
El impacto del Brexit que la pandemia contuvo por dos años se ha sumado a la recesión que se avecina sobre la economía británica y unos pronósticos de inflación que se acercan al 20% de cara a principios de 2023, según los analistas de Goldman Sachs. De momento, se sitúa por encima del 10%. La libra esterlina es la primera víctima en caer. Ya se escuchan tambores que apuntan a la paridad frente al dólar de aquí a un año vista y, de producirse, sería algo histórico que jamás ha sucedido. "La perspectiva de que la libra alcance la paridad frente al dólar se está volviendo cada vez menos extravagante, teniendo en cuenta la recesión que se avecina, dependencia aguda del capital extranjero (...) o los crecientes costes de la deuda", apunta Simon White, analista de Bloomberg.
Por el momento, ayer la libra se descolgó de los 1,15 dólares al cambio y es la primera vez desde 1985 que el cable perfora esta cota, aunque solo fuera momentáneamente. "Los desafíos que enfrenta la economía británica son de una magnitud que probablemente no se recuerda", afirma Mark Dowding, director de inversiones de BlueBay AM, en declaraciones a Bloomberg.
De momento, Saxo Bank es la firma más favorable a ello y pronostica que el cruce libra/dólar se sitúe en 1,02 dólares durante el primer trimestre del próximo año. En lo que va de año, la divisa británica se ha dejado ya un 15% frente al dólar y ha protagonizado el peor mes desde la votación del Brexit en 2016. Entretanto, ayer el Partido Conservador eligió a la hasta ahora ministra de Exteriores británica, Liz Truss, como la sucesora de Boris Johnson, por lo que se convertirá en la nueva primera ministra de Reino Unido. Y el panorama al que se enfrentará es claramente desafiante, y lo será aún más con la llegada de las bajas temperaturas en invierno que dispararán el precio de la energía más si cabe, pero también el del resto de los productos importados.Hay que tener en cuenta que la caída de la libra lo que hace es encarecer el precio de las importaciones y Reino Unido es una economía muy dependiente del exterior, empezando por su situación geográfica.
Un reflejo de esta situación es que el Ftse 250, el índice de pymes británico con mucha dependencia doméstica, registra su peor comportamiento relativo frente al Footsie 100 en lo que va de año, 18 puntos menos.
Para tratar de dar caza al alza del IPC el Banco de Inglaterra ha elevado los tipos de interés hasta seis veces desde el pasado mes de diciembre, llevando la tasa oficial del precio del dinero a niveles de 2009, en el 1,75%. El temor a la recesión económica está provocando ventas de los inversores en el mercado de deuda británico que ha llevado al bono a diez años a rentabilidades del 2,935%, por encima del papel español en el 2,77%.