El mercado de bonos se encuentra ante un momento extraño y decisivo. Cuando la Fed y el BCE se lanzaron a sus frenéticas subidas de tipos de interés, en noviembre de 2023, la rentabilidad del bono a diez años de EEUU llegó a situarse por encima del 5% y la de los títulos de deuda europea ascendían de forma paralela. En aquel momento, los inversores hablaban de esto como una oportunidad única para aprovechar estos bajos precios y altos retornos y tomar posiciones antes de que los tipos bajasen e irremediablemente, este pico se difuminase. Han pasado once meses desde aquel momento en el que los focos del mundo apuntaron a la deuda y ya con los tipos cayendo… las rentabilidades siguen subiendo, con algunos analistas volviendo a apuntar al 5%. Ahora los inversores se preocupan por lo que viene próximamente.