víctor arribas
El salto cualitativo de la inmigración ilegal que busca las fronteras españolas de Ceuta y Melilla preocupa a todos, Gobierno, partidos, UE y sociedad civil. Las mafias proveen a quienes utilizan la violencia para saltar la valla de material tóxico para ahuyentar a los agentes de la Guardia Civil, para quienes los apoyos por su labor y su sacrificio en la defensa de la integridad del territorio están siendo tan selectivas como en otras ocasiones. No olvidemos que un secretario general del PSOE como Pérez Rubalcaba consideró imposible de defender la actuación del Instituto Armado, y eso después de haber sido su máximo responsable político en el Ministerio de Interior. La cuestión es: ¿buscamos soluciones o seguimos arrojando este problema social a la cara del adversario?