
El empleo continuó mostrando signos de deterioro en agosto en EEUU. La creación de empleo fue de 142.000 nóminas no agrícolas, según ha informado este viernes la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo. El dato queda notablemente por debajo de las 165.000 que esperaban los economistas y se aleja de las lecturas por encima de las 200.000 vistas en la post-pandemia. Para más 'inri', el dato de julio, que fue especialmente débil e instaló en los mercados el miedo a la recesión, se revisa de las 114.000 a las 89.000 nóminas. Aunque la tasa de paro baja una décima respecto al mes anterior hasta el 4,2%, la sensación generalizada de debilidad pone más presión a la Reserva Federal para que su primer recorte de los tipos de interés, en la reunión de septiembre, sea de 50 puntos básicos (un recorte 'jumbo', como dicen los analistas de EEUU) y no de 25, el movimiento estándar. Recientemente, el banco central ha declarado que vuelve a estar más preocupado por el deterioro del mercado laboral que por el control de la inflación y este dato decanta un poco más la balanza. Sin embargo, el 'combate' entre aquellos que apuestan por una bajada de 25 y los que apuestan por una de 50 continúa abierto, ya que a favor del paso de 25 puntos está que los datos son mejores que los de julio y que la economía aún resiste, como se vio la última revisión del PIB del segundo trimestre, que fue al alza (dos décimas hasta un 3% anualizado) y con una importante corrección también al alza del consumo.
El aumento de las nóminas de agosto se vio impulsado por un incremento de 44.000 empleos en asistencia sanitaria y social, 46.000 en ocio y hostelería, 34.000 en la construcción y 24.000 en las administraciones públicas. Los aumentos en la construcción y el ocio podrían reflejar una recuperación tras el impacto del huracán Beryl en julio. El empleo en el sector manufacturero se redujo en 24.000 puestos, la mitad de ellos en el sector de los equipos de transporte, en consonancia con los datos más débiles de la encuesta.
El resto del informe sobre el empleo se muestra desigual. La tasa de desempleo volvió a caer al 4,2% el mes pasado, desde el 4,3%, pero de forma más precisa el descenso fue del 4,25% al 4,22%. Sin embargo, al menos cayó por las razones 'correctas', con un aumento de 168.000 en la encuesta de empleo de los hogares (el dato de nóminas se extrae de una encuesta a las empresas) que superó el aumento de 120.000 en la población activa. En cuanto a los indicadores principales tradicionales del informe sobre el empleo, la media de horas semanales trabajadas también repuntó hasta 34,3, desde 34,2, mientras que el empleo temporal sólo cayó trivialmente. Los ingresos medios por hora aumentaron un 0,4% intermensual en agosto, y la tasa de crecimiento anual volvió a acelerarse hasta el 3,8%, desde el 3,6% anterior.
"El aumento de 142.000 puestos de trabajo no agrícolas en agosto probablemente sea suficiente para que la Reserva Federal se incline a favor de un recorte moderado de los tipos de 25 puntos básicos este mes, en lugar de un movimiento más drástico, pero el mercado laboral está experimentando claramente una marcada desaceleración. Tras la revisión a la baja de 86.000 puestos de trabajo en los dos meses anteriores (118.000 en junio y 114.000 en julio), el aumento de agosto representa un modesto repunte", señala Paul Ashworth, economista jefe para EEUU de Capital Economics. "Sospechamos que la Fed empezará con un recorte de 25 puntos básicos, pero reconocemos que es una decisión muy ajustada", admite el experto.
El mercado compra el recorte 'jumbo'
"Los datos de hoy no son un desastre, pero tampoco son el alivio esperado tras un mes de julio flojo. Esto es tanto más cierto cuanto que últimamente el empleo se ha revisado regularmente a la baja, lo que significa que el aumento del empleo comunicado para agosto puede representar la situación de forma demasiado favorable", avisa Christoph Balz, economista de Commerzbank. "Los responsables de la Fed han dejado claro en las últimas semanas que una bajada de tipos el 18 de septiembre es prácticamente un hecho, ya que los riesgos de inflación han disminuido, mientras que los riesgos de empleo han aumentado. Un mayor enfriamiento de las condiciones del mercado laboral no es ni buscado ni bienvenido, según el presidente Powell. Sin embargo, las cifras de hoy dejan abierta la cuestión de si se optará por un recorte de 25 o 50 puntos básicos", remacha. La mayor preocupación por el empleo restan importancia al efecto que pueda tener en esta batalla el índice de precios al consumo (IPC) de agosto, que se publicará el próximo miércoles.
