El colapso del Silicon Valley Bank ha provocado un terremoto en todo el sector financiero. La noticia saltó enseguida en los medios de todo el mundo y aún continúa provocando estragos en otras entidades bancarias como Credit Suisse o Deutsche Bank. Tras varias semanas comenzamos a conocer cómo vivieron los protagonistas la caída del banco norteamericano.
Un empleado de la organización, que no ha querido revelar su nombre, ha contado a Business Insider cómo han sido estas semanas de caos. Así, cuenta que durante los días previos recibían correos con mensajes que se utilizan en las despedidas, como: "Ha sido un placer trabajar con personas como tú". Después la comunicación entre la directiva y los empleados, e incluso, los clientes, empezó a empeorar. "No sabíamos qué decirles a los clientes", explica. Además, ellos tuvieron que dar la cara por la empresa ante las llamadas porque no podían mover su dinero.
Sin embargo, parece que después de la tormenta la directiva ha dicho que se comunicaría de forma más directa con los trabajadores. La única oficina que permaneció abierta durante este periodo fue la que se encuentra en Palo Alto (California), conocida dentro de la empresa como war room. Allí, los altos cargos se reunieron con el regulador bancario de Estados Unidos, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) para intentar solventar la situación.
"No teníamos ni idea de lo que iba a pasar", señala. De hecho, la mayoría de trabajadores se enteraron de la intervención de la FDIC por las noticias. Desde entonces hasta ahora, la preocupación de los empleados han sido los clientes y conseguir que firmas de capitales de riesgo les apoyaran. Durante este periodo han pasado de 13 empresas que les secundan a las 630 con las que cuentan actualmente.
"Todavía estamos en una situación de incertidumbre"
El domingo, la Fed comunicó que recuperarían los depósitos. Este anuncio provocó un alivio para todas las firmas. Aunque, los clientes mostraron un gran enfado al principio, el ex empleado afirma que no ha vuelto a recibir "llamadas frustradas o iracundas", sino que han sido en un tono de "empatía y apoyo".
Tras semanas de dormir y comer poco, los trabajadores de SVB están notando las consecuencias. Una de ellas, en el bolsillo, ya que hasta ahora recibían el 50% de su salario en acciones de la entidad. De hecho, él había acumulado un millón de dólares en acciones. Ahora, esa cifra es de cero.
Pese a ello, el banquero afirma: "Nunca había visto una organización tan unida". "Todavía estamos en una situación de incertidumbre", añade. Los trabajadores ven "poco probable" que el banco vuelva a funcionar como una filial independiente, por ello lo "más realista" es que se venda.