Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
Economía

El Banco de España ha presentado uno de los informes trimestrales más optimistas de los últimos tiempos al mejorar el crecimiento para este año hasta el 2,3%, siete décimas más respecto a las anteriores previsiones. El organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos se suma a la ola de revisiones positivas para la economía española. Además, adelanta que la economía creció en el segundo trimestre un 0,6%. Sobre la inflación, contempla recortes de inflación más pronunciados para este ejercicio. Baja el IPC promedio al 3,2% frente al 3,7% anterior. Para la subyacente que caiga con fuerza los dos próximos años.

Un comunicado y una rueda de prensa después han sido suficiente para revolucionar la previsión del mercado sobre el futuro de los tipos de interés en la Eurozona. Hasta este jueves, los mercados situaban el tipo terminal –el punto mal alto del precio del dinero en este ciclo de subidas- en la zona del 3,5-3,6%, mientras que los analistas especulaban con la llegada de una pronta pausa en el alza de tipos, ante la notable desinflación en la Eurozona – el IPC ha pasado del 10,6% al 6,1% en cosa de meses-. Sin embargo, el BCE y su presidenta, Christine Lagarde, han dejado entrever que irán un paso más allá justo cuando el banco central estaba a punto de llegar a la meta. ¿Por qué? El mercado laboral fuerza al BCE a ir más lejos, por más tiempo.

El coste salarial anotó entre enero y marzo su novena subida trimestral consecutiva tras elevarse un 6% interanual. El salario medio bruto se situó en los 2.126,63, el mayor aumento desde el segundo trimestre de 2021 y el nivel más alto para un arranque de año desde que comenzaran los registros en el año 2000.

El Banco Central Europeo (BCE) va a poner a prueba la resiliencia de la industria bancaria en el continente con la retirada masiva de alrededor de medio billón de euros, el equivalente a dos economías de Portugal (PIB) juntas. Se espera que los bancos se vean forzados a devolver unos 500.000 millones de euros en préstamos baratos de la era de la pandemia, todo de una tacada. A su vez, los bancos tendrán que buscar otras fuentes de financiación -a priori más caras- para mantener en equilibrio su balance.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha asegurado que el camino del BCE subiendo tipos no ha llegado a su fin tras haber anunciado la octava subida consecutiva del precio del dinero. La francesa ha explicado que aún queda camino por recorrer hasta "llegar al destino". Lagarde ha admitido que los miedos del BCE se centran en el fuerte aumento de los salarios, que aunque por ahora parece algo 'extraordinario', ya está contribuyendo de forma notable al incremento de los precios.

Las previsiones económicas del BCE lanzan un mensaje de que la lucha contra la inflación no ha terminado al elevarse la inflación prevista para este y los siguientes años. En concreto, el BCE espera que la inflación general se sitúe en el 5,4% en 2023, del 3% en 2024 y del 2,2% en 2025. "Los indicadores de las presiones inflacionistas subyacentes siguen en niveles elevados, aunque algunos muestran señales incipientes de debilitamiento", señalan. Suponen una décima más que en las previsiones de marzo.

El Banco Central Europeo (BCE) ha ejecutado la octava subida de tipos consecutiva. Con el movimiento de este jueves, la subida agregada ya suma 400 puntos básicos, un endurecimiento que parecía una auténtica quimera hace poco más de un año y que, sin embargo, aún podría tener más recorrido al alza. Los riesgos para la inflación son diferentes a los de 2022, pero siguen presentes. Si el año pasado fueron las materias primas, ahora el peligro para el BCE -para el objetivo de inflación- llega desde el mercado laboral, los salarios y el sector servicios.

El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés un total de 375 puntos básicos desde que diese el primer paso al alza en el verano de 2022. Este jueves, el Consejo de Gobierno y el Comité Ejecutivo vuelven a reunirse para anunciar, salvo sorpresa, una nueva subida de tipos que dejará, por el momento, en 400 puntos básicos el agregado de las alzas. Con la mayor parte del endurecimiento hecho y la inflación general en plena moderación, podría parecer que el BCE tiene por delante un 'camino de rosas'. Nada más lejos de la realidad. Los expertos piden cautela y creen que hasta que la inflación subyacente no empiece a moderarse no habrá paz en esta 'guerra' contra los precios, pese a la 'tregua' anunciada este miércoles por la Fed de EEUU.

La inflación en EEUU sigue moderándose. El IPC se ha situado en el 4% en el mes de mayo -su nivel más bajo desde marzo de 2021-, una décima por debajo de lo previsto y nueve décimas menos que en abril, mientras que la subyacente -no pondera alimentos ni energía- cae del 5,5% al 5,3%, en línea con lo que habían vaticinado los expertos y marcando su lectura más baja desde noviembre de 2021. Este nuevo frenazo del IPC termina de afianzar la determinación de la Reserva Federal de pausar las subidas de tipos en su reunión de este miércoles tras 10 alzas consecutivas.

Los chips semiconductores se convirtieron durante la pandemia del covid en el input más preciado y deseado por las empresas. Su escasez en un momento de creciente demanda de bienes tecnológicos puso a los microchips en el foco de debate a muchos niveles. Aunque hoy su escasez está parcialmente resuelta, el protagonismo de los semiconductores parece condenado a seguir creciendo. De ellos depende la sofisticación y el alcance de muchos bienes tecnológicos que no solo son vitales para mejorar nuestras vidas, también para 'destruirlas' potencialmente. Los chips más avanzados son clave para determinadas armas, la inteligencia artificial o para construir potentes ordenadores, lo que está provocando que la 'guerra secreta de los chips' siga escalando sin control con dos bandos bien diferenciados: Occidente vs China.