Opinión

Sin solución a la crisis inmobiliaria de China

El desplome de la demanda de vivienda en China deja unos 60 millones de pisos sin vender y ha dado lugar a una crisis sin precedentes en el inmobiliario que lastra la economía del país.

Un problema que Pekín y los Gobiernos regionales buscan resolver adquiriendo estos activos para lugar venderlos como viviendas asequibles. Ya en 2016, China recurrió a esta medida para reducir el stock de vivienda con pobres resultados. Nada indica por tanto que ahora la compra pública de vivienda resuelva el problema, ya que ello no servirá para impulsar la actividad inmobiliaria de forma sostenida, que es lo que el país necesita. Además, la inversión que se realice para adquirir los inmuebles seguirá elevando los ya altos volúmenes de deuda de China.

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