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De provocar un colapso financiero a ser la 'salvación': por qué la banca regional de EEUU vende bonos a pérdidas

  • Las firmas necesitan atar una liquidez récord para hacer frente a dos grandes desafíos 
  • Gracias a estas ventas a pérdidas estas empresas han logrado un colchón del 13%
  • Estos bancos ya con su futuro atado suben un 17% en el año y un 20% desde mayo

Año 2023, a priori los bancos iban a disfrutar de una edad dorada gracias a la frenética subida de los tipos de interés. Sin embargo, algo que pocos preveían desató un auténtico terremoto. Silicon Valley Bank anunciaba que sus cuentas estaban cargadas de pérdidas no realizadas ante un desplome de los bonos en los que habían depositado toda su estabilidad financiera. Con escaso margen para respirar la firma reconoce que tiene problemas de liquidez y el pánico se apodera de sus clientes. Ahora el banco, con la necesidad de devolver depósitos, ve como las pérdidas no realizadas se convierten en reales y el resultado fue su final.

Silicon Valley Bank no era el único que había apostado demasiado en los bonos y, en consecuencia, su caída solo fue el prólogo de un maremoto financiero entre los bancos regionales de EEUU que veían comprometida su estabilidad y, en consecuencia, la de todo el sistema bancario del país. Tal fue la magnitud del problema que para calmar la situación la Fed necesitó realizar la mayor inyección de liquidez de la historia, con 165.000 millones de dólares para garantizar el futuro de estos bancos y, con los depósitos asegurados, que pudiera reconfigurarse el sector ante el golpe de los bonos. Sin embargo, un año después los bancos regionales han vuelto a vender deuda a pérdidas… con los precios de esta aún muy bajos (la deuda de EEUU a diez años ofrece una rentabilidad del 4,2%). Aunque ahora ya no se trata del anuncio de su caída, sino del sacrificio necesario para su salvación definitiva.

La gran diferencia es que ahora estos bancos no están vendiendo los títulos de deuda para pagar salidas de depósitos, sino que están preparándose para el futuro construyendo un auténtico muro de liquidez con el que anticiparse a un futuro de tipos más bajos, cumplir los requisitos de la Fed e incluso tener algo más en sus alforjas para asumir la gran batalla que planea sobre el sector en el futuro inmediato, la crisis de las oficinas.

Esta es una tendencia que se ha acelerado desde este verano, pero que está presente durante todo este 2024. El ejemplo más claro es el de PNC Corporation. El banco de Charlotte y unos de los grandes prestamistas de EEUU anunció en agosto pérdidas de 500 millones de dólares por sus operaciones con bonos. No ha sido el único ejemplo, Key Corp anunció en septiembre que vendía cerca de 7.000 millones de dólares en "inversiones de bajos rendimientos" en su mayoría compuesto por bonos. Esta operación le ha supuesto unas pérdidas cercanas a los 700 millones de dólares.

Otro ejemplo ha sido Truist, que sufrió una pérdida después de impuestos de 5.100 millones de dólares (en sus resultados trimestrales). Respecto al motivo de las caídas argumentaban que uno de ellos era que había vendido bonos de bajo rendimiento. Regions sí que fue claro en su anuncio durante el verano, alegando que vendía 1.000 millones en bonos anotándose pérdidas de 50 millones de dólares. Otros como Webster también hicieron el mismo anuncio y, aunque no anunciaron cuando ingresaron por ventas bonos (ya que fue vendiéndolos poco a poco y no hizo un gran anuncio), sí que reconoció que se anotaba un golpe de 38,7 millones de dólares por asumir pérdidas no realizadas por vender deuda.

El motivo es claro, los bancos regionales están buscando liquidez por encima de cualquier cosa. Vender bonos a pérdidas es solo una de esas fórmulas, también han recurrido a otro tipo de fórmulas para lograrla. Prueba clara de ello es que New York Community Bank ha vendido 5.000 millones en préstamos hipotecarios a JP Morgan. Esta misma firma también ha vendido su negocio de servicios hipotecarios residenciales (Flagstar Bank) por cerca de 1.400 millones de dólares.