En medio de esta pugna tan ajustada, en el mercado han ganado enteros las apuestas por un recorte 'jumbo'. El informe ha hecho que el rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años, que son más sensibles que los vencimientos más largos a los cambios en las perspectivas de política de la Fed, haya caído hasta 11 puntos básicos al 3,63%. Los operadores han aumentado sus apuestas sobre el recorte de 50 puntos en septiembre hasta darle alrededor del 50% de posibilidades, desde aproximadamente el 36% antes de los datos.
Aunque los datos sobre el empleo no acaban de cerrar la magnitud del recorte por parte de la Reserva Federal este mes, se espera un notable aumento de la flexibilización de aquí a finales de año. Los operadores han llegado a valorar este viernes más de 117 puntos básicos de reducción para 2024. Esto significa que, si la Fed no realiza un gran recorte este mes, se espera que lo haga en noviembre o diciembre.
"Este es el tercer informe de empleo débil consecutivo y no ayuda que la revisión de dos meses haya sido nuevamente a la baja", apunta Tony Farren, director gerente de ventas y operaciones de tasas en Mischler Financial Group, agregando que se abre a la posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos. "Es posible que el mercado haya tenido razón esta vez al sobreestimar cuán agresiva será la Fed", añade. Inmediatamente después de los datos sobre empleo, el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, ha dicho que ahora es apropiado que el banco central reduzca los tipos, pero sin indicar el tamaño de la reducción, en un discurso preparado para un evento organizado por el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York el viernes.
El 'fantasma' de la recesión
Los datos conocidos esta semana y que habitualmente sirven de aperitivo al informe oficial de empleo han constatado el progresivo enfriamiento del mercado de trabajo. Las vacantes de empleo -recogidas en la encuesta JOLTS- cayeron a los 7,67 millones en julio (el nivel más bajo desde enero de 2021) frente a los ocho millones que se esperaban y los 7,91 millones de junio, dato revisado desde los 8,18 millones. Dentro del mismo informe de la BLS, la tasa de despidos subió 0,1 puntos porcentuales, hasta el 1,1%. Por otro lado, aunque la tasa de renuncias subió 0,1 puntos porcentuales hasta el 2,1%, se mantiene en una tendencia a la baja bien establecida y cerca de sus mínimos de 2020. La relación entre ofertas de empleo y parados ha disminuido hasta 1,1, desde un máximo de 2 en 2022. Otros indicadores alternativos de ofertas de empleo más oportunos sugieren que la demanda de mano de obra siguió ralentizándose en agosto. La serie LinkUp se mantuvo prácticamente estable en junio y julio, pero descendió en agosto. La serie Indeed se ha mantenido plana.
Por otro lado, la encuesta mensual de la procesadora de nóminas ADP arrojó una creación de 99.000 puestos privados en agosto, considerablemente por debajo de los 144.000 esperados y los 111.000 de julio (dato que además se ha revisado desde 122.000). Aunque el informe de ADP no siempre ha mostrado la misma dinámica que el informe oficial de empleo, su débil dato puso en guardia a los economistas.
Estas métricas, de momento, telegrafían todavía más una normalización tras el desajuste experimentado por la pandemia que una pronta recesión. "El empleo se ha ralentizado, mientras que los despidos siguen siendo relativamente bajos y el aumento del desempleo se ha visto impulsado por la creciente participación en el mercado laboral, principalmente a través de la inmigración", describen los analistas del banco sueco SEB para EEUU. "Los datos siguen siendo coherentes con una economía que experimenta un aterrizaje suave en lugar de caer en picado hacia la recesión", apuntala Ashworth desde Capital Economics. Estas voces propugnan que este debilitamiento encaja con la tesis del aterrizaje suave (control de inflación sin grave daño macroeconómico) que se propugna desde la Fed.
Eso no quita que algunos economistas, como los de BCA Research, vean este enfriamiento como un preludio de lo inevitable: "En última instancia, la desaceleración continuada de la demanda de mano de obra conducirá a un punto de inflexión de la recesión a principios de 2025".