Opinión
Actualmente, los gobiernos están desempeñando un papel cada vez más determinante en la configuración de los mercados, dando paso a una nueva era de dominancia fiscal. Atrás quedaron los tiempos del activismo agresivo de los bancos centrales en los años 2000, cuando instituciones como la Fed y el BCE trabajaban para estabilizar la economía mediante expansión cuantitativa (quantitative easing), orientación futura (forward guidance) y recortes rápidos de tipos de interés. Estas actuaciones eran, en gran medida, tecnocráticas e independientes de los gobiernos electos.