Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Durante mucho tiempo el oro ha sido uno de los activos más valorados. No es extraño que se haya repetido que ha superado los máximos históricos una y otra vez. Sin embargo, ahora el metal precioso puede estar a las puertas de un récord muy diferente y mucho más complicado. Diversos analistas ya están hablando de que una tormenta perfecta se está posando sobre el valor refugio por excelencia y que esta puede incluso catapultarla a competir con alguno de los mercados alcistas más grandes y desenfrenados de toda la historia.

El petróleo está atrapado entre dos dinámicas opuestas. La primera, una demanda menor de lo esperado debería arrastrar sus precios. La segunda, las dos grandes guerras que centran la atención del mundo y que pueden poner totalmente en jaque al mercado, están empezando a dar señales realmente preocupantes para el mercado, disparando los precios. Este lunes los inversores han recibido motivos para sumar argumentos a ambas partes. Por un lado, la OPEP ha publicado su informe, donde por primera vez se acerca a la postura planteada por la AIE y comienza a reconocer una demanda menor. Por otro lado, desde Kiev y Teherán han lanzado diversos avisos al mercado.

Si bien el caos bursátil ha tenido varios frentes, todos coinciden en que Japón ha sido uno de sus grandes epicentros. El país nipón ya lleva dos subidas de los tipos de interés este año dejando el precio de referencia en el 0,25% tras la reunión de junio. Este cambio ha desatado un giro sustancial en los mercados pues ha anulado el carry trade. Hasta ahora muchos inversores pedían prestado dinero en Japón aprovechándose de las condiciones monetarias ultra laxas para comprar activos con otra divisa, principalmente en dólares. Ahora, mientras el banco central japonés está empezando a elevar el precio del dinero, el debilitamiento del mercado laboral de EEUU ha hecho pensar en una cascada de recortes de la Reserva Federal. Dos eventos que han provocado que todos los inversores que estaban utilizando esta estrategia recalibren los riesgos. Algo que elevó al yen hundiendo a la bolsa japonesa y a los mercados del mundo.

Los mercados se encuentran en estos momentos deshojando la margarita de la recesión. Los datos del ISM manufacturero del pasado jueves y del mercado laboral el viernes siguiente provocaron un cambio radical en la percepción del mercado, que ha pasado de esperar un aterrizaje suave a tener serias dudas de una posible contracción económica. Junto con otros factores (como el carry trade o los débiles resultados de las tecnológicas) este giro provocó un auténtico pánico en los mercados, al tiempo ya se empezaban a descontar unas potentes reducciones de tipos por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, más allá de las dudas sobre la posibilidad de una recesión, los analistas están viendo un problema que podría bloquear esta cascada de reducciones: las elecciones.

La situación en Venezuela es crítica. Las elecciones en el país han abierto una etapa de alta inestabilidad tanto en el interior del país como fuera de él. El Comité Nacional Electoral (CNE) ha reconocido a Maduro como el ganador de los comicios mientras que la oposición se declara vencedora. Esta última lo hace en base a los 24.532 copias de las actas que han recogido durante las elecciones mientras que el gobierno no ha publicado ningún acta o prueba con la que justificar la reelección. Esto ha llevado a que diversos países de todo el mundo reconozcan como ilegítimos los resultados del CNE y proclamen al candidato opositor, Edmundo González, como presidente electo, mientras las calles se movilizan contra el ejecutivo.

Los mercados siguen digiriendo la jornada del lunes, que entrará en los libros de historia como una de los días de gran pánico bursátil, especialmente tras un año de grandes avances como estaba siendo 2024. La bolsa de Japón cedió un 12,4% y el S&P 500 perdió un 3% (el EuroStoxx 50 fue de las que mejor paradas salieron con un retroceso de 'solo' un 1,45%. Con el paso de las horas (y la bolsa de Tokio rebotando con fuerza un 10%) hay una sensación que se está imponiendo en los analistas 'sobrerreacción". El día después del 'lunes negro' los expertos coinciden en que, si bien hay ciertos motivos que explican el caos bursátil que se adueño de los mercados del mundo, la perspectiva de una recesión inminente que justifique un potente ajuste a la baja es algo excesivo dados los actuales datos macroeconómicos.

Los mercados están viviendo días históricos. Aunque las dudas respecto a las tecnológicas empezaron ya a roer los cimientos de los principales índices del mundo, los últimos datos de empleo de EEUU han provocado que esa incertidumbre se convierta en caos. Con un mercado laboral enfriándose y el desempleo escalando al 4,2%, hay una palabra que se ha hecho dueña de la escena: recesión. La idea de una potente y cercana contracción económica se ha instalado y los últimos datos han activado uno de sus grandes argumentos. La 'regla Sahm', un indicador que alerta del comienzo de las recesiones a través del mercado laboral, está en rojo y parpadeando y ahora hay quien se pregunta si ya es un destino inevitable.

Comprar una hamburguesa se ha convertido en un sacrificio mucho más alto que antes. Esa sensación se ha adueñado de EEUU y ha desatado una guerra entre los gigantes de la comida rápida que está destrozando sus ingresos… y lanzando una advertencia sobre la economía. Ya con una situación asentada tras la oleada inflacionaria de los últimos años, las grandes marcas están anunciado que sus márgenes están sufriendo elevadas presiones de una guerra en la que no se hacen prisioneros y en la que nadie parece querer dar un paso atrás. El motivo es una tendencia que se ha instaurado… los precios más altos han provocado que el 'fast food' cruce el rubicón de los 'menús económicos'. Es decir, los clientes han dejado de ir a sus establecimientos considerando que ya no son accesibles… lo que ha llevado a los gigantes del sector a sacar la artillería y lanzarse a las ofertas.

Los futuros de petróleo caen cerca de un 3,13% ante el miedo a un parón de la economía. El crudo de tipo Brent pierde los 78 dólares por barril (quedándose en los 77,06) y se acerca a mínimos anuales. Los inversores están cotizando un escenario macroeconómico algo más pesimista ante los malos datos de empleo en EEUU y los síntomas de debilidad que llegan de China, el mayor importador de petróleo del mundo. De este modo, tanto el crudo Brent de referencia en Europa, como el West Texas, corrigen casi un 3% y se sitúan en zona de soportes.

Salvar a Argentina de su complicada situación económica requiere de una precisión quirúrgica. Javier Milei se ha encomendado para lograrlo a un acaparamiento masivo de liquidez a través de un superávit con el que llenar lo máximos posible sus arcas. Esto es un factor clave para lograr la dolarización. Este es el motivo por el que se celebró por parte de gobierno y mercados el hecho de que lograse unas reservas netas de 12.000 millones de dólares, cuando hasta hace no mucho estaban en negativo. Sin embargo, este escudo de liquidez para salvaguardar el plan de Milei ha vivido un potente desplome en un solo mes de 5.000 millones de dólares.