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El BCE se vuelve inmune al caos del petróleo salvo por la mayor de las catástrofes: Irán llevando el barril a los 147 dólares

  • Para que afecta al BCE "tendríamos que ver el brent en 100 dólares"
  • Schroders: "Solo con una insinuación Irán puede llevar el crudo a máximos históricos"
  • Un subida del 5% suma una décima al IPC

Uno de los grandes peligros que dormitan en el seno de todos los bancos centrales del mundo es el petróleo. En las mismas actas de la última reunión del BCE reconocen que, si bien el riesgo más realista de una inflación enconada descansa sobre "los salarios o las ganancias aumentando más de lo esperado", el crudo supone el segundo. "Los riesgos al alza de la inflación también derivan de las mayores tensiones geopolíticas que podrían impulsar los precios de la energía y (en consecuencia) los costes de transporte, perturbando el comercio mundial y los precios".

Sin embargo, a pesar de que los temores de una escalada en oriente medio han hecho que el precio de referencia europea avance desde los 70 dólares hasta tocar momentáneamente los 80, la realidad es que la alarma no ha saltado todavía en Fráncfort. El petróleo no se perfila como la gran amenaza que era en 2023 y, de hecho, la inflación ha seguido bajando hasta el 1,8% en los últimos datos de Eurostat, liderando los descensos los precios de la energía. En este contexto, incluso con el alza del 'oro negro' prácticamente ningún miembro del BCE ha expresado su preocupación y todos dan por hecho que la desinflación sigue su curso, solo existe la duda del calendario y la intensidad de los recortes de tipos.

La realidad es que, si bien es un peligro que está siempre presente, los analistas explican por qué cada vez hay menos preocupación. "Como regla general, un aumento del 5% en los precios del petróleo agrega alrededor de un 0,1% de inflación general en las economías avanzadas. Por lo tanto, creemos que se necesitaría un aumento mucho mayor (y sostenido) en los precios del petróleo para tener influencia en la política del banco central" explica James Reilly, analista de Capital Economics.

Es por ello que lo que parece una potente subida en octubre, tiene un impacto limitado en el IPC del continente. Desde que arrancó octubre, la materia prima se ha revalorizado un 8%. En lo que va de año, incluso con la subida actual, estamos hablando que el crudo apenas ha avanzado un 0,2%. Desde el BCE en ese sentido, señalan que las fluctuaciones actuales, si bien suponen una gran amenaza desde el prisma de un resurgir inflacionario, sí que supone un lastre dado que "dada la volatilidad actual de los precios de la energía no está claro las presiones en los precios a mediano plazo".

En ese sentido, desde ING señalan que Europa está más preocupada por la ralentización de su economía que por un posible despertar petrolero. "Los mercados están convencidos de que el BCE recortará sus tipos en octubre y los precios del petróleo tendrían que subir considerablemente para cambiar de opinión". Michiel Tukker, analista del banco neerlandés señala que "aunque el BCE ha mencionado la caída de los precios del petróleo como un factor de apoyo en su toma de decisiones, necesitaremos ver mucho más para convencer a los mercados de que un recorte en octubre puede no ser tan obvio como se ha descontado".

De hecho, prácticamente todos los portavoces del BCE que han hablado estos días, a las puertas de la reunión de octubre, han abierto la puerta de par en par a la posibilidad de emprender una rebaja esa misma reunión. Incluso un halcón como Joaquim Nagel, presidente del Bundesbank, abrió la puerta a esa opción. Tan solo un miembro de la institución se ha mostrado favorable a dejar pasar la próxima reunión, Peter Kazimir. Además el miembro del Consejo de Gobierno lo hizo sin mostrar la firmeza de antaño. "Estaría cómodo si dejamos pasar la reunión para ver que pasa, aunque en los medios se da por hecho que hay que bajar tipos".

En el mercado de swaps (OIS, por Overnight Indixed Swap) se da por hecho que habrá dos recortes de 25 puntos básicos en las dos reuniones que restan de año y, que posteriormente, las bajadas seguirán. Concretamente, se da por hecho que para junio de 2025 habrá otros tres recortes y que el precio del dinero tenderá a ir a la baja durante todo el año hasta que toque suelo en un entorno cercano al 2% para finales.

