Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Marcando una enorme frontera con Israel y escasos kilómetros de uno de los grandes conflictos que atenazan al mundo, un pequeño país de la región no podría haber acumulado más noticias en contra. Jordania, que vive del turismo, un sector que representa el 14,6% de todo su PIB, se ha encontrado con una guerra a sus puertas, con los vuelos cancelando las rutas a la región y la inestabilidad económica en la zona disparándose. Mientras esto ocurre, el país está atrapado, junto al resto del mundo, en un clima de desaceleración económica mundial por la acción de los bancos centrales, al tiempo que el Canal de Suez está bajo mínimos por los ataques hutíes a buques de transporte en el Mar Rojo. Todo ello, golpeando las economías de los países de la región y prendiendo los precios al elevar los costes. Este cóctel explosivo tendría que estar marcando un colapso económico total. Sin embargo, este pequeño país está creciendo con confianza.

Aunque el foco se ha centrado mucho en el IPC, el PIB, el mercado laboral y las decisiones de la Fed, hay un factor que ha pasado a un segundo plano pero que puede marcar la diferencia para Wall Street: los resultados empresariales. Hasta hace no tanto, las cifras de las principales compañías de Wall Street se han mirado con escrutinio como el principal termómetro para detectar un posible cansancio del gasto de los consumidores, convirtiéndose en el primer eslabón de un camino hacia la desaceleración económica. Ahora, con la temporada casi vencida, los resultados han arrojado una conclusión sorpresiva: las ventas comienzan a no ser tal y como se esperaban... pero los beneficios crecen a un ritmo incluso mejor de lo que se daba por hecho.

El conflicto en Oriente Medio es el gran revulsivo del precio del petróleo. En un entorno en el que la demanda China es menor de lo esperado y se prevé una economía mundial también por debajo de las expectativas, la incertidumbre geopolítica era el gran factor diferencial para el crudo. Es por ello que el precio del barril este lunes se hunde después de que el secretario de Estado, Antony Blinken haya anunciado que Israel habría aceptado un alto el fuego en Gaza y ahora solo resta que Hamás también de el sí.

Aunque fuera del foco mediático mundial, un país de Oriente Medio lleva años atrapado en una crisis histórica que, aunque ahora parece estabilizarse, en realidad entraña enormes dificultades y peligros que pueden golpear a toda la región. Egipto lleva años sufriendo una crisis económica que va y viene según las circunstancias internacionales, pero que se basa en dos ingredientes letales: un gasto estructural desenfrenado y una enorme carga de deuda vigente. Y en los últimos años, los desastres no han dejado de sucederse: por un lado, el país se había encomendado a una espiral de enorme gasto público sin los ingresos para sostenerla. Por otro lado, un golpe en sus ingresos por los ataques hutíes en el Mar Rojo (bloqueando el canal de Suez), unos mayores costes energéticos desde la guerra de Ucrania y un turismo derrumbado, primero por el covid y después por la guerra en Gaza, justo en su frontera noreste. Esta tormenta perfecta llevó a una de las peores crisis de su historia, con un shock de liquidez y la posibilidad de un impago total de su deuda, al no tener cómo afrontarla.

Política monetaria

Los mercados están bailando entre la euforia y el pesimismo en una lucha por la narrativa en cada dato macroeconómico. Los datos de empleo, el IPC, las ventas minoristas y ahora la vivienda. Todas estas citas están dándole a los inversores piezas del puzle de la Reserva Federal y todos quieren responder a una pregunta: ¿Cuándo y cuánto recortará Jerome Powell? Todo parece indicar (el mercado ofrece un 100% de probabilidad) que la Reserva Federal dará el pistoletazo de salida a la era de los recortes este mismo septiembre, acabando así con una de las etapas de endurecimiento monetario más agresivas que se recuerdan, pasando de unos tipos al 0,25% al 5,5% en tiempo récord y manteniéndolos sin cambios durante más de un año. Sin embargo, aunque el banco central tomará su decisión entonces, la realidad es que los recortes comenzaron hace mucho tiempo, pero fue la Casa Blanca quien los activó y lo hizo a través del mercado de bonos.

Los mercados viven en una montaña rusa de emociones, en la que cada dato se ha convertido en una batalla por controlar la narrativa. Si las cifras de empleo de hace ya dos semanas desataron el caos, con un desempleo escalando al 4,1% y generando temores de recesión, hoy las ventas minoristas han tenido un efecto opuesto, mostrando que el consumo de EEUU, el gran bastión de la resistencia económica del país norteamericano, aguanta firme. Ante esta revelación, los mercados han tirado la toalla y han renunciado a un ambicioso programa de recortes tipos para lo que resta de 2024.

Durante el primer mandato de Donald Trump una dinámica se instaló en el día a día de la agenda económica mundial. La guerra entre el presidente de EEUU y el de la Reserva Federal, (nombrado por él) al que acusaba de "ser el mayor enemigo del país" por no bajar los tipos de interés y favorecer el plan económico de la Casa Blanca. Una guerra del mismo calibre se está librando durante meses (pero con mucha mayor agresividad) en un país de la UE: Polonia.

Materias primas

El precio del hierro está siendo un termómetro para medir la situación de la economía China, que continúa sufriendo el impacto de la crisis del sector inmobiliario que se prolonga desde hace años en el país asiático. En este sentido, las noticias no son buenas para los productores mundiales del metal: los precios de referencia del hierro han caído este miércoles hasta mínimos de mayo de 2023, tras caer más de un 3% en la sesión, arrastrados por un mensaje pesimista del presidente de Baowu Steel Group, el mayor productor del mundo. Hu Wangming ha declarado que “el sector se enfrenta a una crisis más fuerte que las de 2008 y 2015”, y considera que la industria tiene por delante un “invierno severo”.

Política monetaria

Los últimos datos de inflación eran la gran atracción que reunía a los inversores esta semana. Sin embargo, la última publicación, en la que los datos han coincidido prácticamente por completo con lo que se esperaba por parte de los mercados, con el IPC reduciéndose una décima hasta el 2,9% y marcando una subida interanual del 0,2%. Tras conocerse la noticia, los movimientos han sido totalmente limitados, con los bonos moviéndose sin un sentido claro, el dólar sin grandes cambios y los mercados sin movimientos agresivos. Los expertos tienen claro qué está pasando, salvo catástrofe en un sentido o en otro, la Fed ya ha atado la inflación y ahora el foco del mercado la ha abandonado, centrándose por completo en el mercado laboral.

La carrera electoral de EEUU suele ser una maratón interminable que puede alargarse más de año y medio. Pero esta vez, con la retirada de última hora de Joe Biden, las elecciones se han convertido en un 'sprint' de tres meses, más parecido a las campañas europeas. En un tiempo tan corto, cualquier giro puede sacudir la situación política sin apenas margen de error. Y, en estas circunstancias, la incertidumbre que rodea a la economía de EEUU puede ser un factor clave de cara a las elecciones.