Esta semana comenzó en España la tramitación parlamentaria de una suerte de impuesto temporal a aquellos bancos con ingresos superiores a los 800 millones de euros y que se aplicará, si sale adelante en forma y tiempo, a partir del primer trimestre de 2023 con un gravamen del 4,8% sobre margen de intereses y comisiones. Pero España no es el único país que ha aprobado una tasa al sector bancario. Otros cinco países cuentan con una tasa, en distintos formatos, sobre los beneficios de sus entidades financieras y otros, que no han aprobado un impuesto ad hoc para sortear la futura recesión, ya contaban con tasas al sector previas a la crisis actual.