Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor agresivo termina enero en positivo, mientras que el conservador lo hace con pérdidas

  • Las carteras conservadoras ceden un 0,23% y las agresivas suben un 0,34%
  • Esta situación refleja lo que pasa en mercado: los bonos caen y las bolsas avanzan
Imagen: Dreamstime.
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La renta fija forma parte del menú que más consume el inversor conservador, el que por definición no quiere asumir riesgo. El año pasado fue el primero de muchos en el que este activo volvió a ofrecer rentas, y las gestoras no dudaron en aprovecharlo con el lanzamiento de productos de renta fija como alternativa al depósito o a las letras. Y la estrategia salió doblemente bien, porque el dinero entró a raudales y las rentabilidades fueron buenas. Pero la volatilidad ha regresado a los bonos este año. Era una posibilidad encima de la mesa si se enfriaban las altas expectativas del mercado sobre las bajadas de tipos de interés, como ha sucedido. Y esto ha impactado directamente en las carteras de los inversores más conservadores, que contra todo pronóstico cierran enero con pérdidas del 0,24%, según datos de Morningstar.

Estos números rojos del 0,24% que arrastran los más cautos en estas primeras semanas contrastan con el 0,34% que consiguen los inversores más arriesgados, con casi toda su cartera en bolsa -ambos datos se corresponden con la rentabilidad de los fondos mixtos de cada perfil-.

El resultado es el reflejo de lo que ha ocurrido en el mercado en enero. Aunque la renta fija parte como uno de los activos favoritos de este año, los inversores han deshecho posiciones a medida que se aleja el recorte de tipos, y tan sólo hay tres tipos de bonos que esquivan las pérdidas este mes: los de alto rendimiento europeos y americanos, y la deuda china. En cambio, una cartera construida con bonos de todo el mundo ha perdido un 2,13% este mes -su peor arranque de año desde 2009-.

En el caso de la deuda pública, que ocupa uno de los escalones de menor riesgo dentro de todo el abanico de opciones, sufre uno de los mayores golpes. Su precio se ha desplomado un 2,71% -sólo el de los bonos ligados a la inflación cae más-, y, como sucede en la deuda global, también es su enero más bajista de los últimos 15 años. Le puede interesar: El BCE deja los tipos de interés en el 4,5% e insiste en que se mantendrán ahí por un periodo suficientemente largo.

Mientras el precio de los bonos se mueven al son de los bancos centrales, "a ese inversor conservador que quiere rentabilizar su dinero sin arriesgar demasiado, le recomendaríamos actualmente mantener un posicionamiento a corto plazo, en el que los rendimientos siguen siendo más elevados que a 10 años y además el riesgo es mucho menor", considera Miguel López, asesor financiero en Capitalia Familiar. "Pese al elevado optimismo que reina en el mercado, ningún inversor debe olvidar nunca el binomio rentabilidad-riesgo. La situación económica ha mejorado con respecto a hace un año, pero los riesgos siguen estando latentes. Y no solo económicos, también políticos. Estos riesgos políticos consideramos que no están siendo correctamente valorados por el mercado, y podrían terminar dando más de un susto en aquellos países cuyo déficit sigue disparado, caso de España", explica.

En cambio, en los principales índices bursátiles se han impuesto las compras. El EuroStoxx 50 ha logrado en las últimas semanas superar el techo con el que se había chocado los últimos 17 años, que no es otro que los máximos que alcanzó antes del estallido de la crisis de Lehman Brothers, en 2007. La bolsa europea encadena ya su tercer mes consecutivo al alza, y en enero ha firmado una subida superior al 2,6%. Dentro del Viejo Continente, plazas como la alemana y la francesa se desmarcan de las caídas de otras como la italiana o la española. En el caso del Dax y el Cac se han apuntado avances de más del 1% este mes. En el caso del Ibex 35 se ha convertido en uno de los parqués más penalizados, tras las fuertes subidas de 2023, con un retroceso del entorno del 2% -el mayor desde octubre-.

Al otro lado del Atlántico, Wall Street también ha registrado este mes nuevos máximos históricos, impulsado por la tecnología. En Nasdaq 100 ha volado otro 4,5%, mientras que el S&P 500 se ha revalorizado más de un 3%.

Pese a la volatilidad de inicio de año en los bonos, que muchos expertos han visto como una segunda oportunidad para entrar en el caso de estar fuera, las perspectivas para la renta fija son buenas y lo serán aún mejor cuando se materialicen las bajadas de tipos. Y esto juega a favor del inversor de perfil más conservador. Su suerte ya cambió en 2023. Fue el primero de muchos en el que tuvo la posibilidad de elegir entre distintos activos que ofrecían rentabilidad sin demasiado riesgo. Este tipo de carteras firmó una subida media del 6,26% el año pasado, la más elevada de la última década (ver gráfico), que sirvió incluso para que batiera a la inflación subyacente (que calcula la variación de los precios sin tener en cuenta los de la energía y el de los alimentos no elaborados). Los inversores más agresivos consiguieron, en cambio, rentabilidades del 12,2%. Este año hay que tener en cuenta, también, que la rentabilidad extra que ofrece la bolsa frente a los bonos está en mínimos de 2009.

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