"Tendríamos que ver que los precios del petróleo suben por encima de los 100 dólares el barril y se mantienen ahí"

Todo esto con un precio del petróleo que ha vivido un potente despertar gracias a la escalada Irán-Israel. Tras diversos encontronazos entre ambas potencias regionales, Irán atacó con misiles a Israel. La república hebrea podría estar preparando un ataque contra la infraestructura petrolera persa. En ese sentido, el poder intimidatorio de Irán con su capacidad para impedir el paso del estrecho de Ormuz, por el que pasa el 20% del crudo del planeta, ha provocado que un temor absoluto incendie los precios. La cúspide de esa escalada del brent fue cuando el mismo Joe Biden, presidente de EEUU, reconoció que ese ataque se estaba debatiendo entre Washington y Jerusalén.

Sin embargo, y para alivio de los bancos centrales, el resto del contexto del mercado es bajista para los precios. Recientemente, la debilidad económica china mayor de lo esperado ha cambiado totalmente la perspectiva del mercado. Esto mezclado con una producción récord de EEUU y otros países como Guyana, Canadá y Brasil. Una sobreoferta y una menor demanda han llevado a un déficit estructural. La misma OPEP ha rebajado su previsión para la demanda este lunes, al tiempo que ya se ven las primeras reducciones a los límites a la producción del cártel.

"La capacidad de generar excedente de la OPEP es actualmente muy elevado, en torno a cinco o seis millones de barriles de petróleo al día, y ello en un contexto de demanda mundial de petróleo de 102 millones de barriles diarios", comenta David Rees, economista senior de mercados emergentes en Schroders. "Eso podría implicar que empieza a surgir un importante excedente de petróleo".

Solo el caos total puede cambiar el destino del BCE

Por su parte desde la firma explican que, incluso si la subida del crudo sigue siendo agresiva y vuelve a incendiarse el barril tras el parón del los últimos días, la realidad es que el camino a recorrer todavía es muy pronunciado. "Tendríamos que ver que los precios del petróleo suben por encima de los 100 dólares el barril y se mantienen ahí durante un periodo prolongado de tiempo para que se produjera un cambio significativo en las perspectivas de inflación o para presionar a los bancos centrales a cambiar su actual política de tipos de interés", defiende Rees.

Sin embargo, desde Schroders creen que la posibilidad es más real de lo que se está descontando. "En cuanto Irán insinúe que va a hacer algo en el Estrecho de Ormuz, los precios del petróleo podrían subir bruscamente. No es descabellado sugerir que el precio del petróleo podría volver a su máximo histórico de 147 dólares por barril, ya que el mercado perdería potencialmente el 20% de su suministro", explica la firma.

En ese sentido, la posibilidad ya está enervando por completo a los inversores y provocando movimientos en los mercados. "La perspectiva de una escalada en el conflicto de Oriente Medio ha animado a los fondos de cobertura a deshacerse de las apuestas bajistas en el ICE Brent al ritmo más rápido en casi ocho años", explican desde ING.

"Mientras no se elimine el riesgo de ataques a las instalaciones petrolíferas, es probable que persista una prima sobre el precio del petróleo"

Las cifras son claras. Los especuladores han añadido 123.200 lotes a la posición larga neta, se trata de la cuarta semana consecutiva de importantes 'apuestas' a largo por parte de fondos y agentes del mercado ajenos al suministro de la materia prima. Pero donde más se aprecia es en las posiciones cortas. Los bajistas del petróleo, que estaban acudiendo como un enjambre se están dispersando a un ritmo histórico a medida que crece el temor de una subida libre absoluta. Los gestores de fondos redujeron las posiciones cortas brutas en 47.977 lotes hasta los 91.222 lotes, la mayor caída semanal desde diciembre de 2016.

En cualquier caso, Sebastian Paris Horvitz, director de análisis de LBP AM, accionista mayoritario de LFDE comenta que si bien el petróleo no va a suponer un riesgo de reinflación, la realidad es que la niebla de guerra hace que los precios no sigan cayendo, impidiendo que ayude al BCE en su camino hacia el 'aterrizaje suave'. "Mientras no se elimine el riesgo de ataques a las instalaciones petrolíferas, así como el de una confrontación en la región, es probable que persista una prima sobre el precio del petróleo".

Desde el punto de vista empresarial un petróleo más bajo empujaría la rentabilidad de las empresas europeas, que están viviendo momentos de gran presión. Esta debilidad se deja sentir en particular en su industria donde los precios de la energía y la menor demanda están dañando los márgenes. "Aunque este aumento (de la energía) ha sido limitado por el momento, no cabe duda de que son peores noticias para Europa, donde los datos económicos han sido más decepcionantes que al otro lado del Atlántico recientemente".

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