Redactor de elEconomista
Análisis

La Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) se encuentran en un momento delicado. La subida de tipos de interés es el arma principal que utilizan los dos bancos centrales para frenar a una inflación que todavía sigue desbocada, pero el incremento en el precio del dinero está teniendo consecuencias indeseadas para la estabilidad financiera, algo que ha quedado patente en las últimas semanas con el colapso de varios bancos en EEUU y el temor de los mercados a un posible contagio en Europa.

Encuesta Bofa

La última encuesta a gestores de fondos que elabora mensualmente Bank of America ha recogido el impacto de la crisis bancaria que se ha desatado en Estados Unidos, y se ha contagiado a Europa en los últimos días. Los 212 gestores que manejan un patrimonio entre todos de 548.000 millones de dólares, contestaron entre los días 10 y 16 de marzo, y sus respuestas a las preguntas del banco estadounidense confirmaron el peligro que se percibe en este momento por la crisis bancaria.

Política monetaria

Desde finales de la semana pasada, cuando se confirmó el colapso de varios bancos regionales en Estados Unidos, los inversores han recalibrado sus expectativas de subidas de tipos de interés de los principales bancos centrales del planeta. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha seguido esta semana el plan que tenía establecido y ha confirmado la subida de tipos de 50 puntos básicos que anticipó a principios de febrero, el techo de tipos para el banco central, esto es, el nivel más alto que alcanzará el precio del dinero en la eurozona en este ciclo, ya no es tan elevado como se esperaba antes de que surgiese la crisis.

Riesgo de impago

La crisis que se ha desatado en Estados Unidos con el colapso de Sillicon Valley Bank, Signature Bank y Silvergate Bank ha tenido eco en Europa con Credit Suisse como protagonista, por motivos diferentes. Sin embargo, en momentos delicados para los mercados, como el actual, la confianza se convierte en el catalizador que puede crear un problema por sí solo, y ahora muchos inversores estarán preguntándose cuál es el riesgo real de impago de las entidades españolas.

Política monetaria

El 16 de marzo de 2022 la Reserva Federal estadounidense (Fed) empezó oficialmente el proceso de normalización de su política monetaria, después de casi una década de estímulos y de años viviendo con los tipos de interés al 0%. Forzados por el incremento que estaba viviendo la inflación, y una vez se convencieron definitivamente de que no se trataba de un repunte transitorio, como aseguraron durante meses, ese día se produjo el primer incremento que se había visto desde 2018 en el precio del dinero.

La renta fija ha servido en los últimos días como termómetro para medir el miedo de los mercados a la crisis de Silicon Valley Bank. Los bonos han sido un refugio atractivo para los inversores desde que se conoció el colapso de la entidad, a finales de la semana pasada, y en solo tres sesiones de mercado, viernes, lunes y martes, las ganancias en las principales referencias soberanas del planeta han alcanzado el 3%, en el caso del bono estadounidense a 10 años, incluso, teniendo en cuenta que el martes fue un día de ventas generalizadas de deuda.

Las expectativas son una herramienta clave para los bancos centrales a la hora de diseñar su política monetaria. Y desde el pasado viernes las proyecciones del mercado han dado un vuelco que apuntan más a una pausa en el camino de la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco Central Europeo que de una continuidad en las alzas de tipos de interés que se han visto desde junio del año pasado.

Durante las primeras horas del lunes, el mercado de renta fija reaccionó con mucha agresividad, especialmente los vencimientos más cortos de las curvas soberanas. En los principales bonos con vencimiento a 2 años, como el alemán o el estadounidense, la jornada igualaba, en compras de deuda, los días de más tensión que se vieron en las crisis más fuertes de las últimas décadas y en fechas señaladas como 2008, 2001 o 1987.

Política monetaria

Este jueves tiene lugar la segunda reunión del año del Banco Central Europeo (BCE), un encuentro que ha cobrado especial relevancia durante las últimas semanas, ya que será clave para ver la reacción del organismo al inesperado repunte que se ha producido en la inflación en el mes de febrero.

Los premios Morningstar España, de los que elEconomista.es es colaborador, han servido para destacar el buen hacer de tres gestoras nacionales en distintas categorías. Cartesio Equity R, la versión en Luxemburgo del histórico Cartesio Y, ha ganado en la categoría de mejor fondo mixto en euros, mientras que Mutuactivos se ha llevado el galardón de mejor fondo de renta variable española con Mutuafondo España, donde han quedado finalistas GCO Acciones, de Catalana Occidente, y Magallanes Iberian Equity M, que el año pasado se llevó premio. Magallanes Value Investors, la firma fundada por Blanca Hernández e Iván Martín, se ha alzado como la mejor gestora global.