Resulta contradictorio pensar en un barril de petróleo en caída libre desde hace dos sesiones si se tiene en cuenta que la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo) anunció este mismo lunes el primer recorte de producción por vez primera desde el estallido de la pandemia. Pero el mercado está descontando una recesión económica y esto se ha hecho notar en las ventas de los inversores en el mercado de materias primas. "Es el reflejo de cómo se están oscureciendo las previsiones para este año (...) en un contexto en el que la inflación ha crecido al mayor ritmo que se recuerda en 40 años", apuntan desde Dow Jones.

Inditex presentará el próximo 14 de septiembre unos resultados trimestrales -de mayo a julio, su segundo trimestre fiscal- que vendrán a confirmar la recuperación del negocio tras la pandemia y su capacidad para cubrir el hueco dejado por el cierre temporal de sus tiendas en Rusia -el 8,5% del ebitda cierre de 2021-. No obstante, el impacto de una inflación de doble dígito en Europa, su principal mercado que junto a España representa el 63% de las ventas del grupo, se ha hecho notar, por el momento, en la cotización. Su acción se deja un 18% desde los máximos de agosto, en 25,87 euros, y las ventas afectan al sector retail ante el menor poder adquisitivo de los consumidores.

Verizon se convirtió ayer en la compañía con una trayectoria más longeva en lo que respecta a la mejora continuada de la retribución al accionista dentro del índice Dow Jones. La firma de telecomunicaciones estadounidense aprobó por decimosexto año consecutivo un incremento de la retribución al accionista, una gesta jamás antes vista dentro del selectivo americano y llevando a su retribución a la más rentable de toda la tabla del Dow Jones. Consulte aquí El calendario de próximos dividendos 

El impacto del Brexit que la pandemia contuvo por dos años se ha sumado a la recesión que se avecina sobre la economía británica y unos pronósticos de inflación que se acercan al 20% de cara a principios de 2023, según los analistas de Goldman Sachs. De momento, se sitúa por encima del 10%. La libra esterlina es la primera víctima en caer. Ya se escuchan tambores que apuntan a la paridad frente al dólar de aquí a un año vista y, de producirse, sería algo histórico que jamás ha sucedido. "La perspectiva de que la libra alcance la paridad frente al dólar se está volviendo cada vez menos extravagante, teniendo en cuenta la recesión que se avecina, dependencia aguda del capital extranjero (...) o los crecientes costes de la deuda", apunta Simon White, analista de Bloomberg.

La maquinaria ya se volvió a poner en marcha el pasado mes de julio, cuando Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), decidió dar por finalizada la facilidad de depósito en tasas negativas y aumentarla en 50 puntos básicos hasta devolverla al 0%. Ahora la previsión que maneja el mercado es que en la reunión del próximo 8 de septiembre el organismo vuelva a pisar el acelerador con otro incremento de 75 puntos básicos, lo que supondría sumar en el tercer trimestre del año un aumento de 125 puntos básicos, con tipos ya en positivo. Y esto, a pesar de los pesares -con la inflación desmedida en Europa, temores de recesión, de aumento de la morosidad y el viento en contra del impuesto del Gobierno- mejorará significativamente el balance de las entidades nacionales.

El contexto está a punto de cambiar tras dos años de pandemia en los que las moratorias y los créditos estatales a través del ICO (además de los Ertes) han retrasado lo que el mercado descuenta como inevitable. La clave está en saber en qué proporción el repunte de la morosidad afectará al sector, ahora que vislumbran a lo lejos el maná tras una década de sequías con los tipos de interés al alza. Por el momento, la línea divisoria que separa a las entidades más internacionales, Santander y BBVA, frente a la banca doméstica se intuye cada vez más clara. Solo en el último mes, una vez que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera en julio elevar en 50 puntos básicos la facilidad de depósito llevándola al 0%, el consenso de mercado ha recortado en un 4,5% de media las previsiones de beneficio neto para 2023 de las firmas con mayor exposición nacional, Sabadell, CaixaBank, Bankinter y Unicaja. Mientras, elevan en un 3% sus estimaciones de ganancias para Santander y BBVA.

La industria sigue sufriendo las consecuencias de los disparatados precios de la energía en España. Acerinox acaba de anunciar un nuevo ERTE (Expediente temporal de regulación de empleo) en su fábrica de Acerinox Europa, situada en la pedanía de Los Barrios, en Algeciras, ante los elevados costes del precio de la luz. Fuentes de la compañía reconocen que a cierre del primer semestre del año la factura de la electricidad en España ya superó el sobrecoste de todo 2021, próximo a los 100 millones de euros. Y las previsiones auguran un segundo semestre todavía más complicado, según estas mismas fuentes.

La recuperación a tres años que se marcó como objetivo LetterOne cuando desembarcó a través de una opa hostil en Dia en 2019 se está truncando. El ahora presidente no ejecutivo del grupo de supermercados, Stephan DuCharme, reconocía hace año y medio que su objetivo era empezar a generar beneficios en el primer semestre de 2022, algo que no se ha cumplido, ni se cumplirá, según las previsiones que maneja el consenso, que no estima números negros hasta 2023.

La rentabilidad por dividendo del Ibex 35 está en máximos de marzo de este año, en el 4,6%, después de las últimas correcciones que, en menos de quince días, le han llevado a perder algo más del 6% y a firmar un agosto (salvo sorpresa) en números rojos. Detrás de una retribución cada vez más atractiva hay dos factores: el temor a una recesión económica que ha lastrado a las bolsas durante el verano y el regreso de las políticas de retribución al accionista de las compañías tras dos años de pandemia. Consulte aquí el calendario de dividendos de la bolsa española

Tradicionalmente, el sector inmobiliario es, por definición, uno de los más ligados a la marcha de las economías y, esto, en épocas de recesión dibuja un panorama difícil de digerir cuando todo apuntaba hace solo unos meses a una recuperación sin precedentes de la actividad tras la pandemia. "A pesar de los sólidos resultados, el real estate europeo sigue comportándose peor que el resto de sectores debido al alza de los tipos de interés, los mayores costes de construcción y las preocupaciones sobre el crecimiento del PIB", afirman desde Barclays.