Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
Mercado laboral

La crisis del coronavirus está golpeando con violencia a Europa y EEUU. Sin embargo, la tasa de paro en EEUU se ha disparado en los últimos dos meses, mientras que en la zona euro solo ha aumentado de forma muy moderada. ¿Cómo se explica la diferencia? Ambas regiones están utilizando mecanismos diferentes dentro del mercado laboral para enfrentarse a la recesión económica provocada por el coronavirus. El resultado final puede ser similar (hay ventajas y desventajas de cada uno) aunque a primera vista se vea que un país está destruyendo millones de empleos cada semana, mientras que la otra región parece mantener a raya la tasa de paro, un espejismo meramente estadístico.

Política fiscal y monetaria

Es un comienzo. Esta sencilla y corta frase podría resumir la propuesta para Europa anunciada por Alemania y Francia esta semana, con un volumen de 500.000 millones de euros para reconstruir el Viejo Continente. Se han dado pasos en la dirección correcta, se han roto muros que parecían casi infranqueables (emisión de deuda conjunta), pero pese al avance, el plan dista mucho de ser suficiente para que todos los países puedan implementar la dosis de gasto adecuada para contrarrestar la crisis del coronavirus. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) seguirá siendo el garante de la integridad de la zona euro con sus compras masivas de activos, que por ahora garantizan unos costes de financiación bajos para que los países puedan financiar las políticas relacionadas con la crisis del coronavirus. No obstante, un plan europeo más ambicioso permitiría a todos los países poner en marcha planes fiscales de un tamaño parecido sin que se pusiera en duda la sostenibilidad de la deuda pública en el corto o medio plazo.

Materias primas

El desplome que ha sufrido el petróleo (los futuros del crudo Texas llegaron a cotizar en negativo) desde principios de enero hasta tocar suelo a finales de abril no tiene precedentes. No solo por la caída en picado de los precios, que ha llevado al crudo Brent a niveles de hace casi dos décadas, sobre todo por la naturaleza casi irrepetible que ha provocado el colapso, con una oferta que mostraba una tendencia al alza, junto a una demanda que ha colapsado de un día para otro en un mercado que, además, contaba ya con un nivel notable de inventarios de petróleo. Todo hace indicar que los ingredientes que han generado este colapso del crudo son únicos (no tienen comparación en episodios pasados) y, probablemente, irrepetibles por la singularidad de la situación que ha generado el coronavirus.

Materias primas

El precio del oro se acerca poco a poco a sus máximos históricos en dólares. Sin embargo, en euros, francos suizos, libras o yenes, el preciado metal ya ha alcanzado cotas históricas. El oro es una materia prima que se siente cómoda en la era de los tipos bajos, los déficits fiscales sin precedentes y las montañas de deuda que se acumulan en los países desarrollados. Los analistas creen que esta crisis podría llevar al precio del oro a superar sus máximos históricos (en dólares) y mucho más. Todo dependerá de cuánto dure la impresión desenfrenada de billetes de la banca central, los tipos de interés cero en EEUU y el elevado tono expansivo de la política fiscal, para contrarrestar el impacto económico del coronavirus.

Mercado laboral

La crisis del coronavirus está golpeando con mayor fuerza a los países que muestran una mayor dependencia de las ramas del sector servicios que generan menor valor añadido (sobre todo del turismo y de la hostelería) y que cuentan con un tejido productivo más débil. De este modo, el impacto sobre el empleo apunta en una dirección similar, señalando a España, Italia, Grecia y Francia como los países donde una mayor porción de puestos de trabajo corren peligro durante esta crisis. Esta misma premisa que se cumple a nivel nacional, también se puede extrapolar a nivel regional a través de la confección de datos que ha realizado el Banco Internacional de Pagos (BiS por sus siglas en inglés), que deja a todos las regiones de España en situación de elevado riesgo, salvo Madrid (riesgo intermedio), y País Vasco y Navarra (riesgo medio-alto).

Política monetaria

Es verdad que la crisis del coronavirus está afectando con mayor intensidad (en términos de PIB) a los países desarrollados. No obstante, el impacto está siendo global, generando una aversión al riesgo en los mercados que afecta sobre todo a los activos denominados en divisas emergentes. Cuando el miedo azota, los inversores suelen buscar refugio en el oro, el dólar o el yen a la par que huyen de activos en divisas menos estables como la lira turca o el real brasileño. Esto genera una brusca depreciación del tipo de cambio de estos países, que a su vez retroalimenta las salidas de capital, reduciendo sus reservas de divisas y dejando poco margen de actuación a su banca central. Mientras que la Fed o el BCE pueden lanzar programas de estímulos casi infinitos sin prestarle demasiada atención a lo que pase con el dólar y el euro (además no suelen sufrir grandes oscilaciones), los bancos centrales de los países emergentes suelen tener las manos atadas, puesto que unas políticas monetarias expansivas (imprimir más divisa nacional) pueden acentuar la depreciación del tipo de cambio y generar una fuga de capital en toda regla hundiendo sus reservas de divisas. Esto es lo que se conoce como la trinidad imposible: la inviabilidad de mantener un tipo de cambio fijo, libertad de movimiento de capitales y una política monetaria autónoma al mismo tiempo.

Precios

El intenso descenso de la inflación publicado esta semana en EEUU ha eclipsado la subida de precios que han sufrido los alimentos en las tiendas. El drástico descenso del petróleo y sus derivados, junto a la caída en el precio de la ropa, han arrastrado al conjunto del Índice de Precios al Consumo (CPI por sus siglas en inglés). Sin embargo, desagregando este índice se puede ver como el coronavirus y las disrupciones en algunas cadenas de suministro han llevado al precio de la comida a su mayor aumento mensual en casi 50 años.