Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

El petróleo está atrapado en una espiral bajista. Un exceso de producción por parte de EEUU y una demanda a la baja amenaza con condenar al mercado a superávit que quedará instalado con el paso de los años. Desde la Agencia Internacional de la Energía hablaban abiertamente de la llegada de un excedente masivo de petróleo que generará un nuevo equilibrio de precios. Concretamente, la AIE pronostica que la producción de crudo va a aumentar hasta cerca de 113,8 millones de barriles diarios a comienzos de la década y que eso dará lugar a un excedente de extracción de unos 8 millones de barriles, es decir, unos 2 millones más que ahora.

El nuevo Gobierno británico ha empezado su mandato con mal pie, con acusaciones de haber recibido regalos de un gran donante al partido. Pero ahora todas las miradas se centran en el enorme esfuerzo que tendrá que hacer el país para evitar un déficit desatado. Es por ello que la tensión no para de crecer a medida que se acercan uno de los presupuestos más importantes de la historia reciente del país. El próximo 30 de octubre, a horas de la noche de Halloween, desde Downing Street aterrizarán uno de los mayores miedos que está recorriendo los mercados y la actualidad de Reino Unido: una subida de impuestos histórica, que los analistas esperan que alcance los 20.000 millones de libras para cuadrar las cuentas y revitalizar la economía.

Uno de los grandes peligros que dormitan en el seno de todos los bancos centrales del mundo es el petróleo. En las mismas actas de la última reunión del BCE reconocen que, si bien el riesgo más realista de una inflación enconada descansa sobre "los salarios o las ganancias aumentando más de lo esperado", el crudo supone el segundo. "Los riesgos al alza de la inflación también derivan de las mayores tensiones geopolíticas que podrían impulsar los precios de la energía y (en consecuencia) los costes de transporte, perturbando el comercio mundial y los precios".

Los futuros de petróleo están perdiendo en una jornada todo lo ganado la semana pasada. Es cierto que en el cómputo de los cinco días de la semana pasada, el crudo 'solo' se anoto una subida del 1%, pero la caída de este lunes es significativa dado el contexto geopolítico (ayer domingo Israel volvió a ser atacado en su propio territorio por Hezbolá). El crudo Brent, de referencia en Europa, está cayendo más de un 2%, hasta la zona de los 77 dólares. Parece que en la jornada presente, el miedo a la prematura desaceleración de la economía china (el mayor importador de crudo del mundo) es mayor que el riesgo a un ataque de Israel sobre la infraestructura petrolera de Irán o un bloqueo de Teherán del Estrecho de Ormuz. Los mercados temen que China esté desacelerándose incluso más rápido de lo que ofrecen las cifras oficiales y que el paquete de estímulos sea insuficiente o, simplemente, acabe teniendo el mismo impacto que tuvieron los estímulos en Japón hace más de 30 años. Si China deja de crecer a un ritmo elevado, el petróleo no encontrará sustituto en el mercado para reemplazar el crecimiento de la demanda del 'gigante asiático'.

Aunque la ruta parecía trazada y solo restaba esperar, parece que la Reserva Federal se está acercando a un momento decisivo. A medida que los datos del mercado laboral hablaban de un enfriamiento y la inflación parecía cada vez más atada, las palomas volaron sobre la Fed. El optimismo sobre un agresivo ciclo de recortes de tipos se instauró y esa sensación de celeridad llegó a la propia institución monetaria, con una agresiva bajada de 50 puntos básicos de una sola tacada en septiembre. Sin embargo, las actas han mostrado que esta decisión estuvo cargada de polémica en el seno del banco central y los últimos datos están haciendo que algunos 'halcones' estén pidiendo que la Fed cambia el paso. Reviviendo una opción que parecía totalmente muerta hace escasas horas: que la Fed no toque los tipos en absoluto hasta diciembre.

Mientras todo el mundo mira a Oriente Medio, más al este, una crisis está emergiendo en una de las arterias más importantes del comercio mundial, en lo que puede ser un nuevo desafío para el mercado logístico de todo el mundo. Desde hace unos meses el Mar de la China Meridional se ha visto amenazado en un conflicto diplomático abierto entre China y el resto de países cuyas aguas bañan sus costas: Vietnam, Filipinas, Malasia, Camboya, Indonesia y Taiwán. Desde Pekín se lanzó un mapa oficial en el que reclama como suya buena parte de la región, con zonas también pretendidas por estos países. Todo ello en un momento en el que estos mares viven un despertar histórico de descubrimientos petroleros que lo sitúan como una de las zonas con mayor potencial del mundo.

Tras años ahorrando José aspiraba, dentro de un largo periodo de tiempo, a comprar una vivienda. Este objetivo lejano ha aterrizado en su vida de forma abrupta e inesperada al tener que entrar, por circunstancias personales, en el mercado de alquiler: "He buscado pisos en Madrid y en el resto de España en muchas ocasiones y nunca he visto una situación como esta. Ya no es una cuestión de los precios, que están mucho más caros, sino que directamente conseguir un piso es prácticamente imposible, por cada vivienda que sale hay 20 personas".

La industria europea está en problemas y, sus empresas, se encuentran atrapadas ante una situación complicada. Con Alemania ya reconociendo públicamente que camina hacia la recesión este año, los últimos PMI han mostrado claramente que los altos tipos de interés, una caída del consumo y la menor demanda externa están llevándolos al territorio de la contracción. Este es solo el último capítulo de una sucesión de problemas que han convertido los últimos cuatro años en un camino plagado de peligros. Ahora, exhaustas por todo este periodo de desafíos, las empresas del viejo continente están empezando a bajarse del tren de la transición energética y asumir que, dado el contexto, los objetivos que se habían impuesto son demasiado duros.

Hay que países que no tienen nada (en términos de recursos naturales) y, pese a todo, han logrado alcanzar la prosperidad económica (por ejemplo, Japón). Luego, hay otros que, teniendo grandísimos recursos naturales, no solo no han logrado aprovecharlos, sino que incluso se convierten en fuente de conflicto y corrupción. Este es por ejemplo el caso de Nigeria, que con una de las reservas de petróleo más grandes del mundo no logra avanzar en términos económicos. Primero porque beneficios del petróleo recaen sobre unos pocos, pero también porque su gestión pasará a la historia como una de las más desastrosas. Nigeria produce alrededor de 1,2 millones de barriles de petróleo al día, pero su potencial es mucho mayor. Por ejemplo, EEUU, que tiene unas reservas probadas de crudo similares, produce más de 13 millones de barriles por día. ¿Por qué existe esta gran diferencia? Probablemente, la causa sea multifactorial, pero la mala gestión es sin duda uno de los motivos.

Es oficial, la locomotora de Europa recorre la senda de la recesión. Según las estimaciones del propio gobierno de Alemania, se espera que 2024 termine en contracción económica con una caída del 0,2% empeorando el 0,1% negativo de 2023. La debilidad de su industria acosada por los altos tipos de interés y un debilitamiento de la demanda externa ya se ha convertido en algo crónico y, pese que los salarios y el consumo aguantan, la realidad es que la nación centroeuropea está en apuros. En ese contexto, una amenaza soterrada está empezando a emerger en su economía con más fuerza que nunca: una oleada de quiebras que acelere el descenso de su economía.