Marcando una enorme frontera con Israel y escasos kilómetros de uno de los grandes conflictos que atenazan al mundo, un pequeño país de la región no podría haber acumulado más noticias en contra. Jordania, que vive del turismo, un sector que representa el 14,6% de todo su PIB, se ha encontrado con una guerra a sus puertas, con los vuelos cancelando las rutas a la región y la inestabilidad económica en la zona disparándose. Mientras esto ocurre, el país está atrapado, junto al resto del mundo, en un clima de desaceleración económica mundial por la acción de los bancos centrales, al tiempo que el Canal de Suez está bajo mínimos por los ataques hutíes a buques de transporte en el Mar Rojo. Todo ello, golpeando las economías de los países de la región y prendiendo los precios al elevar los costes. Este cóctel explosivo tendría que estar marcando un colapso económico total. Sin embargo, este pequeño país está creciendo con confianza.