Directora de la revista Capital Privado en elEconomista.es, es especialista en Private Equity y M&A. Ha ejercido gran parte de su carrera profesional en Capital & Corporate, donde dirigió el grupo de publicaciones y servicios para los profesionales del capital riesgo y las fusiones y adquisiciones en España. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, trabajó durante 10 años en Grupo Intereconomía.

Tres años después de que Celsa comenzase a impagar su deuda, la justicia da la razón a sus acreedores. El juzgado de lo mercantil número 2 de Barcelona resolvió ayer lunes que la empresa vale menos de lo que debe y dio luz verde a los fondos acreedores, liderados por Deutsche Bank, Attestor, Golden Tree, SVP y Cross Ocean, para capitalizar el pasivo financiero pendiente de pago y refinanciar el resto de la deuda pendiente.

La reforma sanitaria impulsada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, mantiene en vilo a Fresenius y a los inversores y grupos interesados en la adquisición del negocio de QuirónSalud en Latinoamérica, valorado en cerca de 1.000 millones de euros. Según avanzó elEconomista.es el pasado mes de junio, el gigante alemán, dueño del primer grupo hospitalario privado en España, ha contratado los servicios del banco estadounidense Goldman Sachs para la venta de sus clínicas en Colombia y Perú, donde cuenta con una red de 8 hospitales y un proveedor de diagnóstico médico en la región.

Los fondos acreedores podrán quedarse con Celsa. Tras el juicio celebrado el pasado mes de julio por un conflicto que se prolonga desde el estallido del coronavirus, los tenedores de la deuda pasarán a ser los accionistas de la siderúrgica de la familia Rubiralta tras aplicarse la nueva ley concursal. El juez consideró que la firma no vale los más de 3.000 millones de euros de deuda que acumula, por lo que optó por dar por bueno el plan presentado por el grupo de inversores liderado por Deutsche Bank, SVP y Cross Ocean junto a Anchorage, Golden Tree, Attestor, Goldman Sachs, Sculptor y Capital Group.

MioGroup, la consultora de marketing y transformación digital cotizada en BME Growth, está en búsqueda activa de un socio minoritario que refuerce su capital y financie su ambiciosa estrategia de crecimiento vía adquisiciones de otras compañías complementarias (build up).

El ecosistema de emprendimiento por adquisición (entrepreneurship through acquisition) y de fondos de búsqueda (search funds) sigue creciendo con nuevos jugadores en España. Tras más de 7 años de experiencia en M&A y consultoría financiera en firmas como Goldman Sachs, KPMG, PwC, Deloitte y Oliver Wyman, Marcos Durán Foix ha fundado Relevian con el objetivo de buscar, adquirir, gestionar y hacer crecer una única pyme española.

Los pesos pesados del private equity en España se preparan para asaltar la bolsa y empiezan a preparar ofertas públicas de venta (OPVs) desafiando la sequía y buscando una ventana de liquidez ante la previsible apertura de los mercados en 2024 o principios de 2025. Si la situación lo permite, los fondos podrían protagonizar saltos al parqué por valor de hasta 13.000 millones de euros tras haber cumplido su ciclo inversor en las compañías participadas. Aunque en lo que va de 2023 no se ha producido ninguna salida de relieve (salvo en BME Growth, la bolsa de las pymes), la previsión es que a lo largo del próximo año puedan volver a repicar de nuevo las campanas bursátiles. Aunque el parqué está todavía muy lejos de recobrar el impulso de antaño como vía de desinversión de los fondos, ya hay grandes proyectos en el disparadero. La reactivación de los debuts bursátiles favorecerá que los gestoras aceleren las ventas y la rotación de sus carteras recurriendo de nuevo al parqué para buscar notables plusvalías, siempre que no encuentren mejores valoraciones en el mercado privado.

ENTREVISTA

Ajena a la creciente crispación política y tras culminar 2022 en máximos históricos de ingresos y actividad, la sociedad público-privada Cofides seguirá impulsando la inversión extranjera y de impacto en España de la mano de los dos nuevos vehículos públicos bajo gestión aprobados en junio por el Consejo de Ministros y dotados con 2.400 millones de euros. Se trata del Fondo de Coinversión (FOCO) y del Fondo de Impacto Social (FIS), dirigidos a transformar el modelo productivo y a reforzar el ecosistema de inversión de impacto social y medioambiental. Su puesta en marcha dependerá de cómo se manejen políticamente los tiempos en el proceso de investidura y formación del Gobierno para poder implementar su marco normativo y empezar a formalizar las primeras inversiones.

Los family offices españoles aumentan su apuesta por el capital privado como activo de inversión. Toman el relevo a los inversores institucionales en un escenario donde se ven abocados a reducir su exposición, rebajar sus programas de private equity o incluso vender en un mercado secundario cada vez más boyante.

Las empresas españolas acuden cada vez más a las emisiones en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) para diversificar sus fuentes de financiación y cubrir necesidades a corto y medio plazo. Los bonos y pagarés contribuyen a reducir la tradicional dependencia del crédito bancario, pero la escalada de tipos y la incertidumbre sobre su techo están impactando de lleno en el apetito de los inversores por este tipo de deuda. Con las sucesivas subidas del precio del dinero, el MARF ha incrementado el coste de las emisiones por encima del 4% anual y las colocaciones a largo plazo se frenan. La curva de tipos está haciendo que se emita a plazos más cortos -la media está en 2 o 3 meses- y la competencia y rentabilidad de otras alternativas de inversión como las letras del tesoro también generan una presión al alza en las emisiones.

El balance de los expertos consultados por elEconomista.es sobre el nuevo Real Decreto de Inversiones Extranjeras, publicado en el BOE el pasado 4 de julio –apenas 19 días antes de la cita electoral del 23J – es, en grandes líneas, positivo. La norma, que concreta la aplicación del mal llamado escudo antiopas, era muy esperada desde hace más de tres años, cuando en marzo de 2020 se introdujeron las restricciones a la inversión extranjera.