El IPC ha caído por debajo del 5%, concretamente hasta el 4,9%, en abril por primera vez en dos años. Los precios se están moderando con intensidad, lo que permitirá a la Fed poner fin a las subidas de tipos de forma definitiva (salvo catástrofe). No obstante, los precios siguen mostrando cierta fortaleza en términos mensuales (avanzando un 0,4% tanto el IPC general como el subyacente), lo que fuerza al banco central a mantenerse alerta.
La última vez que la inflación se situó por debajo del 5% en EEUU fue precisamente en abril de 2021, dos años justos han pasado desde entonces. La gran diferencia es que en 2021, la subyacente aún se encontraba en el 3%, lo que daba esperanzas a la Fed sobre la posible temporalidad del alza de precios. A 'toro pasado', se ha podido comprobar que la Fed y el BCE estaban equivocados, aunque la inflación subyacente se mantuvo estable durante un tiempo, la ola inflacionista ha sido mucho más fuerte y duradera de lo que se creía. La combinación de unas políticas fiscales y monetarias extremadamente expansivas ha provocado una subida de precios que se estudiará en los libros de historia de los próximos años.
Tras la expansión, llegó la contracción, al menos, de la política monetaria (la fiscal sigue siendo expansiva). La Reserva Federal de EEUU lleva más de un año luchando de forma intensa contra la inflación. El banco central americano comenzó a subir los tipos de interés en marzo de 2022. Mientras que hace una semana anunció, presumiblemente, la que sería última subida de este ciclo de endurecimiento. Los tipos han pasado del 0 hasta el 5% en un 'rally' histórico para el precio del dinero. Ahora, la gran cuestión es por cuánto tiempo se mantendrán en este territorio restrictivo.
En el apartado de subidas, se esperaba que la gasolina fuera uno de los componentes al alza tras los repuntes del petróleo y así ha sido. La gasolina avanzó un 3% intermensual tras caer un 4,6% en marzo y subir un 1% en febrero. Sin embargo, el desplome reciente en los futuros de la gasolina sugiere que ese movimiento se invertirá con creces en mayo. La categoría global de energía muestra una subida del 0,6% tras la abrupta caída del 3,5% en marzo. Con todo, el efecto base sigue notándose, ya que presenta un descenso del 5,1% interanual.
Pero el componente que más ha vuelto a golpear al alza son los coches usados, con una subida del 4,4% intermensual. Después de más de seis meses seguidos de bajadas en sus lecturas mensuales, este componente resucita con fuerza y constata los temores tras las subastas de vehículos usados en el arranque de 2023, en las que se registraba un nuevo repunte de precios de uno de los elementos con una inflación más abrasiva durante la pandemia que, además, fue en cierto modo el 'canario en la mina'.
Una nota para clientes de Goldman Sachs explicaba recientemente esta dinámica. Este repunte en las subastas por dos razones, una de carácter temporal y la otra más persistente. La primera ha sido una pausa en la oferta invernal de microchips y problemas adicionales de suministro relacionados con la última ola de covid en China que contribuyeron a un retroceso del 10% en el ensamblaje de automóviles en EEUU desde octubre. El segundo factor, más persistente, es la menor oferta de coches usados procedentes del vencimiento de los contratos de arrendamiento de vehículos tanto para consumidores como para empresas de alquiler de autos. La esperanza queda ahora en los datos más recientes de las subastas, que apuntan a un nuevo descenso en mayo.
Punto a destacar es la moderación en el alojamiento. La categoría shelter, que incluye la vivienda -los alquileres y los alquileres equivalentes para los propietarios-, avanza un 0,4%, el nivel más bajo en los últimos siete meses; si bien el grueso de la caída corresponde al retroceso del 3,4% en los hoteles, mientras que los dos tipos de alquiler siguen rondando el 0,5%-0,6%. El componente global de vivienda sigue en un alto 8,1% interanual. Otra categoría que opera favorablemente es la comida, que por segundo mes consecutivo se queda en un 0% intermensual y cae ya al 7,7% interanual.
Los servicios básicos, excluidos los precios de la vivienda, que la Reserva Federal sigue de cerca, subieron un 0,1% intermensual, reduciendo la tendencia al 5,2% interanual. Son los niveles más bajos desde julio de 2022 y se espera que las presiones alcistas sobre esta inflación disminuyan a medida que los precios de la vivienda se recuperen y el mercado laboral se enfríe.
"Las tendencias de la inflación trimestral anualizada del IPC, que consideramos más reveladoras de las tendencias subyacentes de la inflación que las tasas interanuales, fueron más alentadoras, ya que la tasa general cayó al 3,2%, mientras que la subyacente se redujo al 5,1%", expone Oren Klachkin, de Oxford Economics.
Pausa de la Fed
Los economistas de Natixis sostienen que "por fin ha llegado el momento: después de diez subidas de tipos consecutivas y un ajuste de 500 puntos básicos, el ciclo de ajuste monetario de la Fed probablemente ha terminado, con el siguiente movimiento a la baja".
"La inflación subyacente queda prácticamente sin cambios respecto a su nivel de principios de año, lo que ilustra aún más que la anterior tendencia a la baja se ha estancado. Creemos que esto no será suficiente para convencer a la Fed de que vuelva a subir los tipos en la reunión de junio del Comité Federal de Mercado Abierto, pero sí sugiere el riesgo de que los tipos deban mantenerse altos durante más tiempo del previsto", opina Andrew Hunter, de Capital Economics.
Tanto la Fed como el resto de bancos centrales de todo el mundo cruzan los dedos para que la inflación baje de forma natural. "Nosotros seguimos esperando que la inflación caiga, sobre todo en EEUU y hasta cierto punto en la eurozona. La economía mundial se ha ralentizado y estamos viendo signos, por ejemplo, en los precios de los bienes. Aumentaron sustancialmente cuando el mundo salió de la pandemia, debido a todos los cuellos de botella que se crearon y a la gran escasez, pero ahora han disminuido considerablemente", asegura Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroder.
Los expertos de Schroder analizan estas fuerzas a través del índice de presión de la cadena de suministro, que mide las respuestas de las empresas sobre los plazos de entrega, y que ha regresado a los niveles anteriores al covid, lo que sugiere que las cosas se han normalizado. Esto está contribuyendo a reducir los precios de los bienes.
"Sin embargo, la inflación del sector servicios siempre ha ido a la zaga, por lo que seguirá subiendo incluso cuando la economía empiece a ralentizarse, porque los precios del sector servicios suelen fijarse anualmente, lo que les confiere rigidez", explica el mismo experto.
No obstante, todavía hay factores que invitan a la prudencia en el seno de la Fed. Por ejemplo, el consumo se mantiene en EEUU fuerte gracias al empleo, lo que mantiene, quizá, un impacto positivo en los precios por el lado de la demanda. El IPC se ha moderado sobremanera porque los problemas en la cadena de suministro se han solventado y el precio de la energía ha caído con intensidad. Pero por el contrario, el mercado laboral y la demanda siguen ejerciendo presión al alza sobre el IPC.
"Los inversores han estado apostando por recortes de tipos de la Fed a finales de este año, pero creemos que esa opinión es errónea. Creemos que la Reserva Federal mantendrá una postura agresiva hasta finales de año y no dudará en volver a subir los tipos si la inflación y los datos del mercado laboral sorprenden al alza", sentencian desde Oxford.