Colaboradora de OBS Business School y Directora de Empathia

Si hay algo que la pandemia ha acelerado es la digitalización de las actividades económicas. La conexión a Internet ha sido necesaria durante los tres meses de confinamiento para estar en contacto con nuestros familiares y amigos, para poder teletrabajar, recibir o impartir clases de formación, comprar y entretenernos. Esto ha supuesto un cambio importante de hábitos que ahora en la vuelta a la normalidad está implicando nuevos comportamientos. Hemos adoptado el teletrabajo, la formación online, las videoconferencias y el comercio electrónico en nuestro día a día. Somos conscientes de que las nuevas tecnologías agilizan nuestros procesos, evitan traslados que ahora vemos innecesarios, y ofrecen una mayor comodidad, y creemos además que digitalizar nuestras actividades trae un menor impacto en nuestro medioambiente. Pero, ¿realmente tenemos una digitalización no contaminante?

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