampoco fue una gran sorpresa", explica Centeno. "La esperanza de una rápida mejora de la situación económica se está desvaneciendo visiblemente en Europa". Para Centeno, estos datos forman parte de un patrón que muestra una desinflación generalizada. "Vemos menos presión inflacionaria proveniente del comercio y, a nivel interno, de las decisiones de consumo versus ahorro", sentencia el portugués.

Un argumento a favor de los miembros del BCE más refractarios a la cascada de bajada de tipos es paradójicamente la mayor agresividad de la Fed en sus recortes. Una clara suavización de las condiciones financieras al otro lado del 'charco' se contagiará al Viejo Continente aunque en Fráncfort no toquen los tipos oficiales. Las expectativas de una Fed recortando con ahínco se reflejan en el mercado de bonos del Tesoro de EEUU, verdadera guía mundial de a cuánto se presta el dinero en la medida en la que sus rendimientos (rentabilidad exigida) sirven de referencia a la hora de fijar los tipos de hipotecas y deuda corporativa, por ejemplo.

Si en octubre de 2023 miembros del BCE como el entonces gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, defendían una pausa en las subidas de tipos bajo el argumento de que precisamente el mercado de bonos de EEUU les estaba haciendo el 'trabajo' al endurecer las condiciones con el aumento de los rendimientos, ahora podría ocurrir lo contrario. En aquel momento, las preocupaciones por la deuda pública de EEUU llevaban al alza los rendimientos a largo plazo. Ahora, la perspectiva de una Fed generosa rebajando el nivel de restricción puede ser el catalizador.

La presión de la Fed en el BCE

Algunos analistas ya han avisado de la presión que supone para el BCE el movimiento de su homólogo del otro lado del Atlántico. "La Fed continuará, pero la amplitud de los recortes por venir dependerá del ritmo del mercado laboral, mientras que la inflación se ralentizará con la fuerte caída del precio del petróleo. La cuestión sigue siendo la del BCE, cuyo recorte de la semana pasada ya parece ridículo", asevera sin tapujos Philippe Waecther, economista jefe de Ostrum AM (Natixis IM).

"El recorte de medio punto por parte de la Fed tendrá un efecto dominó en las decisiones de tasas de interés de otros bancos centrales y llevará a los participantes del mercado a concluir que la economía estadounidense se está desacelerando, lo que tal vez lleve a una desaceleración global", expone Stefan Gerlach, economista jefe del EFG Bank en Zurich y ex vicegobernador del banco central de Irlanda. El BCE podría verse tentado a considerar la posibilidad de bajarlos tipos nuevamente en octubre, pese a haberlo "rechazado firmemente", agrega Gerlach.

Los responsables del BCE, con Lagarde a la cabeza, insisten en que deciden su política de forma independiente. En vísperas de la primera bajada de tipos del BCE en junio -cuando la economía de EEUU aún estaba en plena efervescencia- Lagarde insistió en que la medida se inspiraría en los datos, no en la Fed. Sin embargo, un estudio reciente del Instituto de Finanzas Internacionales muestra que los cambios de tipos en EEUU han sido el motor más importante de las decisiones en Europa desde 2021. Lo que ocurra en octubre puede confirmar o no esa 'jurisprudencia'.

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