
La economía alemana sorprendió a propios y extraños al crecer un 0,4% durante el primer trimestre del año, después de ofrecer señales preocupantes el sector industrial. El Bundesbank, en su boletín mensual, que el repunte inesperado del PIB se debe a factores excepcionales como medidas fiscales que impulsaron el consumo privado y el apoyo del sector de la construcción, dinamizado por las buenas condiciones meteorológicas. Pero los economistas de la institución advierten de que la tendencia de fondo es débil.
Los expertos del Bundesbank subrayan que entre enero y marzo se dieron circunstancias especiales para que la economía creciera a un ritmo del 0,4% como medidas fiscales que impulsaron el consumo privado, un repunte en las ventas de automóviles después de la producción el año pasado, y un moderado clima invernal que impulsó la construcción.
"Se espera que estos efectos, que han impulsado en gran medida el crecimiento después del cambio de año, caduquen o incluso se reviertan", señala el documento. "Además, las fuerzas de recesión continúan prevaleciendo en la industria, e incluso pueden intensificarse un poco".
La economía de Alemania ha estado lastrada en la segunda parte de 2018 y en el primer trimestre, por los problemas internos en la industria automotriz y la pérdida de fuerza de las exportaciones.
El Bundesbank apunta que solo se espera una recuperación gradual de la actividad económica para la segunda mitad del año junto con una recuperación económica mundial.