Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Una palabra domina por completo el discurso entre los economistas y bancos centrales: inflación. Los países de todo el mundo se han encomendado a una batalla sin cuartel contra las alzas de precios con subidas de tipos históricas por parte de la Fed y el BCE. Sin embargo, un país en el corazón de Europa puede convertirse en el ejemplo perfecto de que hay que tener cuidado con lo que se desea. Tras declarar una victoria total sobre la inflación Suiza ahora vislumbra un gran riesgo, algo incluso más peligroso para la economía: la deflación.

Llega Halloween y, con esta fiesta, las calles de todo el mundo se llenan de disfraces, dulces y el 'truco o trato' se repetirá entre multitud de países a lo largo y ancho de Occidente. Sin embargo, el terror se está extendiendo entre aquellos que normalmente son los grandes ganadores de la 'noche de brujas'. Los gigantes del dulce afrontan la festividad de una manera distinta, con dos grandes monstruos destruyendo sus previsiones y abocándose a una verdadera crisis. Tal es la dimensión que las empresas del sector en EEUU y a nivel mundial están reconduciendo su oferta de productos de cara a Halloween para adaptar el enorme suministro de dulces a las dificultades que atraviesan.

Super Micro vive un auténtico desgarro bursátil. La firma de chips norteamericana se hunde un 30% en la jornada ante lo que podría ser una enorme crisis. El motivo es que EY ha anunciado que abandona la firma tras grandes discrepancias relacionadas con sus cuentas. Según la propia auditoria, había mostrado "preocupaciones sobre varios asuntos relacionados con la gobernanza". EY lo ha anunciado a través de un comunicado ante la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés).

Una duda recorre Wall Street desde hace meses… ¿hasta cuando va a durar el impulso de la IA? La fiebre que ha generado en las empresas de chips una demanda desatada por la revolución de esta nueva tecnología es el principal impulsor de Wall Street, con empresas volando por encima de los tres dígitos en bolsa en lo que va de 2024. Mientras esto ocurre en Norteamérica, un proceso muy parecido se adueña del viejo continente. La fiebre de la industria de la guerra no para y sus empresas siguen subiendo a ritmo acelerado.

Volkswagen presenta sus cuentas dos días después de que se diera a conocer que cerrará tres fábricas en Alemania. Los resultados de la firma han puesto de manifiesto las preocupaciones de la misma y la necesidad de tomar medidas. El fabricante alemán vio en el tercer trimestre como su beneficio se desplomó un 64%, peor de lo que habían previsto los analistas. El mercado daba por hecho unos 3.890 millones y apenas ha logrado 2.860 millones. El temido margen operativo se ha desmoronado hasta el 3,8% su cifra más baja hasta el covid y una de las menores de toda su historia. En cualquier caso el mercado, ya focalizado en el futuro y los recortes ha reaccionado con una subida del 2,5% en las acciones.

Una gran amenaza se cierne sobre la banca de EEUU, la crisis de las oficinas. La demanda se ha desplomado por el teletrabajo y los tipos de interés y, en consecuencia, los niveles de desocupación de inmuebles comerciales están disparados. El valor de las oficinas ha caído hasta la mitad en algunos casos (12% en el global) y esto puede suponer una bomba de relojería por una posible oleada de impagos. Tanto los bancos más grandes del país como los más pequeños están preparando liquidez para asumir este escenario… pero otro tipo de empresas están viendo en la coyuntura actual una gran oportunidad: los fondos de todo tipo están acudiendo en masa a comprar oficinas.

Un déficit desatado en Francia y una actividad industrial y económica languideciendo en Alemania y el norte del continente han dejado un escenario que pocos vislumbraban hace unos años. El sur de Europa y en particular España, se sitúan como las economías más dinámicas del continente. Un crecimiento más ágil y una situación mucho menos turbulenta permiten soñar con una deuda bajando mientras en el resto del continente sigue el camino opuesto. Los expertos de Bankinter ven la deuda sobre el PIB bajando a l 102% este año y hasta el 101,2% en 2026. Sin embargo, diversos analistas están hablando de que el 'sueño español' podría ser breve y verse frustrado en muy poco tiempo.

La crisis del motor alemán aterriza en una decisión histórica. Volkswagen, el mayor productor del mundo y el gran líder alemán, ha anunciado que sube la apuesta y cerrará al menos tres fábricas para reducir costes y aumentar su rentabilidad en un contexto realmente complicado. Esta no será la única decisión en esta línea. La empresa ha informado de que también reducirá costes en las otras siete plantas en el país con una reducción del 10% de los salarios de su plantilla. Así lo ha expresado Daniela Cavallo, jefa del comité de empresas y miembro del consejo de supervisión en un discurso en el centro neurálgico del titán del motor, Wolfsburgo.

El mercado energético mundial se encuentra ante un punto de inflexión. Si bien los focos se centran en buena medida en un petróleo en superávit estructural, cuyos precios solo saltan ante la amenaza geopolítica, el gas se ha ido posicionando como un elemento clave. Esta materia prima supone ya un 24% de todo el mix energético de la UE y un 21% del consumo, según datos de la Comisión Europea. En un mundo de renovables, los países de Europa y del mundo han confiado en el GNL y el gas natural como las fuentes de energía de apoyo frente a los problemas de almacenamiento de las energías verdes. Es por ello que los expertos alumbran un futuro cargado de buenas noticias pues un tsunami de producción enterrará los precios durante los próximos años.

El oro no para de batir máximos históricos. El metal amarillo vive un bucle de subidas en el que no para de ganar. La incertidumbre geopolítica, las elecciones, la demanda de los bancos centrales, los menores tipos de interés, una inflación resistente, los bonos cayendo... Todo conspira a favor del activo refugio por excelencia. Sin embargo, aunque todas las miradas se posen en el oro un movimiento ha pasado mucho más inadvertido. Su hermana pequeña, la plata, ha vivido un repunte más fuerte durante los últimos meses y, en particular durante las últimas semanas. Todo ello sin unos bancos centrales comprando a espuertas para alejarse del dólar en sus reservas y sin el renombre del oro como activo defensivo por excelencia.