Liquidez récord

Todas estas operaciones, aunque puedan ser dolorosas e implicar pérdidas, están teniendo ya un efecto realmente palpable en el sector. Según el último informe de S&P Global publicado en octubre los bancos regionales "mantienen niveles de capital récord". Según su estudio "el ratio de capital ordinario ha superado el 13% por primera vez desde 2015 y el ratio más alto de la historia (desde la regulación de requisitos de capital). Con estas cifras "se espera que los grandes bancos regionales tengan entre un 3% y un 4% más liquidez de LA que pide la regulación, incluyendo las ganancias no realizadas, una de las claves de las grandes quiebras de 2023".

La agencia comenta que esto se debe principalmente a dos factores. El primero la necesidad de las firmas de prepararse para la nueva regulación, Basilea III Endgame, que se aplicará en julio de 2025. Según PwC se exigirá para entonces un incremento del 10% en los requisitos de capital para los bancos regionales.

"Estos bancos están expuestos abultadas pérdidas con las oficinas"

Al margen de este asunto los expertos de S&P 500 creen que los bancos regionales están levantando un muro de seguridad ante posibles contratiempos en el inmobiliario comercial. Un sector en crisis como el de las oficinas, en el que creen que puede darse una explosión de pérdidas no realizadas por los impagos de los promotores. Morgan Stanley lo comentaba en su último informe alegando que "los bancos con carteras de este tipo (inmobiliario comercial) están expuestos a pérdidas abultadas. Esperamos que los tipos altos durante un largo periodo presionen la calidad crediticia, obligando a estos bancos a crear reservas para pérdidas durante 2024".

Estos colchones de liquidez tenderían a generar una seguridad desde la que los bancos regionales pueden construir un futuro estable. Desde S&P Global comentaban que "las crecientes bases de capital han ayudado en parte a tranquilizar a los inversores en acciones bancarias, y muchos están cambiando el foco hacia el poder de generación de ganancias de los bancos".

Por su parte desde RBC Capital comentan que, ya con esta liquidez y la trayectoria cambia completamente. "A medida que estas pérdidas no realizadas y los problemas crediticios se resuelvan... existe la posibilidad de que, dentro de un año o dos años, tengan más capital en ese momento y puedan usarlo para recompras y/o fusiones y adquisiciones". Los bancos regionales están en una posición mucho más fuerte después de los problemas del año pasado, dijo Ken Usdin, analista de Jefferies. "Si miramos hacia el futuro, en los próximos años, los bancos verán una recuperación adicional de al menos un 25% de esas pérdidas no realizadas, parte de la cual se acelerará en este trimestre". Esto es lo que justificaría la buena evolución que está teniendo el sector en su conjunto en el parqué. El iShares US Regional Banks se revaloriza un 17% en lo que va de año y un 20% desde mayo.

Reposicionando para el futuro

Aunque hablando de las ventas de bonos, no todo es cuestión de generar seguridad. También hay un reposicionamiento pensando en el nuevo entorno de tipos. Esto lo han comentado las propias empresas de sector, alegando que buena parte de las ventas a pérdidas son para comprar bonos con altas rentabilidades a largo plazo y conseguir protegerse con estos activos para una eventual bajada de tipos de interés, mientras mantienen unos altos retornos (el bono a diez años, por ejemplo, ofrece un 4,2%).

PLC Bank comentó que tras la gran venta de bonos había dedicado una parte a comprar "títulos con 400 puntos básicos más de rentabilidad que los que hemos vendido". Desde Hovde Group comentan que "si tienen efectivo extra, los tesoreros de los bancos que piensan que estamos en la cima del ciclo pueden decidir seguir adelante y fijar bonos de larga duración para que una vez que estemos en un entorno de tasas más bajas todavía tengan un rendimiento decente".

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