
Esta semana comenzó en España la tramitación parlamentaria de una suerte de impuesto temporal a aquellos bancos con ingresos superiores a los 800 millones de euros y que se aplicará, si sale adelante en forma y tiempo, a partir del primer trimestre de 2023 con un gravamen del 4,8% sobre margen de intereses y comisiones. Pero España no es el único país que ha aprobado una tasa al sector bancario. Otros cinco países cuentan con una tasa, en distintos formatos, sobre los beneficios de sus entidades financieras y otros, que no han aprobado un impuesto ad hoc para sortear la futura recesión, ya contaban con tasas al sector previas a la crisis actual.
"Pueden tomar la forma de gravámenes únicos, como es el caso de España y Hungría, de tarifas temporales a las empresas, como tiene Francia, pueden ser aportaciones a fondos (es el caso de Bélgica) o impuestos sobre balance (como aplica Suecia). Además, esperamos un nuevo anuncio a este respecto en República Checa pronto [posiblemente, en los quince días que resta de mes]", apuntan los analistas de Credit Suisse. En este informe, la firma suiza calcula que, de media, las distintas tasas que se aplican sobre el sector bancario representarán el 10% del beneficio antes de impuestos en 2022.
¿Saldrá adelante en España?
Ahora bien, en las últimas horas el hecho de que el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez haya decidido amoldarse al criterio de Bruselas sobre un impuesto al sector energético ha dado alas para pensar que también podría plegarse ante el BCE en su tasa a la banca. Fuentes consultadas por elEconomista creen que, en ningún caso, el Gobierno retirará o rebajará el impuesto que gravará con un 4,8% los ingresos del sector en los años 2022 y 2023.
En cambio, los analistas de Credit Suisse no lo descartan y creen que "la resistencia del BCE da esperanzas a España" a este respecto. "El BCE previamente ya ha pedido cautela en el incremento de las tasas a los bancos, puesto que podría causar un evidente efecto adverso en el sistema financiero de los países y distorsionar su modelo de negocio. De hecho, la institución ha recomendado un minucioso análisis de las posibles consecuencias negativas de la introducción de impuestos bancarios para fines presupuestarios. Esto podría resultar en la dilución de las actuales propuestas españolas", concluye el informe.
Impuesto en otros países
Según el informe elaborado por la casa de análisis, Bélgica propuso el pasado mes de agosto una contribución adicional al Fondo de Garantía de Depósitos (DGS, según sus siglas en inglés) de 1.400 millones de euros. Sobre el beneficio previo a impuestos de KBC representará un 19% del total.
En el caso de Francia, que no ha aprobado ningún impuesto, sí ha llegado a un acuerdo con el sector bancario quien se ha comprometido a limitar a un máximo del 2% el crecimiento de las comisiones en 2023, según un acuerdo alcanzado con el Ministerio de Finanzas del país galo hace solo unos días.
En Reino Unido el Ejecutivo no ha propuesto ningún impuesto excepcional sobre el sector, pero ya existía de antes una tasa permanente que grava del 0,1% al 0,5% sobre el pasivo a corto y largo plazo, y también tienen un recargo por impuesto de sociedades del 8% sobre el ebitda este año, que será reducido al 3% el próximo ejercicio.
En Suecia entró en vigor en enero el denominado Risk Tax por el que se gravará con un 0,05% el pasivo del sector este año y llegará al 0,06% en 2023.
En Hungría se decidió en julio una tasa especial del 10% sobre el volumen neto de negocios de los bancos en 2022 y del 8% en 2023.