Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Hay un grave problema para los precios del petróleo. El mercado afronta un sensible superávit que está arrastrando los precios y abocando al mundo a una era del petróleo más barato, a pesar de los esfuerzos de la OPEP. Al hablar de esta situación siempre se explica cómo la debilidad inesperada de la demanda china, por encima de todas las estimaciones, ha sido la clave, sin embargo, hay una gran sorpresa que ha trastocado por completo el equilibrio energético mundial: las petroleras de EEUU.

El giro del BCE hacia los recortes de tipos ha tenido un impacto claro en los mercados de toda Europa: el real estate es el rey de una nueva etapa. Hasta ahora los valores del sector habían sido los grandes perdedores de un mundo de desaceleración económica y un precio del dinero en máximos. La tecnología aupada por la IA y el sector financiero eran los mayores ganadores hasta el momento. Sin embargo, en los últimos tres meses el inmobiliario fue el sector más destacado en el Stoxx Europe 600 con una ganancia de cerca del 12,4%.

Noruega es uno de los países más ricos de toda Europa. El gran suministrador de gas de Europa. Sin embargo, lleva años atrapada en un serio problema: su moneda, la corona, no para depreciarse profundamente frente al euro. Concretamente, ha perdido desde enero de 2022 cerca de un 15% de su valor frente a la divisa comunitaria. La subida de tipos del BCE ha sido veneno para este intercambio, es por ello que el gobierno y autoridades de Oslo esperaban con paciencia la hora de los recortes en Fráncfort para poder paliar este problema y evitar que la inflación acose los planes de su banco central. El problema es que la hora decisiva ya ha llegado y... lejos de apreciarse, la corona sigue cayendo.

Una bomba se ha instalado en los precios de gas en Europa y los inversores temen que podríamos estar ante un descalabro en los precios. Más allá de un clima mejor de lo esperado para la temporada energética y un suministro más fuerte y a menor precio del esperado, una oleada especulativa durante el verano puede ser la clave. Los inversores, esperando problemas de suministro y una potente temporada de compras para abastecerse por parte de los países de la región, se lanzaron en masa comprar posiciones largas en el mercado de futuros, esperando beneficiarse de una revalorización.

Energía

Durante el fin de semana, los precios se han hundido a territorio negativo en muchos países europeos. En Alemania, Francia, Países Bajos o Bélgica, el MWh ha llegado a tocar los -20 euros en la tarde del domingo, mientras en España se mantenía cerca de cero euros. Las salvajes caídas de precio está permitiendo que el precio medio sea mucho más barato por encima de los Pirineos durante las últimas semanas. Desde que arrancó julio, el precio de la electricidad está siendo un 48% más cara que en Francia y un 34% que en Alemania.

Política monetaria

Todo parece indicar que septiembre la Fed empezará lo que será una cascada de recortes de tipos de interés, un giro por completo en su política que se ha visto reforzado por el discurso del presidente en Jackson Hole. Es por ello que hay quien espera que, en línea con el dólar, que ya está en mínimos de 2024 a las puertas del fin de la era de los tipos de interés en su punto álgido, inicie a partir de ahora una auténtica espiral bajista. Este escenario puede encender la inflación en territorio norteamericano y provocar enormes cambios, para bien o para mal en el mercado y no en vano, la potente revalorización del yen provocó un auténtico descalabro en la bolsa japonesa. Sin embargo, los analistas están pidiendo calma al mercado, creen que el billete verde ya ha tocado suelo y que, de hecho, será una fuente de sorpresas los próximos meses, actuando de forma totalmente anti intuitiva.

El presidente de la Reserva Federal ha sorprendido a los mercados en el discurso inaugural del foro anual de banqueros centrales en Jackson Hole por su rotundidad. El evento que llevaba ya un tiempo siendo la gran cita marcada en la agenda de los mercados no ha decepcionado. Aunque el recorte se daba por descontado para septiembre, por primera vez Powell lo ha especificado alegando que "el tiempo para ajustar nuestra política ha llegado". El alto cargo ha comentado que "mi confianza en que la inflación está en un camino sostenible hacia el 2% ha aumentado".

POLÍTICA MONETARIA

En un día en el que los bancos centrales toman el mando, con el mundo mirando a Jackson Hole, diversos miembros del Banco Central Europeo (BCE) han querido trasladar su optimismo tras los datos de salarios en la eurozona que se conocieron ayer. Hasta ahora, al ser preguntados por los futuros movimientos en los tipos de interés, siempre se desentendían alegando que hasta que no vieran las nuevas proyecciones macro de la reunión de septiembre no tocarían el precio del dinero. Sin embargo, el discurso de la institución empieza a cambiar.

La guerra de Ucrania tiene centenares de implicaciones, sin embargo, la energética ha estado siempre en primer plano para Europa. El continente, que se había acostumbrado al gas y crudo rusos baratos, ha tenido que 'independizarse' a velocidad récord, provocando un vuelco en el mercado a nivel mundial, con todo el caos que eso conlleva. Sin embargo, hay otra batalla que definirá el futuro del viejo continente y que se definirá con la guerra: el próximo pulmón energético del continente (y una de las regiones con más potencial del mundo) está bajo asedio, el Mar Negro.

El 'estatus' de China como la gran fábrica del mundo está en peligro. Las empresas de todo el globo durante años colocaron sus plantas en el gigante asiático para aprovechar la globalización y los menores precios. Ahora, con las tensiones geopolíticas en aumento y problemas en las cadenas de suministro, están decidiendo desplazar su producción fuera de este país, a un lugar más seguro (como India o Vietnam) o incluso relocalizar esta industria a un entorno más próximo. Esta idea, que parecía inapelable los últimos años, se ha reforzado este año con la debilidad económica del país… pero se ha encontrado con una realidad muy diferente: las empresas extranjeras localizadas allí no solo no caen sino que siguen subiendo.