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Trump nomina a Stephen Miran, aliado clave en su política arancelaria, para ser gobernador de la Fed hasta enero

  • Su posición sería temporal, a la espera de una nueva decisión en 2026
  • Miran ha criticado duramente a la Fed en los últimos años
  • Defiende debilitar el dólar y ha apoyado los aranceles
Stephen Miran. Foto: Bloomberg.

Donald Trump ya tiene candidato para suceder como gobernador de la Fed a la dimisionaria Adriana Kugler hasta que termine su mandato en enero. El escogido es Stephen Miran, director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca y uno de sus principales aliados y defensores de su política arancelaria. El nombramiento dependería de la aprobación del Senado, donde los republicanos tienen mayoría.

Trump ha alabado a Miran, diciendo que "ha estado conmigo desde el principio de mi segundo mandato, y su experiencia en Economía no tiene igual". Sin embargo, Miran solo ocuparía esta posición, en principio, hasta enero de 2026, cuando terminen los cinco meses que le quedaban de mandato a Kugler. Para entonces tendría que nominar a un nuevo gobernador para un mandato entero. "Estamos buscando un candidato permanente", ha dicho el presidente.

Miran ha criticado a la Fed muy duramente en los últimos años. En un documento publicado en marzo de 2024, Miran y Dan Katz, actual jefe de gabinete del Departamento del Tesoro, presentaron un plan para reformar el banco central, acusándoles de cometer errores por culpa de su "pensamiento de rebaño". Además, Miran ha acusado en los últimos meses a la Fed de haberse metido en temas políticos que "escapan a su competencia".

Precisamente, una de las preocupaciones de los mercados es que Miran vaya a actuar como un 'presidente en la sombra', peleándose con Jerome Powell y debilitando la figura del presidente del banco central en los últimos meses de su mandato. Sus críticas a la dirección actual no hacen presagiar nada bueno en ese respecto.

Miran es uno de los ideólogos de cabecera de Trump en materia económica. Suyo es el llamado 'acuerdo de Mar-a-Lago', donde aparecen ideas para 'someter' al resto de socios comerciales, obligándoles a cambiar sus tenencias de deuda soberana de EEUU por un bono a 100 años con un rendimiento menor o imponiendo un 'arancel al dinero', cobrando a los países por tener deuda estadounidense. Su obsesión es debilitar al dólar para aumentar las exportaciones, algo que se podría conseguir bajando tipos, un deseo clave del presidente.

Miran también ha defendido los aranceles, asegurando que los países deberían "enviar cheques directos" a Washington, pagando un tributo a EEUU por "los bienes públicos" que el país "ofrece al mundo"; y ha negado que la imposición de estas tasas provoque inflación.

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