
Mayo va a terminar con serios correctivos para las bolsas europeas, con caídas que superan el 5%. El presidente de EEUU, Donald Trump, a principio de mes abrió la caja de Pandora con una nueva ronda de aranceles contra China, pero la situación se está empezando a complicar con los mismos elementos que aparecieron en la recta final de 2018 cuando el S&P 500 experimentó la mayor corrección desde 2008 al caer un 13% y las bolsas europeas sufrieron un retroceso de alrededor del 13% cayendo a niveles de 2016.
A pesar de que se mantiene desde comienzo de año sustanciales ganancias anuales, los inversores no olvidan la escabechina que se produjo en el último trimestre de 2018. El Ibex 35 se dejó más de un 10%, el Eurostoxx se dejó casi un 13%, en el peor registro desde 2011, y la bolsa americana sufrió la mayor corrección desde 2008 con el S&P 500 dejándose casi un 14% y el Nasdaq más de un 17%.
El mercado fue castigado con la tormenta perfecta: guerra comercial, una Italia creando discordia en Europa, y la temida curva de tipos en EEUU amenazando con invertirse anticipando una recesión en mitad de la una desaceleración económica.
El rebote de las bolsas desde la última semana del año alivió la sensación de pánico gracias a la intervención de los bancos centrales. La Fed desechó su hoja de ruta de ir subiendo progresivamente los tipos de interés y el BCE aplazó la intención de sacar al euro de la política de tipos cero. Pero pasados casi seis meses, el mercado vuelve a revivir las sensaciones risk off con los mismos condicionantes.
La renta fija refleja la sensación de pánico del mercado. El dinero ha huido a refugiarse a los bonos. El bund vuelve a marcar mínimos históricos en terreno negativo, los bonos periféricos bajan sus rendimientos a niveles históricos y la curva de rentabilidad de la deuda americana vuelve a aplanarse desatando los nervios de los inversores, ante el miedo de un final de ciclo económico agudizado por el choque entre EEUU y China.
Todavía calibrando el impacto que supondrá la nueva ronda de aranceles entre los dos países, ha llevado la inversión de la curva entre tres meses y diez años a -0,14%, la mayor desde 2007. "Los bonos del tesoro estadounidense llevan varios días subiendo con fuerza, lo que ha situado la rentabilidad del 10 años a su nivel más bajo en 20 meses y la inversión de la curva implica que las expectativas de los inversores son que la inflación se mantenga baja y que el crecimiento económico vaya a menos. Es más, actualmente el mercado descuenta ya que a finales de año los tipos de interés oficiales habrán descendido en medio punto porcentual", explica Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities.
La curva de tipos alienta la expectativa de recesión de la economía de EEUU
"Esta inversión o cuasi inversión de la curva de rentabilidades alienta la expectativa de recesión de la economía de EEUU, aunque los datos de confianza de los consumidores sigan siendo excepcionales", subraya Juan Ignacio Crespo, asesor financiero de Renta 4.
De momento, ni los datos de empleo, ni el dato de PIB del primer trimestre muestran señales preocupantes. Y desde el punto de vista de la teoría económica clásica no se ha producido el temido vuelco en el tramo de 2 a 10 años. La diferencia de rentabilidades entre ambos plazos es ahora del 0,157% positivo.
El pasado año el nerviosismo por la deuda americana no vino sola. Italia también fue un quebradero de cabeza para los inversores. El Gobierno de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas mantuvo un pulso abierto con Bruselas a cuenta del compromiso de déficit y deuda. La deuda italiana disparó su rentabilidad muy por encima del 3% y la prima de riesgo superó los 300 puntos básicos.
La Comisión Europea terminó consiguiendo que el Roma rebajara sus expectativas de desviación de déficit levantado ligeramente la mano para un pequeño exceso de sus presupuestos. Los inversores dieron la espalda a la deuda italiana y el sector financiero fue el que más sufrió el castigo.
Los resultados de las elecciones europeas han vuelto a mover el avispero italiano. Con una victoria holgada de la Liga de Salvini el mercado vuelve a temer un nuevo choque con las instituciones europeas. Tanto la prima de riesgo como la rentabilidad de la deuda italiana se ha vuelto a disparar, y más, cuando planea la posibilidad de que la Comisión active el procedimiento para sancionar a Italia, mientras Salvini intensifica las arengas contra las normas presupuestarias.
El nuevo pulso llega en un momento de incertidumbre para la economía europea. Las cifras de crecimiento del primer trimestre han superado con creces los temores que venían reflejando los indicadores adelantados. El PIB de la zona euro creció un 0,4%, con Alemania y Francia creciendo en la misma línea, gracias al consumo interno. Pero sigue sin despejarse la incógnita de si el sector manufacturero seguirá agravando su crisis, especialmente el alemán, y si terminará arrastrando a toda la economía.
"Nosotros insistimos que no existen signos de deterioro que anticipen una contracción económica y solo atravesamos un momento de ausencia de grandes estímulos capaces de alargar el rally del mercado durante el primer cuatrimestre", señalan desde el departamento de análisis de Bankinter.
A pocas sesiones de cerrar mayo, las bolsas acumulan un duro castigo que empezó con Trump reavivando los ataques aranceralios a China. El Ibex 35 retrocede un 5%, el EuroStoxx baja más de un 6% y la bolsa americana otro 5%, lo que será el peor mes en lo que va de año para el mercado. Pero el escenario se ha comenzado a complicar con los mismos factores que desataron la mayor corrección desde la crisis económica.