Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

La llegada de Donald Trump ha traído una gran amenaza para Europa: los aranceles. El magnate neoyorquino habla abiertamente de un gravamen de entre el 10% y el 20% para todos los productos extranjeros, independientemente del país. Esto ha empezado a generar nervios en Europa, pues EEUU no solo es su socio comercial, también un elemento clave para garantizar su estabilidad energética. Europa se ha desintoxicado del gas ruso (ya solo representa un 15% del suministro) gracias, en buena medida a los envíos de GNL del otro lado del Atlántico. Las exportaciones de gas desde la Costa Este de la potencia norteamericana representan cerca de un 19% de todo el suministro, solo por detrás de Noruega (30%). Es por ello que una escalada comercial severa podría tener implicaciones muy críticas para el suministro energético del continente.

Uno de los países más pobres del mundo sonríe ante lo que puede ser una de sus únicas balas para salir del bucle de pobreza y dificultades que arrastra. Níger, un pequeño país en medio del Sáhara es el octavo país con menor PIB per cápita del mundo y muy dependiente de sus grandes reservas de uranio. A pesar de los retrocesos, hasta ahora este ha sido uno de sus grandes productos siendo responsable de cerca del 5% del suministro mundial (2.020 toneladas métricas), algo que le ha valido el renombre del 'rey africano del Uranio'.

Política monetaria

Este jueves la Fed ha complicado con el guion que todo el mundo daba por hecho, ha recortado 25 puntos básicos los tipos. El presidente de la Fed se enfrentaba a una cita totalmente convulsa debido al ascenso de Trump un día antes hacia la Casa Blanca. Todos los mercados estaban pendientes de la gran pregunta ¿y ahora qué pasará con los tipos? Si bien Powell no arrojó ninguna pista sobre el rumbo que tomará la política monetaria en los próximos meses, una sensación está emergiendo entre los principales expertos de Wall Street. Una cortina de niebla se extiende y la ruta de recortes que parecía prácticamente un hecho ahora queda comprometida o, al menos, en entredicho. En ese sentido, todos apuntan a la sucesión de datos de las próximas semanas y abren la puerta, incluso a una 'tregua' sin recortes este mismo diciembre. En lo que todos coinciden es en que el banco central entra ahora en una nueva fase, en la que va a tener que andar con más cuidado en lo que respecta a las bajadas de tipos.

Si las elecciones de Francia provocaron enormes movimientos en los mercados de deuda y los inversores contienen la respiración con las de EEUU y su resultado… el Viejo Continente podría estar ante una contienda decisiva que sacuda el mercado de bonos: las elecciones en Alemania. La coalición del 'semáforo' (socialistas, verdes y liberales) ha saltado por los aires después de que el ministro de Finanzas y líder del partido liberal, Christian Lindner, publicase por su cuenta una propuesta de presupuestos con agresivos recortes de gasto (jubilaciones, inversión climática y ayudas sociales) y recortes de impuestos con los que salvar a Alemania del estancamiento e impedir el bloqueo de sus cuentas ante el déficit actual de 8.000 millones de euros.

La industria de los semiconductores ha gobernado los índices del mundo y ha copado todos los titulares. Estos componentes son la infraestructura sobre la que se construirá el mundo de la inteligencia artificial (IA) y, ante la promesa de una revolución de esta tecnología desplegándose por todo el mundo, las 'chiperas' han vivido un rally completamente histórico. El caso paradigmático es Nvidia, que se ha disparado más de un 850% desde 2023. Aunque menos espectacular, el gigante taiwanés TSMC también ha sido especialmente notable al dispararse un 137%. Sin embargo, mientras el sector vive esta situación en el mundo, la industria de los semiconductores en el Viejo Continente vive atrapada entre las caídas bursátiles y una sensación generalizada de estancamiento y crisis.

Con apenas un kilómetro de longitud, el islote Mbanie, en África occidental, pasaría desapercibido para cualquier persona, incluso para los propios habitantes y gobernantes de los países que 'dominan' las aguas de alrededor. Sin embargo, al igual que ocurrió con 'Perejil' en España, este islote está siendo el escenario de una 'cruda batalla' política entre dos pequeños países de África que luchan por revivir su producción de petróleo. Como no podía ser de otra forma, el petróleo es el motivo que está llevando a dos países a luchar por este islote que de otra forma no interesaría a nadie.

"Aranceles es la palabra más hermosa de todo el diccionario". Con estas palabras Donald Trump expresaba solo dos días antes de las elecciones de EEUU su opinión sobre esta medida en un discurso ante el club económico de Chicago. Esta verdadera declaración de intenciones muestra a las claras que los gravámenes a productos extranjeros serán uno de los pilares de su política económica y comercial, algo que ya hizo su primer mandato, pero que parece que puede ser mucho más agresivo en esta segunda etapa.

A pesar de que está muy lejos de las grandes subidas de Wall Street, 2024 no está siendo un año precisamente malo para Europa. En lo que llevamos del mismo, el EuroStoxx 600 sube un tímido 6,5% al calor de las promesas de recortes de tipos. El Ibex 35 vuela con alzas superiores al 16%, la bolsa de Milán un 13% e incluso la bolsa alemana, cuya economía está mirando hacia la recesión y el estancamiento, sube con contundencia un 14,5%. En este contexto en el que la renta variable europea parece atravesar un gran momento, uno de sus grandes valedores se ha quedado atrás. La bolsa de París cotiza en negativo con caídas del 2%, recorriendo una senda totalmente diferente a la de sus pares.

Estamos ante una de las semanas más importantes para los mercados y la economía de EEUU (y del mundo) que se recuerdan. Por un lado, las elecciones de EEUU de este martes tienen enormes implicaciones, desde gravámenes, a inflación, pasando por déficit... dos modelos totalmente diferentes chocarán en las urnas y decidirán el rumbo de la economía mundial. Por otra parte, la Fed tiene este jueves su reunión en la que, pese a que todo parece atado con un recorte de 25 puntos básicos asegurados, se definirán los futuros pasos del banco central. Sin embargo, mientras todo esto ocurre, sigue una de las tendencias más importantes de todas: los resultados empresariales.

El mundo mira a EEUU y cómo las elecciones de este martes pueden traer una nueva oleada de incertidumbre que sacuda mercados y economía de todo el mundo. Ya ocurrió con las elecciones europeas y luego legislativas en Francia. Sin embargo, la incertidumbre creciente en torno a otra gran potencia económica está pasando bajo el radar: Alemania. Ríos de tinta han corrido sobre la crisis económica que aqueja a la industria del país y, en consecuencia, a toda su actividad. Sin embargo, esta situación de debilidad ha desatado una auténtica crisis política en el país que ha despertado la preocupación de los mercados y que podría devenir en una auténtica implosión este miércoles.