Las elecciones presidenciales francesas se basan en la idea de Charles de Gaulle de que el presidente se debía elegir por sufragio universal. Que no debían mediar ninguna de las cámaras parlamentarias, sino solo la voluntad del pueblo. Poco se imaginaba De Gaulle que, 60 años después, el panorama político francés se situaría en un escenario en el que, si bien al presidente lo ha elegido el pueblo, aunque sea a regañadientes, las políticas de futuro van a depender, y mucho, de cómo se configure la Asamblea Nacional en las próximas legislativas

Doctora en Periodismo y profesora de EAE Business School